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Las mujeres embarazadas son las primeras candidatas a padecer cistitis

Una entrevista de  Rocío Jiménez de www.ComSalud.es

“Las mujeres embarazadas son las primeras candidatas a padecer cistitis

El embarazo es una situación inmunosupresora, por lo que durante este estado tienden a disminuir las defensas orgánicas de las mujeres y son más frecuentes las infecciones urinarias, como la cistitis, reconoce el doctor José LuisNeyro, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Cruces de Bilbao. Este ginecólogo analiza la incidencia de la cistitis en las mujeres embarazadas y los factores que influyen en la afección de esta patología. Las infecciones urinarias son hasta siete veces más frecuentes entre las mujeres que entre los varones, según el doctor Neyro.

(en http://cistitisderepeticion.com/mujeres-embarazadas-primeras-candidatas-cistitis/)

Pinchando en los siguiente enlaces se puede ampliar información sobre la cistitis en las mujeres embarazadas:

¿Cómo afecta la cistitis a las mujeres embarazadas?

(en http://cistitisderepeticion.com/afecta-cistitis-mujeres-embarazadas/)

Por lo general, hay que considerar que el embarazo es una situación inmunosupresora. Tiende a disminuir las defensas orgánicas de cualquier mujer embarazada, en general e incluso entre mujeres sanas. Ésta es la principal razón, aunque no la única, de que las infecciones urinarias sean muy frecuentes durante el embarazo. Hasta siete veces más frecuentes que entre los varones. Esto se debe a varias circunstancias:

  • La uretra de la mujer es mucho más corta que la del varón.
  • La salida del meato uretral, es decir, el extremo final de la uretra, está en la inmediata proximidad de zonas del cuerpo que tienen muy fácil la contaminación como son la vagina y el recto.
  • La uretra de las mujeres es recta, no tiene angulaciones como la masculina, lo que dificulta la llegada de gérmenes.
  • Las mujeres tampoco disponen de líquido prostático, en contraposición a las vesículas seminales, que tienen cierto poder bacteriostático, es decir, contienen sustancias que son capaces de detener el camino de las bacterias, y bactericida.

Si a estas cuatro características añadimos la presencia de sangre menstrual cada mes, donde pueden crecer todo tipo de gérmenes, y que es un magnífico caldo de cultivo para el crecimiento bacteriano, esto es lo que explica que las mujeres tengan muchas más infecciones urinarias que los varones. Además, si a eso se añade la situación de inmunodepresión que sucede durante el embarazo, tenemos la circunstancia ideal como para que los ginecólogos sepamos que las mujeres embarazadas son las primeras candidatas a la cistitis.

¿Por qué las mujeres embarazadas están dentro de los grupos de riesgo de la cistitis?

(en http://cistitisderepeticion.com/mujeres-embarazadas-grupos-riesgo-cistitis/)

Fundamentalmente por el propio embarazo en sí mismo, que es capaz de producir determinadas sustancias, todavía no bien conocidas, que modulan y disminuyen la respuesta del sistema inmune de la mujer.

Esta situación tan peculiar que nos permite seguir perpetuando la especie sucede gracias a que el sistema inmune de la madre se hace tolerante con el embarazo y tiene una respuesta disminuida. Por eso cualquier mujer embarazada tiene un alto riesgo para cualquier tipo de infección, y la más frecuente de todas ellas es la infección urinaria, seguida a corta distancia de la infección respiratoria.

¿Es más frecuente en unas mujeres que en otras el hecho de sufrir infección urinaria durante el embarazo, o en general no hay distinción?

(en http://cistitisderepeticion.com/mujeres-infeccion-urinaria-embarazo/)

No, ciertamente es más frecuente en unas que en otras. La prevalencia es muy elevada, hasta el extremo de que los ginecólogos nos hemos planteado, y lo hacemos desde hace muchos años, someter a todas las embarazadas durante el primer trimestre a un urocultivo para determinar si hay gérmenes o no en la orina. Otra de las medidas que tomamos es tratar con antibióticos todas las apariciones de gérmenes en la orina, de la forma que nosotros denominamos bacteriuria asintomática, es decir, hay bacterias en la orina que no producen sintomatología.

