Una cesárea podría poner a las mujeres en un riesgo ligeramente superior de embarazos ectópicos y mortinatos en embarazos futuros, según halla un estudio reciente, publicado en “PLoS Medicine”. Pero el riesgo de una de esas complicaciones sigue siendo muy bajo, apuntaron los investigadores. Lo que es seguro, apostilla el Dr. José Luis Neyro es que nuestras investigaciones revelan que solo el 45% de las mujeres paren vía vaginal tras haber sufrido una cesárea anterior. El modo de parir condiciona seriamente la forma del futuro obstétrico-ginecológico de las mujeres; nada es gratuito, señala.
Los investigadores analizaron datos de casi 833,000 madres primerizas en Dinamarca. Aquellas cuyos bebés nacieron por cesárea tenían un riesgo un 14% más alto de mortinatos en su próximo embarazo que las que tuvieron un parto vaginal. Un mortinato se describe como la muerte de un feto de más de 20 semanas de gestación. Esto equivale a un aumento del 0.03% en el riesgo absoluto. Eso significa que por cada 3.000 cesáreas habría un mortinato adicional en embarazos futuros, explicaron los investigadores.
También hallaron que las mujeres que se sometían a una cesárea tenían un 9% más de probabilidades de tener un embarazo ectópico en el futuro que las que habían tenido un parto vaginal. Eso es un aumento del 0.1% en el riesgo absoluto, lo que equivale a que por cada 1.000 cesáreas habría un embarazo ectópico adicional en los embarazos futuros. En un embarazo ectópico, el embrión recién creado crece en las trompas de Falopio o en otras ubicaciones fuera del útero. Generalmente resulta en la pérdida del feto y puede ser letal para la madre, según en qué lugar del mundo se de la circunstancia y el tipo de asistencia sanitaria que en él se disponga, señala el titular de este web, el conocido ginecólogo José Luis Neyro..
Practicarse una cesárea para un primer bebé no aumentó el riesgo de aborto espontáneo en los embarazos futuros de una mujer, según los investigadores del Colegio Universitario de Cork, en Irlanda, y de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca. Un aborto involuntario por lo general se describe como la pérdida espontánea de un feto antes de las 20 semanas de embarazo.
«Los hallazgos del estudio actual son particularmente importantes para las madres embarazadas, y para los profesionales de la atención sanitaria, ya que las tasas de cesáreas están aumentando de forma significativa en todo el mundo», señaló la autora del estudio, Louise Kenny. Es muy extraño encontrar lugares o maternidades en las que se baje del famoso 15% que la OMS señala como máximo ideal teórico, refiere el Dr. Neyro; nosotros estamos en un exiguo 11% y con las mismas cifras de mortalidad perinatal que los mejores centros del mundo; tenemos los mejores resultados de España por supuesto y de muchos lugares de Europa también.
No nos engañemos (señala el Dr. Neyro a modo de conclusiones): lleva más trabajo y más vigilancia perinatal; a los ginecólogos nos resulta más cómodo hacer una cesárea en 20-25 minutos que atender un parto y acompañar a la madre durante 6, 10 o 20 horas que puede durar un parto por vía vaginal. «pero la que gana es la madre, la beneficiada es la mujer y su propio futuro y ello para nosotros es sagrado»