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10º curso de Formación Continuada de Salud de la Mujer

Una veintena de especialistas analizaron  en el paraninfo de la Universidad del País Vasco en
Bilbao, la salud de la mujer en el siglo XXI desde una perspectiva científica. Para ello, se abordaron aspectos
como la artrosis, la revisión global de la salud vaginal y la salud general.

curso2013
Los organizadores de esta décima edición del curso de formación continuada sobre ‘Salud de la Mujer’ han
explicado que esta jornada se desarrolló  en un contexto en el que, según reconoce la Organización Mundial
de la Salud, «aunque las mujeres tienen mayor esperanza de vida que los hombres en la mayoría de los
países, hay una serie de factores sanitarios y sociales que se combinan para hacer que la calidad de vida de
las mujeres sea inferior».
Los riesgos para la salud de la mujer se ven afectados por factores como las desigualdades en el acceso a la
información, la atención y las prácticas sanitarias básicas. Entre los «peligros» que genera la discriminación
sexual, se encuentran la violencia física y sexual, las infecciones de transmisión sexual, el VIH/SIDA, el
paludismo o la neumopatía obstructiva crónica.
Además, la OMS destaca que el consumo de tabaco representa «una amenaza cada vez más importante»
para la salud de la mujer, y en los países en desarrollo las tasas de mortalidad durante el embarazo y el parto
siguen siendo elevadas.
La jornada analizó cuestiones de salud general de la mujer como la incontinencia urinaria,
nutrición y alimentos funcionales, las necesidades de hierro de la gestación al climaterio o la osteoporosis.
También se estudiaron  la artrosis en la mujer y la revisión global de la salud vaginal.
Entre las cuestiones que se abordaron se encuentra el virus del papiloma humano (HPV), «una cuestión
esencial dado que por primera vez en la historia se puede vacunar contra un cáncer», ha explicado uno de los
coordinadores de la iniciativa, el doctor Ricardo Franco, que considera que «existen razones» para
mantenerla «más allá de la adolescencia».
Además, ha resaltado que «se ha descubierto que el gen de este virus no solo incide en el cáncer de cuello
de útero sino que, en determinados caso, tiene su peso en el cáncer de próstata, de pene o de pulmón» y, por
tanto, «no es algo exclusivamente femenino».
Más de 200 profesionales asistierona la jornada, que fue inugurada a por
el presidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, Juan Goiria, el presidente del Colegio Oficia

de Médicos de Bizkaia, Cosme Naveda, la directora de Osasun Ikaskuntza Fundazioa, Belén Fernández, y el

presidente de la comisión rectora de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, Francisco Albisu,
además de los doctores Ricardo Franco Vicario y José Luis Neyro, coordinadores del curso.

Las mujeres con mutaciones en el gen BRCA tienen mayor riesgo de padecer menopausia precoz

Investigadores de la Universidad de California en San Francisco, USCF (EEUU) han descubierto mediante un estudio observacional que las mujeres que padecen mutaciones dañinas en el gen BRCA (breast cancer 1 y 2) «alojado en el brazo largo del croosoma 17, junto a su centrómero» (nos aclara el experto en ginecología Dr José Luis Neyro de Bilbao, España), que provoca mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama y de ovario, tienden a experimentar, además, la menopausia significativamente antes que otras mujeres.
A su vez se observó que las portadoras de la mutación que además fuman habitualmente experimentan la menopausia a una edad más temprana que las mujeres no fumadoras con la mutación.
Este estudio publicado en la revista Cancer evaluó la asociación entre los genes BRCA1 y BRCA2 , junto a la edad de inicio de síntomas de la menopausia. «Nuestros hallazgos muestran que la mutación de estos genes se ha relacionado con la menopausia precoz, que podría conducir a una mayor incidencia de infertilidad», según Mitchel Rosen, autor del estudio y director del Centro de Preservación de la Fertilidad del Centro de la UCSF. A su juicio, esto se puede añadir a las «importantes consecuencias psicológicas» de ser portador del gen BRCA1 / 2 y probablemente puede tener un impacto en la toma de decisiones reproductivas.

Las mutaciones en cualquiera de los genes BRCA 1 o BRCA 2 pueden producir un riesgo hereditario, incrementando a su vez las probabilidades de desarrollar cáncer de mama y cáncer de ovario. Los genes anormales son la causa hereditaria de cáncer de mama más identificada, puesto que sus portadoras tienen cinco veces más probabilidades de desarrollar tumores de mama que las que no poseen las mutaciones, según el Instituto Nacional de Cáncer estadounidense.

Por ello, el nuevo estudio fue diseñado para determinar si las mujeres con la mutación BRCA1 o BRCA2 poeían además un inicio más temprano de la menopausia en comparación con las mujeres no afectadas. Para ello estudiaron a casi 400 mujeres portadoras de mutaciones en el gen BRCA en el norte de California y compararon su aparición de la menopausia con 765 mujeres en el mismo área geográfica sin la mutación.

