El 38% de las mujeres europeas tiene sobrepeso u obesidad, una situación que no sólo afecta a su salud sino que puede tener graves consecuencias para su descendencia. Un trabajo señala que el exceso de peso de la madre durante los primeros meses de embarazo aumenta el riesgo de muerte del bebé antes de nacer y durante el primer año de vida.
«Este estudio ha detectado que el riesgo de muerte fetal e infantil era entre dos y tres veces superior para las madres que eran obesas al inicio del embarazo frente a aquéllas que tenían un índice de masa corporal (IMC) recomendado», señalan los autores en las páginas de la revista ‘Human Reproduction‘.
Esta conclusión surge del análisis de los datos obtenidos durante tres años en la región norte de Inglaterra. En ese periodo, se registraron algo más de 42.000 embarazos de los que 30.000 cumplían con los requisitos para formar parte del estudio.
Los autores, procedentes de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), comprobaron que este riesgo de muerte fetal e infantil aumentaba cuando el IMC de la madre superaba los 23 kg/m2. A partir de ese umbral, por cada unidad que crecía el IMC, la mortalidad se incrementaba un 6%-7%. Por encima de 30 kg/m2, cuando se considera obesidad, el riesgo se triplicaba.
Más problemas hipertensivos
Según el trabajo, una de las razones que podría explicar este aumento de la mortalidad es que las mujeres obesas sufrían con más frecuencia preeclampsia, un trastorno caracterizado por el aumento de la tensión arterial y la presencia de proteínas en la orina, que puede causar la muerte del niño y de la madre.
Estudios previos han observado que la obesidad de la madre también se relaciona con una mayor tasa de malformaciones congénitas, diabetes y partos por cesárea, factores que pueden condicionar la salud y supervivencia de los niños.
Esta situación «no sólo se da cuando la madre llega al embarazo con un exceso de peso, también cuando gana demasiados kilos durante éste«, asegura José Luis Neyro, ginecólogo del Hospital de las Cruces (Bilbao). «Por encima de 15 kg, aumenta el riesgo de que aparezcan problemas que pueden tener consecuencias sobre la salud del feto».
Controlar el peso para prevenir
«La clave está en que las mujeres deben recibir ayuda para alcanzar un peso saludable antes de quedarse embarazadas o después de que el bebé nazca», ha señalado Ruth Bell, principal autora del trabajo. «Nuestra investigación muestra que esto le dará al niño el mejor comienzo posible en la vida».
Para ello, «es muy importante la visita preconcepcional, en donde se pueden vigilar temas como el sobrepeso», señala Neyro. «Si las mujeres tienen posibilidades de planificar sus embarazos, deberían esperar a estar en un peso normal para concebir», añade.
«Dada la creciente prevalencia de la obesidad entre las mujeres embarazadas, se puede predecir un aumento de las tasas de abortos espontáneos, muertes fetales y mortalidad infantil», advierten los autores. «Las mujeres deben ser advertidas de los riesgos de afrontar una gestación con un IMC alto y deben recibir apoyo para controlarlo», concluyen.