La bacteriuria asintomática debe ser tratada siempre con antibióticos durante el embarazo, en cualquier trimestre, y sobremanera en aquellas mujeres que tengan una especial circunstancia de incremento del riesgo. Por ejemplo, las que tienden a tener más infecciones urinarias incluso fuera del embarazo, aquellas que tienen alguna malformación genital o urinaria que predispone a tener más fácilmente infecciones urinarias, o las que por cuestiones de enfermedad están inmunodeprimidas. Por ser mujeres y estar embarazadas tienen un alto riesgo de padecer la enfermedad, pero todavía más por tener estas circunstancias que especialmente las predispone a las infecciones.

Durante el embarazo, ¿cuándo son más frecuentes los episodios de cistitis?

(en http://cistitisderepeticion.com/embarazo-frecuencia-cistitis/)

Fundamentalmente durante el primer trimestre y al final del embarazo. De hecho las medidas llevadas a cabo por los ginecólogos están orientadas a superar la cistitis en estos períodos. Durante el primer trimestre testamos sistemáticamente a toda la población gestante mediante un cultivo de la orina de forma rutinaria, aunque no le ocurra nada a la madre. Además, analizamos la presencia de bacterias en el sedimento urinario en cada uno de los análisis de orina que practicamos a lo largo de diferentes plazos del embarazo, y si existen volvemos a tratar con antibióticos.

¿Qué síntomas suelen ser los más frecuentes en las mujeres con cistitis?

(en http://cistitisderepeticion.com/sintomas-frecuentes-mujeres-cistitis/)

Son siempre los mismos que en cualquier infección urinaria. Normalmente tienen que ver con lo que nosotros llamamos el síndrome cistítico, lo que comúnmente se conoce como cistitis. Esta enfermedad consiste en una sensación urente de quemazón cuando la orina es expulsada por la uretra, de tal manera que las mujeres describen estas sensaciones como irritación, dolor o sensación de incomodidad cuando se está orinando.

También se acompaña de manera muy frecuente de un síntoma que llamamos polaquiuria, es decir, que la persona afectada orina muchas veces pero en una cantidad muy reducida. De forma ocasional se produce poliuria, con lo que al final del día se orina más cantidad de lo habitual, aunque sea pequeñas veces. Además es común la nocturia, de tal forma que la paciente se tiene que levantar por la noche a orinar porque no aguanta la sensación de deseo imperioso de miccionar, incluso puede hacerle despertar del sueño.

La cistitis también puede provocar que la paciente sienta que se queda con ganas después de orinar, haciendo esfuerzos incoercibles para seguir orinando una vez concluido. Este síntoma produce una sensación que las pacientes describen como terriblemente incómoda.

Por lo general, la infección urinaria baja, digamos de la vejiga, no suele producir fiebre ni síntomas generales, como por ejemplo cansancio o escalofríos. Si suceden estos estados hay que pensar que la infección urinaria está muy avanzada y es posible que se esté complicando con la pielonefritis aguda, una afección mucho más seria, que sucede cuando el proceso infeccioso ha trascendido desde la vejiga hasta el riñón. Una pielonefritis durante el embarazo es una complicación seria y un problema importante que necesita de un tratamiento antibiótico intravenoso y por tanto precisa ingreso hospitalario, pero afortunadamente son casos reducidos.

¿Qué se puede hacer para prevenir las infecciones urinarias durante el embarazo?

(en http://cistitisderepeticion.com/prevenir-infecciones-urinarias-embarazo/)

Lo primero y fundamental sería tener una actividad constante por parte de los riñones.

La vejiga es un órgano hueco que sirve, como todos los de este tipo, para transformar funciones continuas en discontinuas y a la inversa, transforma la función continua de la producción de orina por parte de los riñones, en discontinua.

Por lo tanto, hay que tener una vejiga sin remanente para prevenir las infecciones urinarias. Este órgano tiene que vaciarse del todo y con una cierta frecuencia. Hay que ir al baño pero no más de tres veces por la mañana y un par de veces por la tarde, y cada vez que se vaya no hay que tener ninguna prisa. Hay que vaciar completamente la vejiga, porque mantener orinas residuales, es decir, pequeñas cantidades de orina que no se han terminado de eliminar en la micción anterior, puede suponer un riesgo para la contaminación bacteriana.

De esta forma, hay que tener el riñón siempre activo bebiendo la suficiente cantidad de agua. También hay que acudir al cuarto de baño cuando tengamos la suficiente necesidad como para destinar un minuto y medio a vaciar la vejiga.