Los científicos observaron que las mujeres que padecían la menopausia con la mutación perjudicial la experimentaron a una edad más temprana, 50 años, en comparación con los 53 años de las otras mujeres.

Las fumadoras habituales con el gen anormal experimentaron la menopausia en una etapa aún más temprana, a los 46 años, frente al 7 por ciento de las mujeres en el norte de California que habían desarrollado la menopausia antes de esa edad, según los autores. Por ello se demuestra que el tabaquismo altera los ciclos menstruales y el estado de los estrógenos, entre otros impactos. «Ya habíamos demostrado con anterioridad con nuestros propios estuudios epidemiológicos que el tabaquismo inveterado adelanta varios años la menopausia incluso entre mujeres normales no portadoras de estos protooncogenes», señala el Dr Neyro.

LOS TRASTORNOS MENSTRUALES EN LA PERIMENOPAUSIA

(٭) Ponencia publicada en el 7º Congreso Latinoamericano de Climaterio y Menopausia. FLASCYM. Cancún, 29.05 a 02.06.2010

INTRODUCCIÓN.

 

Los trastornos menstruales de la perimenopausia tienen académicamente y por definición su origen en las características fundamentales de la función ovárica que, dicho sea de paso, es el único órgano de la economía que “agota” textualmente su función después de unos años de funcionamiento correcto, en el mejor de los casos.

 

Por si ésto fuera poco, el ovario (los ovarios, entendidos como un todo indisoluble en sus funciones coordinadas) es también el único órgano de la economía que se permite el lujo de cambiar de función casi cada día y, lo que es más importante incluso de forma. No solo, sino que además se rompe cada mes al menos una vez para continuar su función estableciéndose automáticamente mecanismos de reparación que le permiten evitar su deterioro en función de esos cambios orgánicos.

 

Pues bien, los trastornos menstruales de la perimenopausia no son otra cosa, no podía ser de otra forma, que la expresión del declinar de la función ovárica en los años inmediatamente anteriores a su declive definitivo camino del agotamiento folicular, verdadera base fisiopatológica de esos trastornos. De ahí puede deducirse fácilmente la importancia capital que tiene el conocimiento pormenorizado y preciso de la fisiología de la ovulación, su control neuroendocrino, la regulación auto y paracrina del funcionamiento del aparato folicular.

 

RECUERDO FISIOLÓGICO DE LA FUNCIÓN OVÁRICA.

 

La función ovárica se caracteriza fundamentalmente por ser limitada en el tiempo en virtud de lo acotado del pool folicular ovárico; de hecho, si consideramos que el número de folículos primordiales es de alrededor de 7 millones en la semana 20 de gestación y tal solo de 2 millones en el momento del nacimiento, tendremos que considerar que más del 80% de los folículos primordiales tienden a la atresia en un tiempo en el que todavía no se ha iniciado la actividad funcional ovárica. Aún más, entre el nacimiento y la menarquia, cuando comienza la actividad funcional de la gónada femenina, se habrán perdido un total de 1.600.000 folículos primordiales aproximadamente, restando a la función genital normal tan solo 400.000 que se gastarán indefectiblemente a lo largo de los 400 a 450 ciclos de que dispone la mujer entre la menarquia y la menopausia. Desde este punto de vista endocrinológico, se considera que la menopausia es la expresión de la actividad de los últimos folículos primordiales que se desarrollan en la gónada femenina.

 

Desde los estudios de Alain Gougeon en 1.986 de forma fundamental aunque no exclusivamente, sabemos que el desarrollo folicular íntegro transcurre a lo largo de un total de 85-90 días previos a la ovulación del folículo dominante en la medida en que las primeras señales de actividad intra-folicular suceden, precisamente, 85-90 días antes de que el folículo sufra la rotura de sus cubiertas periféricas y se produzca la extrusión del ovocito maduro. La circunstancia diferenciadora es que de todos esos folículos primordiales que son susceptibles de recibir el influjo, entre otras, de la FSH hipofisaria, más del 99% están llamados a una muerte celular programada con atresia folicular gracias a la cual tan solo llegan a desarrollarse de forma completa un total de 400-450 de todos ellos, a razón de 1 folículo en cada ciclo, de hecho, la gestación múltiple de origen multi-folicular es excepcional en nuestra especie, de no mediar drogas inductoras-estimuladoras del proceso.

