todo es reciente en esta infección que nos ha cambiado la vida en los dos últimos años, para redondear los tiempos…, aunque todo empezó tímidamente en aquel lejano noviembre de 2019 en una ciudad china que ni nos sonaba… Si miramos con perspectiva, para los dedicados a la salud de la mujer, una de nuestras preocupaciones fundamentales era si las vacunas de la población general serían empleables en la gestante…; de hecho, nos ocupamos del tema ya en abril de este mismo año 2021 (ver en https://www.neyro.com/2021/04/09/iniciados-ensayos-clinicos-sobre-vacunas-frente-a-covid19-en-mujeres-embarazadas/)
La respuesta nos llegó temprano porque la investigación científica en estos asuntos ha conseguido reducir los plazos sin perder ni un ápice de la seguridad que es mandatoria en cualquier investigación científica. Lo expresamos poco después, pero también hace poco tiempo y puede consultarse en una noticia de este mismo agosto 2021 (aunque le parezca al lector que ha pasado mucho tiempo, son apenas 2.5 meses apenas). Ver en el enlace siguiente https://www.neyro.com/2021/08/30/como-fue-la-inmunogenicidad-de-las-vacunas-de-arnm-frente-a-covid19-en-mujeres-embarazadas-y-lactantes/
Algunas cosas se fijan en la memoria (o la crean, como señala la moderna neurología) a base de repetirse una y otra vez; pero no siempre son reales ni, a veces, responden siquiera a la verdad. Y es que durante muchos años nuestras (respetadas) autoridades sanitarias han repetido como mantra que «España cuenta con uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo», decían…, nada menos. ¿Pero hasta qué punto es cierta esta afirmación? (recordemos que en este pasado 2020 analizamos la mortalidad causada por este nuevo virus en https://www.neyro.com/2020/09/30/analizando-las-causas-de-mortalidad-por-covid19-en-espana/). Tenemos la esperanza de vida más alta de Europa y una de las mejores del mundo: en el 2019 la esperanza de vida era de 84 años, aunque la primera ola de COVID-19 en el 2020 dejó muchas muertes en la tercera edad, retrocediendo hasta los 82,4 años.
Desde la segunda guerra mundial, de forma inexorable solo cuestionada por la gran epidemia de SIDA (pandemia en realidad y que aún permanece entre nosotros), la esperanza de vida media de la población humana seguía aumentando de manera continua y en todos los lugares del mundo, incluso en los países más desfavorecidos (como ya contamos en este mismo blog en https://www.neyro.com/2015/01/16/envejecemos-todos-la-esperanza-de-vida-mundial-ha-aumentado-seis-anos-desde-1990/). Llevábamos más de treinta años de aumento de esas cifras y llegó un nuevo protagonista, con alardes de pretender ser primera figura, y todo lo trastocó.
Efectivamente, a estas alturas de la película (de terror seguramente si hubiera que elegir un género para encuadrarla…), hasta nuestras (respetadas) autoridades sanitarias han terminado por asumir que las mujeres embarazadas son un grupo de especial vulnerabilidad para sufrir CoVID19 y precisan especial protección por sus características inmunitarias de depresión parcial de su actividad. Lo indicamos hace ya tiempo en https://www.neyro.com/2020/06/07/tratamiento-de-las-complicaciones-de-covid19-durante-el-embarazo/, cuando señalábamos (hace más de un año largo) las complicaciones que las gestantes desarrollaban en este ámbito de enfermedad.