Una buena medida de prevención que los ginecólogos recomendamos a las mujeres es orinar antes y después del coito, ya que es una de las actividades que más puede facilitar la contaminación de la uretra. La posible infección por el arrastre de los gérmenes desde la vagina hasta la vejiga a través de la uretra queda eliminada por el acto de la micción, por el lavado que supone vaciar la vejiga.

Por otro lado existe una vieja leyenda urbana, que de alguna manera tiene un cierto fundamento, como es la de tomar alguna sustancia natural antiinfecciosa que favorezca por lo menos la eliminación de las bacterias. Una buena práctica de prevención es ingerir vitamina C a través de zumos de naranja o kiwis, aunque en realidad el pimiento verde es el alimento que contiene mayor cantidad de esta vitamina.

En el caso de los tratamientos, ¿cuál es el mejor para las embarazadas?

(en http://cistitisderepeticion.com/?p=2460&preview=true)

Cada embarazada debe ser tratada de una manera concreta por su ginecólogo en la consulta médica teniendo en cuenta sus hallazgos. Los expertos siempre recomiendan el antibiótico menos peligroso, aquel del que tengamos evidencia de que no produzca teratogenia ni sea dañino para el feto, y al mismo tiempo se pueda administrar en cualquier momento del embarazo. Estas medidas limitan, ya que no todos los antibióticos pueden ser administrados en cualquier momento del embarazo.

Además de los tratamientos antibióticos, la asistencia médica con probióticos a la mujer embarazada tiene una mayor aceptación últimamente. Estos microorganismos vivos, administrados en la dosis adecuada y por la vía requerida, son capaces de facilitar algún aspecto de la salud de las personas. La presencia de probióticos en la flora de la vagina, también conocida como la microbiota vaginal, permite un equilibrio de la zona que facilita la ausencia de infecciones vaginales. Los efectos de los antibióticos deben ser recompuestos y reemplazados con tratamientos de probióticos, y que la vagina no se convierta en un foco de infección para la uretra.

Además de los antibióticos y probióticos, tenemos una serie de sustancias que son específicas para erradicar algunas bacterias, como las proantocianidinas. Estos componentes los encontramos contenidos en varios alimentos, como en el caso del arándano rojo americano. Posibilitan limitar, disminuir o anular la actividad del antígeno flagelar H, responsable de que la bacteria Escherichia Coli, muy dañina para la vejiga, permanezca adherida en la mucosa de la vagina durante días, semanas o meses. De esta forma la infección urinaria tiende a residuar porque no termina de eliminar la E. Coli localizada en la vejiga.

Las sustancias contenidas en el arándano rojo americano pueden lograr que esta acción del antígeno flagelar H quede anulada y así evitar la existencia de nuevas infecciones urinarias.

Descubierto el modo en el que el óvulo y el espermatozoide se reconocen antes de su encuentro

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Investigadores británicos han hallado una proteína en la superficie de los óvulos que tiene un papel fundamental en la fusión entre el óvulo y el espermatozoide. La identificación de «Juno» puede ayudar a desarrollar nuevos anticonceptivos o a mejorar los tratamientos de fertilidad. El estudio se ha publicado en la revista Nature, de gran impacto por el elevado número de sus recitaciones en otras publicaciones (nos aclara el titular de este web, Dr. Neyro).

Investigadores japoneses ya habían identificado una proteína análoga en la superficie de los espermatozoides en 2005, que llamaron Izumo, en honor a un santuario japonés dedicado al matrimonio. La proteína homóloga de Izumo en el óvulo no se conocía. En experimentos con células, los investigadores observaron que Izumo se une únicamente a la proteína llamada Juno. Realmente, estos hallazgos nos ponen más cerca de conseguir, señala el Dr. Neyro pionero de las técnicas de reproducción en nuestro país – ver en http://www.neyro.com/2010/07/05/el-primer-bebe-probeta-vasco-cumple-25-anos/ , el sueño dorado de los que nos dedicamos hace tiempo a la reproducción asistida: una mejor selección de los gametos a emplear para tratar de mejorar las tasas de embarazo de cada intento.

Nuevos experimentos mostraron que los óvulos solo se fusionan con espermatozoides si portan la proteína Juno en su superficie. Las hembras de ratón cuyos óvulos no tenían la proteína Juno no eran fértiles, al igual que los ratones machos que no portaban la proteína Izumo. Según los investigadores, Juno está presente en todos los genomas secuenciados de mamíferos; el secreto, continua José Luis Neyro, está en poder identificar esa presencia de forma clínicamente aplicable.