 

Este procedimiento tan extraordinariamente selectivo tiene por finalidad natural asegurar la consecución de un ovocito en Metafase II que sea de una suficiente calidad como para conseguir un recién nacido vigoroso y con características de normalidad. Se conoce en este sentido que de cada 100 fertilizaciones que es capaz de producir una pareja fértil en condiciones estándar, por encima del 62% se pierden en forma de aborto y de todos ellos más del 90% de manera subclínica, sin que la mujer (y mucho menos su ginecólogo), llegaran siquiera a sospechar que hubiera acontecido la concepción.

 

Si analizamos los hechos endocrinos y auto-paracrinos de la regulación de la función gonadal desde los estudios de Gary Hodgen, comprenderemos cómo el ciclo ovárico se compone de ese total de aproximadamente 85-90 días en los cuales pueden distinguirse diferentes fases, a saber:

 

  • Crecimiento pre-antral y antral temprano con una duración estimada de unos 65 días; durante ese tiempo, los folículos primordiales tienen entre 0,12 mm. y 2 mm. de diámetro máximo. En este estadío madurativo se distinguen a nivel de la teca interna y externa un total de entre 600 y 3.700.000 células epitelioides. De todos los folículos antrales tempranos de la clase IV que llegan al final de este período, prácticamente el 24% están llamados a  la atresia folicular mediante apoptosis.
  • Selección folicular que viene a durar un total de entre 10 y 12 días aproximadamente que transcurren inmediatamente anteriores al comienzo del ciclo ovárico protagonista que estamos analizando. En este período los folículos mantienen un crecimiento de entre 2 y 5 mm., algunos de los cuales son objetivables ya mediante la ayuda de la ecografía transvaginal con sondas de alta frecuencia ultrasónica. Se distinguen aquí entre 1.900.000 y 9.400.000 células de la granulosa. Al final de este período, prácticamente el 77% de los folículos que llegan a la clase VI están destinados finalmente a la atresia folicular mediante apoptosis, al igual que en el apartado anterior.
  • Maduración folicular final hasta el estadío inmediatamente pre-ovulatorio, con una duración aproximada de entre 10 y 14 días (los correspondientes a la fase folicular del ciclo protagonista que estamos analizando). En este estadío, los folículos previamente reclutados y posteriormente seleccionados son inducidos a la atresia en más del 50% en la medida en que el que va a ser folículo dominante por encima de los 10-12 mm. de tamaño induce la apoptosis final de todos los demás, mediante la producción de elevados niveles de inhibina y adquiere un tamaño de hasta 20 mm. en fase inmediatamente pre-ovulatoria. Se acompaña de un total de alrededor de 6.000.000 de células de la granulosa que son los que confieren la actividad folicular y el incremento de los niveles estrogénicos a nivel periférico.

 

Hoy se admite desde un punto de vista del análisis de la regulación endocrina del aparato gonadal que el reclutamiento folicular masivo sucede durante la fase luteínica tardía del ciclo precedente, sucediendo la selección folicular ya en la fase folicular temprana con un dominio absoluto de la FSH en una fase del ciclo en el que todo transcurre con una absoluta independencia de la LH; seguramente ésta es la razón por la que durante la inducción de ovulación en esta fase concreta del ciclo solo se necesita el aporte exógeno de FSH recombinante sin la necesidad del aporte suplementario de cantidades ínfimas de LH. Inmediatamente después, durante la fase folicular media, se produce la alternancia en la dependencia hormonal hipofisaria pasando a ser cada vez más importante la LH y produciéndose la dominancia folicular; se establecerá el incrementado nivel de secreción de inhibina por parte de dicho folículo que inducirá la apoptosis final de los demás reduciendo de forma inmediata el crecimiento de los que habían sido previamente seleccionados. A partir de ahí,  durante la fase folicular tardía se establece la dominancia folicular tardía con la maduración final del ovocito que adquiere su estadío madurativo de Metafase II una vez que ha extruído su primer corpúsculo polar. Se abre entonces la “ventana de fertilización” que en la especie humana se limita a un período tan corto como 12 horas.

 

DECLIVE FOLICULAR PERIMENOPÁUSICO.

 

Durante los años inmediatamente anteriores a la premenopausia y de una forma académicamente considerada sin que se deban considerar como universalmente generalizados en todas las mujeres, se pueden distinguir “grosso modo” tres fases diferenciadas en el declinar de la actividad de la función gonadal femenina:

 

1.- Déficit de fase lútea: utilizamos aquí una terminología prácticamente periclitada correspondiente a la década de los 80 – más modernamente deficiencia progestacional – para determinar aquellos ciclos de esta fase de la vida en los que el cuerpo lúteo agota su función antes de los 14 días que le son preceptivos y comienza a explicitar su mal funcionamiento finalizando la secreción de progesterona entre los días 8º, 10º ó 12º después de la ovulación. Así las cosas, los ciclos menstruales tienden a acortarse  de manera progresiva y es el momento en el que las pacientes identifican que sus tipos menstruales han pasado de ser 4/28 a 3-4/22-25 e incluso 4/21-23.

