¿Están obligadamente ligados el alcohol y el sexo de riesgo a la diversión de los jóvenes?

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Parece ocioso y redundante hasta la náusea empezar esta suelto en nuestro blog diciendo que «los tiempos cambian de forma continuada y que ya nada es como fue como antaño. Sin solución de continuidad, este blog (creado al final del siglo pasado y que cuando escribimos estas líneas va para los 4.3 millones de visitantes) se ha venido ocupando de este tipo de temas en diversas ocasiones.

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No hay mayor mortalidad con la terapia hormonal de la menopausia en el seguimiento a 18 años.

El uso de hormonoterapia en mujeres posmenopáusicas no incrementó el riesgo de muerte por causas cardiovasculares, cáncer o todas las causas, casi dos décadas después de los estudios del tristemente famoso Women’s Health Initiative (WHI), según muestra un nuevo análisis publicado en JAMA y disponible en http://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2653735.

El equipo de investigación incluyó a muchos de los mismos investigadores que llevaron a cabo los estudios originales, del estrógeno con progestina publicado en 2002 (disponible en http://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/195120) y de solo estrógeno publicado en 2004 con resultados muy dispares (y disponible en http://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/198540
).»En mi opinión, el mensaje fundamental es consistente con lo que hicimos con anterioridad», dijo la Dra. Garnet Anderson, coautora en este nuevo estudio e investigadora co-principal en los estudios originales de la WHI. «Cuando analizamos la mortalidad por todas las causas al concluir los primeros estudios, no hubo diferencias. Ahora, años más tarde y con más datos todavía, no estamos viendo ninguna diferencia».

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La ingesta de una copa de alcohol al día aumenta el riesgo de cáncer de mama.

Ni ha nadie engañamos ni a ninguna persona sorprenderemos si afirmamos o recordamos que la ingesta de alcohol está relacionada con diferentes tipos de cáncer, tal y como hace poco señalamos en este mismo blog en una entrada previa en http://www.neyro.com/2017/04/03/beber-alcohol-produce-siete-tipos-diferentes-de-cancer/
Sabemos que el alcohol es básicamente un tóxico para el organismo y su relación (no solo fisiopatológica, sino también por la evidencia epidemiológica) con el cáncer es cada vez más evidente, cierta y fiable. Lo expusimos hace bien poco tiempo en este lugar en http://www.neyro.com/2017/03/31/apoya-la-epidemiologia-mas-cientifica-la-idea-de-que-el-alcohol-causa-el-cancer/

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A vueltas con los intentos de reducir la mortalidad por cáncer de ovario; nuevas noticias.

no de los temas «espinita» que seguimos manteniendo los ginecólogos en el abordaje de la salud de la mujer, sigue siendo bien entrado el siglo XXI, la reducción de la mortalidad por el temido cáncer de ovario en su vertiente epitelial, la más frecuente y de ordinario la más dañina.

Alguna puerta se ha abierto en los últimos meses desde muy diferentes abordajes tal y como expusimos en una noticia previa publicada en este blog en http://www.neyro.com/2015/12/31/nueva-esperanza-de-que-el-cribado-de-cancer-de-ovario-pudiera-reducir-un-20-la-mortalidad/.
Pero realmente, el avance creemos fundamental en la lucha contra esta mortífera enfermedad aparece cuando comienza a extenderse la idea que su origen realmente no está en el micro-daño repetido que las sucesivas ovulaciones tenían sobre la superficie epitelial del ovario, sino en alguna estructura cercana, pero diferente como eran las trompas de Fallopio.
De hecho, unos autores canadienses publicaron en mayo del casi ya lejano 2014 un estudio retrospectivo de cohorte basado en población en el que daban datos al respecto con nada menos que casi 44.000 mujeres de la Brito Columbia (la «beatiful», como ellos dicen de su tierra en el extremo suroeste de Cannadá), seguidas entre 2008 y 2011.
Allí se demostraba que extirparles las trompas a las mujeres que iban a sufrir una histerectomía o que habían solicitado su esterlización voluntaria, no añadía ni morbilidad ni aumentaba la mortalidad de ese proceder. El lector interesado puede seguir el original en el enlace siguiente, en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24412119
El asunto tuvo tanto impacto que nos ocupamos de desarrollarlo en una noticia previa en nuestro propio blog que fue muy seguido en las redes sociales; está en http://www.neyro.com/2016/08/26/extirpacion-de-las-trompas-para-reducir-la-aparicion-del-cancer-de-ovario/
Pues bien, ahora nos llega un escalón más en la escala de la evidencia cinetífica en forma de revisión sistemática y metanálisis, que no es otra cosa que el análisis de los análisis previos que diferentes autores han hecho sobre un determinado tema. Como sabemos y ya arriba comentamos, se había sugerido que la salpingectomía podría reducir el riesgo de cáncer ovárico epitelial (COE) en base a la teoría de que la trompa es el origen del cáncer.
En el trabajo que ahora comentamos, apenas publicado en el número de junio de 2017 del prestigioso British Medical Journal, se realizó una revisión sistemática sobre la salpingectomía asociada con el riesgo de cáncer de ovario y el efecto de la salpingectomía durante la histerectomía sobre las complicaciones, incluyendo la función endocrina. El lector puede seguir el original del manuscrito publicado en el enlace https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Darelius+A%2C+Lycke+M%2C+Kindblom+JM%2C+et+al.+BJOG.+2017+Jun%3B+124(6)%3A+880–889.

De 844 artículos identificados, 11 cumplieron los criterios de inclusión. Lamentablemente, ningún estudio evaluó la reducción del riesgo de COE tras la salpingectomía junto con la histerectomía. Dos estudios retrospectivos publicaron un menor riesgo frente a la no cirugía, con una hazard ratio ajustada de 0,65 (95% IC 0,52-0,81); esto supone una reducción nada menos que del 35% del riesgo. No se encontraron diferencias en relación a las complicaciones entre los grupos con y sin salpingectomía. La función ovárica, medida mediante parámetros subrogados, fue similar a corto plazo.

En conclusión, existe poca evidencia que permita afirmar que la salpingectomía reduce el riesgo de COE, y su impacto a largo plazo en la función endocrina se desconoce, pero de momento, toda la que hay, señala nuestro experto, el Dr José Luis nEyro, no señala que cause mayores problemas hacerlo (extirpar las trompas) y aunque el grueso de la evidencia es escasa como señalan los autores, es siempre positiva.

Deberemos seguir profundizando en este tipo de actitudes para tener las suficientes experiencias como para que el ulterior análisis estadístico nos permita en un futuro afirmarlo con rotundidad.
Fuente consultada: Darelius A, Lycke M, Kindblom JM, et al. BJOG. 2017 Jun; 124(6): 880–889.

GINECOLOGÍA Y DIVULGACIÓN MÉDICA