«Al identificar las moléculas presentes en todos los espermatozoides y óvulos, que deben unirse para que se produzca la concepción, hemos dado solución a un misterio biológico que llevaba mucho tiempo sin resolver», explica Gavin Wright, director del estudio. Este descubrimiento puede contribuir a la mejora de los tratamientos de fertilidad y a la creación de nuevos anticonceptivos.

La interacción entre estas dos proteínas es muy débil, señalan los investigadores. Aproximadamente 40 minutos tras la fertilización inicial, la proteína llamada Juno es prácticamente indetectable en el óvulo. Quizás este sea el modo en el que el óvulo asegura que solo lo fertilice un espermatozoide, explicaron los investigadores; de hecho, tras la ventana de fertilización que llamamos en clínica, señala el Dr. Neyro, la polispermia /(penetración de más de un espermio en el ovocito) es la norma y ello lleva indefectiblemente al aborto. Nuestro gran reto sigue siendo mejorar la efectividad clínica de cada uno de nuestros intentos de reproducción (ver en http://www.neyro.com/2012/11/19/cada-ano-nacen-en-espana-mas-de-15-000-ninos-por-medio-de-tecnicas-de-reproduccion-asistida/)

Vacunas contra el cáncer de ano y de recto, mas seguras y eficaces

En los últimos tiempos se está desarrollando una corriente que basada en la ausencia de la visión de las enfermedades, aconseja equivocadamente dejar de vacunar en general. Entre tanto, las autoridades sanitarias y reguladoras de todo el mundo explican que el asunto es al contrario: se ven menos enfermedades porque se vacuna.
En algunos casos, como en el del cáncer de cuello se ha afirmado que entre la prevención primaria de la infección por virus del papiloma mediante la vacunación y la secundaria con las citologías periódicas, la enfermedad es susceptible de desaparición incluso.
Recientemente, las autoridades sanitarias europeas habían re-avalado nuevas pautas más cómodas de vacunación con esa vacuna (ver en http://www.neyro.com/2014/03/13/nueva-respuesta-positiva-del-comite-de-medicamentos-de-uso-humano-de-la-agencia-europea-del-medicamento-ema-r-especto-a-vacunas/)
Hace todavía menos de un mes, de nuevo, la vacuna tetravalente para prevenir el Virus del Papiloma Humano (VPH), ha recibido otro reaval: la opinión positiva del Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP, por sus siglas en inglés) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para la prevención de lesiones precancerosas anales y cáncer anal, relacionados causalmente con los tipos 16 y 18 del virus del papiloma humano (VPH) oncogénico.
Esta nueva indicación viene avalada por los resultados de un estudio en el que se demuestra la gran eficacia de Gardasil® frente las lesiones precancerosas asociadas a los tipos 6, 11, 16 y 18 del VPH (NIA 2/3) y que son reconocidas como precursores de cánceres analesiv.
Ya teníamos noticias que la misma vacuna podría ser una solución para la prevención de muchos cánceres de la esfera orofaíngea, como nos recuerda nuestro experto el Dr. José Luis Neyro (ver en http://www.neyro.com/2013/12/30/la-vacuna-del-vph-tambien-podria-contribuir-a-la-prevencion-del-cancer-orofaringeo/); en su centro, se sigue una política desde hace años de vacunación gratuita a todas las personas que lo soliciten.

Se estima que en Europa se producen anualmente unos 6.800 casos nuevos de cáncer anal, entre los cuales, del 75% al 80% son atribuibles a los tipos 16 y 18 del VPHi,ii,iii. De acuerdo con los estudios de población realizados, el cáncer anal es más frecuente en mujeres que en hombres, dándose más del 60% de los casos en mujeresi.

La incidencia de cáncer anal en hombres es mayor entre varones homosexuales, aunque un estudio poblacional estimó que un 53% de los casos de cáncer anal ocurrieron en varones heterosexualesiii. La incidencia del cáncer anal ha aumentado durante las últimas décadas, tanto en hombres como en mujeres, en los países industrializados en general, y en Europa, en particulariii.
La eficacia de esa vacuna tetravalente contra la enfermedad anal (neoplasia intraepitelial anal -NIA- y cáncer anal) se evaluó en una población de 598 varones que mantienen relaciones sexuales con hombres de edades comprendidas entre 16 y 26 años. El análisis principal se realizó en la población  por protocolo (PP), y consistió en individuos que recibieron las tres dosis a lo largo de un año de reclutamiento, que no tuvieron ninguna desviación importante respecto al protocolo del estudio, que no estaban infectados por los tipos 6, 11, 16 y 18 del VPH al entrar en el estudio y que continuaron libres de infección por estos cuatro tipos de VPH durante un mes después de recibir la última dosis de la vacunav.

La eficacia clínica en reducción de la incidencia de NIA 2/3 relacionadas con los tipos 6, 11, 16 y 18 del VPH fue del 74,9% (IC 95%: 8,8, 95,4) y 86,6% (IC 95%: 0,0, 99,7) para las NIA 2/3 relacionadas con los tipos oncogénicos 16 y 18 del VPHv. La media de la duración del seguimiento fue de 2,15 años.

De hecho, ya teníamos noticia de que este tipo de vacuna era recomendable en varones y estaba autorizada su difusión en ese sexo desde hace más de dos años y medio (ver en http://www.neyro.com/2011/09/06/la-union-europea-autoriza-el-uso-de-una-vacuna-contra-el-vph-en-varones/), nos aclara el Dr. Neyro.
El CHMP validó la extrapolación de la eficacia de Gardasil® en la prevención de la NIA 2/3 en la población de varones homosexuales a la población de hombres y mujeres heterosexuales sanos
iForman D, de Martel C, Lacey CJ, Soerjomataram I, Lortet-Tieulent J, Bruni L, et al. Global burden of human papillomavirus and related diseases. Vaccine 2012;30 Suppl 5:F12-23.
iide Martel C, Ferlay J, Franceschi S, Vignat J, Bray F, Forman D, et al. Global burden of cancers attributable to infections in 2008: a review and synthetic analysis. Lancet Oncol 2012;13(6):607-15.
iiiDe Vuyst H, Clifford GM, Nascimento MC, Madeleine MM, Franceschi S. Prevalence and type distribution of human papillomavirus in carcinoma and intraepithelial neoplasia of the vulva, vagina and anus: a meta-analysis. Int J Cancer 2009;124(7):1626-36.
ivScholefield JH, Castle MT, Watson NF. Malignant transformation of high grade anal intraepithelial neoplasia. Br J Surg 2005;92:1133-6.
vGardasil SmPC, April 2014

El sobrepeso aumenta el riesgo del cáncer de mama después de la menopausia

Un estudio de la Sociedad Americana del Cáncer ha determinado que tener un índice de masa corporal (IMC) elevado que muestre sobrepeso u obesidad (ésto es, pasar de 25 o 30 respectivamente, señala el titular de este web, Dr. José Luis Neyro) puede aumentar el riesgo de sufrir cáncer de mama después de la menopausia, con independencia de si la grasa se acumula en el vientre, la cintura o las caderas.
Así se desprende de los resultados publicados en la revista “Cancer Causes, and Control”, que contradicen la creencia provocada por investigaciones previas que sugerían que este mayor riesgo de cáncer dependía de dónde se acumulara la grasa.
El llamado IMC o índice de masa corporal se calcula dividiendo el peso de la persona expresado en kilos por la talla expresada en metros al cuadrado, es decir….IMC = peso (en Kg) / talla x talla (en mts.).
La obesidad abdominal se ha relacionado con un mayor riesgo de numerosas enfermedades, como la diabetes o determinadas dolencias cardiovasculares, lo que sugería que las mujeres con cuerpo «con forma de manzana», que concentran la grasa en el pecho y en el torso, tienen más riesgo que las que tienen «forma de pera» y acumulan la grasa en caderas, muslos y nalgas.

Para indagar en esta teoría, un equipo dirigido por la investigadora Mia Gaudet analizó datos de un total de 28.965 mujeres participantes en la segunda parte del ‘Cancer Prevention Study’, entre quienes se detectaron un total de 1.088 casos de cáncer de mama invasivo durante una mediana de 11,58 años de seguimiento.

De este modo, vieron una relación «estadísticamente significativa» entre el desarrollo de estos tumores y un IMC más elevado, «con independencia de que fueran peras o manzanas», ha señalado Gaudet; lo alertábamos hace años en un suelto de este mismo web en el link http://www.neyro.com/2011/02/09/cancer-de-mama-factores-de-riesgo-y-como-evitarlos/

«Este estudio trae un poco de claridad a la relación entre la obesidad y el riesgo de cáncer de mama», insiste esta experta, que confía en que estos datos permitan centrarse en lo que erróneamente se han considerado factores de riesgo para el cáncer de mama.
Es más, aclara el Dr. Neyro, «hemos comprobado que hasta un 95% de mujeres con cáncer de mama no tiene ningún factor de riesgo para desarrollarlo» (ver en http://www.neyro.com/2007/09/20/el-95-por-ciento-de-las-mujeres-con-cancer-de-mama-no-responde-al-perfil-de-riesgo-establecido-por-los-expertos/) Deberemos seguir investigando.

El desconocido decálogo de la osteoporosis; la amenaza silenciosa.

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Diez cosas que no sabías de la osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad que afecta a la mitad de las mujeres tras pasar su menopausia y que potencia el deterioro de los huesos, altera su micro-arquitectura y por ello, predispone al riesgo incrementado de fracturas de bajo impacto.
Se llaman fracturas de bajo impacto, nos aclara el Dr. Neyro, referente en estos temas de salud ósea femenina, «todas aquellas que una paciente se hace cuando se cae desde su propia altura o desde una escalera de menos de tres peldaños y que no interesan a la cara, el cráneo, las manos o los pies»
Las causas se atribuyen a la disminución del tejido óseo, a la pérdida de masa ósea (medible siempre mediante densitometría ósea con DEXA), la falta de proteínas en su estructura y los escasos niveles de calcio, un mineral entre otros indispensable para su desarrollo. Esta patología, que es más frecuente en mujeres mayores de 50 años, se presenta cuando el organismo no es capaz de llevar a cabo el remodelado continuo de los huesos en equilibrio y comienza a destruir más hueso sin compensar su pérdida con la formación de hueso nuevo sano.
Es por ello que, a continuación, le ofrecemos una lista de las diez cosas que no conocía de la osteoporosis, con el fin de aclarar sus dudas y ayudarle a cuidar su salud:
1. Los expertos han clasificado la enfermedad, de acuerdo a la densidad ósea. La osteopenia o baja masa ósea, que en ocasiones no precisa fármacos excepto adecuadas cantidades de calcio y mantener buenos niveles de vitamina D, y la osteoporosis.
2. No hay síntomas en las etapas iniciales. De hecho, es posible que el paciente sufra una fractura, antes de estar al tanto de su padecimiento. Sin embargo, el incremento de dolor en la zona de la espalda y la pérdida de estatura pueden revelar el daño en los huesos, porque (señala el Dr. Neyro) «lo que duelen son las fracturas».
3. El consumo de tabaco y alcohol son mecanismos que favorecen el deterioro. Igualmente, más de tres tazas de café por día son tóxicos para el metabolismo óseo.
4. El especialista realiza el diagnóstico mediante una densitometría ósea, tipo DEXA; acuda a su ginecólogo o a su reumatólogo, a su traumatólogo o a su médico de familia (todos ellos deben entender de osteoporosis, dice el Dr. Neyro).
5. El factor hereditario es muy común. De hecho, uno de los factores de riesgo más importante es la historia familiar de osteoporosis y, sobre todo, de fractura de cadera en la madre o el padre de la paciente.
6. Llevar una alimentación balanceada es una excelente forma de prevenir la enfermedad. La ingesta de lácteos (leche, quesos, yogures…), sardinas, almendras y coco, verduras de hoja verde (espinacas, rúcula, canónigos, berros, acelgas, brócoli….), durante toda la vida sobre todo en la infancia, la adolescencia y juventud, el embarazo y la peri-menopausia, contribuirá a fortalecer tus huesos.
7. Múltiples estudios señalan que la actividad física puede mantener o incrementar la densidad ósea. Esa actividad física tiene que ser de presión sobre los huesos, como caminar a buen paso, saltar, correr, boxeo, tenis, padel, baloncesto, saltar a la comba, bailar en las personas mayores….; el ejercicio debe ser diario y adaptado a la edad.
8. Se recomienda evitar el consumo de bebidas ricas en cafeína. Antes señalábamos la dosis máxima por día, para no entrar en la toxicidad ósea.
9. El tratamiento abarca, tanto cambios en el estilo de vida, como la administración de fármacos. Recuerde no auto-medicarse pero, lo que es tan importante o más aún, no abandonar nunca la terapia que el médico le haya prescrito.
10. Es fundamental que procures no sufrir caídas ni lesiones. Es una leyenda urbana que «la abuela se cayera tras romperse la cadera»; en realidad, la cadera se rompe tras una caída, de bajo impacto, nos recuerda nuestro experto, pero siempre tras una caída. Recordemos que el mantenimiento de unos niveles adecuados de vitamina D en sangre ayuda a disminuir el riesgo de caídas de las personas mayores.

Las madres con mayor peso tienen más riesgo de muerte fetal e infantil

No se ha establecido un IMC óptimo previo al embarazo para prevenir la muerte fetal e infantil; de hecho, afirma el Dr. Neyro, responsable de este web, teníamos noticias de que el sobrepeso materno, la obesidad concretamente, podría poner en entredicho la vida del feto en desarrollo (ver en http://www.neyro.com/2011/04/06/la-obesidad-de-la-madre-amenaza-la-vida-del-hijo/)    

Ahora, por otro lado, se demuestra que un mayor índice de masa corporal (IMC) materno antes o al comienzo del embarazo se asocia con un riesgo más elevado de muerte fetal y muerte infantil, según alerta un estudio que se publica en la revista “JAMA” (el diario de la Asociación Médica Americana).

A nivel mundial, se produjeron aproximadamente 2,7 millones de nacidos muertos en 2008. Cada vez menos en Occidente y entre los países llamados industrializados, no solo debido a la crisis económica y financiera, sino en función de otros parámetros…, también relacionados con el sobrepeso (ver en http://www.neyro.com/2013/12/27/a-mayor-peso-mas-posibilidades-de-tener-poca-cantidad-de-espermatozoides/) Además, se estima que cada año ocurren 3,6 millones de muertes neonatales (muerte ocurrida después del nacimiento de un bebé vivo, pero antes de la edad de 28 días).

Varios estudios han sugerido que el mayor índice de masa corporal materno antes o durante el embarazo temprano se asocia con un riesgo superior de muerte fetal, muerte perinatal (muerte fetal y neonatal precoz), muerte neonatal y mortalidad infantil, aunque no todos han encontrado una asociación significativa. Sin embargo, no se ha establecido un IMC óptimo previo al embarazo para prevenir la muerte fetal e infantil.

Dagfinn Aune, del Imperial College London, en Reino Unido, y su equipo realizaron una revisión y un metaanálisis para examinar la asociación entre el IMC materno antes o al comienzo del embarazo y el riesgo de muerte fetal y muerte infantil. Tras una búsqueda en la literatura médica, identificaron 38 estudios que cumplían los criterios para su inclusión en el metaanálisis, con más de 10.147 muertes fetales, 16.274 partos nacidos muertos, 4.311 muertes perinatales, 11.294 muertes neonatales y 4.983 lactantes muertos.

Los investigadores vieron que incluso un modesto incremento en el IMC materno se asoció con un mayor riesgo de muerte fetal, muerte neonatal, muerte perinatal y muerte infantil. Se observó el mayor riesgo en la categoría de mujeres con obesidad severa, de forma que las embarazadas con un IMC de 40 tenían un riesgo aproximado de entre dos y tres veces mayor frente a las mujeres con un IMC de 20.

Los autores sugieren que varios mecanismos biológicos podrían explicar la asociación encontrada en este estudio, incluyendo que el sobrepeso o la obesidad se ha relacionado con un mayor riesgo de preeclampsia, diabetes gestacional, diabetes tipo 2, hipertensión gestacional y anomalías congénitas, condiciones que han sido fuertemente vinculadas, entre otras, con el riesgo de muerte fetal e infantil. Si a ello añadimos la creciente y cada vez más retrasada edad materna en el primer embarazo, señala el responsable de este web, la combinación de todos los factores empieza a ser preocupante.

Además, señala el Dr. Neyro para finalizar, la obesidad materna durante la gestación condiciona un mayor riesgo de obesidad infantil y este dato está creciendo de manera alarmante, también, en los países llamados emergentes que copian y reproducen rápidamente los malos hábitos dietéticos de la población occidental (ver y escuchar en http://www.neyro.com/2010/10/11/obesidad-infantil/)