 

Desde un punto de vista estrictamente reproductivo, son las concepciones más improbables y, de existir, los abortos más probables en la medida en que estos déficit de fase lútea con secreción inadecuada de progesterona en terminología antigua, no son otra cosa que la resultante de folículos que se han puesto en marcha tardíamente en la medida en que no han sido suficientemente adecuados como para ser inducidos al crecimiento por niveles más bajos de FSH, pero suficientes, en los años precedentes.

 

Desde el punto de vista clínico esta época se caracteriza por poli-menorea y en ocasiones con tendencia a la anemia que obliga al ginecólogo a tratamientos con gestágenos para apoyar la fase lútea y así conseguir el adecuado control de los ciclos llevándolos mas allá de los 25 y hasta los 28-30 días.

 

2.- Opsomenorrea-baches amenorréicos: inmediatamente después de la fase de “ciclos cortos”, la foliculogénesis continúa su declive en la medida en que van quedando cada vez menos folículos y, consecuentemente, restan los peores de entre los que había. Según la teoría del gasto folicular progresivo, el ovario utiliza siempre los mejores folículos de entre los restantes con lo cual en esta fase de la vida de la mujer, van quedando los peores folículos que necesitarán obviamente un elevado estímulo por parte de la FSH para comenzar su desarrollo.

Así las cosas, son muy habituales las foliculogénesis alargadas de hasta 20 y 25 días con lo cual los ciclos tienden a alargarse apareciendo las menstruaciones más allá de los 35-45 y hasta 60 días. Clínicamente, la opsomenorrea es la norma seguida habitualmente de unas hemorragias por deprivación muy importantes en la medida en que al alargarse la foliculogénesis también existe un hiper-estronismo relativo que se sigue de una fase proliferativa endometrial alargada con discreta tendencia, incluso, a la hiperplasia endometrial.

 

Esta fase de la vida de la mujer se caracteriza clínicamente por la aparición de trastornos endometriales consecutivos al hiper-estronismo como mencionábamos arriba del tipo de la hiperplasia endometrial y con grandes hemorragias que son la resultante final de un período de amenorrea a veces de más allá de 90 días que se sigue de la lógica preocupación de la mujer que ve en el período de amenorrea una discreta posibilidad de embarazo.

 

3.- Amenorrea hasta la menopausia: inmediatamente después de las fases sucesivas de “ciclos cortos” y de “opsomenorrea-baches amenorréicos”, la foliculogénesis ovárica entra en una fase de declive final en la que tan solo elevadísimos estímulos de FSH continuados a lo largo del tiempo consiguen poner en marcha los últimos folículos primordiales que quedaban en el pool folicular ya muy recortado de la gónada femenina.

 

Así, después de incluso meses de amenorrea y de forma prácticamente asintomática, la mujer puede entrar en un período de ocasionales manchados e incluso “menstruaciones” que son la resultante de ese estímulo hormonal y de la actividad de los últimos folículos primordiales que quedaban en la gónada en declive. Clínicamente suele coexistir esta fase con el último año antes de la menopausia, período en el que suele destacar un mayor y más intenso síndrome climatérico en función de que el hipoestronismo se manifiesta clínicamente con más virulencia.

 

Entendemos por sangrado uterino disfuncional, hemorragia uterina disfuncional (HUD) más clásicamente, de acuerdo con los criterios de Treolar y de McKinlay cualquiera de los trastornos que se expresan en la tabla 1. Fuera de ellos, en el contexto de los cambios peri-menopáusicos del climaterio, las alteraciones menstruales no deben ser consideradas como una HUD y, en consecuencia, no precisan tratamiento hormonal alguno y mucho menos quirúrgico. Sólo ebe tratarse aquello que conlleva patología; el resto, sería exceso de tratamiento (“ver treatment” en la terminología anglosajona).

 

ABORDAJE TERAPÉUTICO.

 

Es obvio que antes de establecer pauta médica alguna de tratamiento para los trastornos menstruales de la perimenopausia, cuánto más evidente si se trata de un tratamiento quirúrgico!, es absolutamente imprescindible realizar un completo estudio del trastorno asegurándonos que tal existe para empezar y que no lo confundimos con un simple cambio del patrón menstrual de la paciente en estos años del climaterio y la perimenopausia.

 

No es objeto de este trabajo repasar pormenorizadamente los hallazgos de cada exploración general, ginecológica y complementaria pues se alejan del objetivo último del mismo; no obstante lo anterior, entre los métodos diagnósticos a emplear en este periodo podemos destacar los siguientes:

 

  • Determinación de basales hormonales a lo largo de un ciclo entero.
  • Ecografía transvaginal única o, mejor, seriada, para monitorizar los cambios endometriales a lo largo del ciclo.
  • Histeroscopia diagnóstica (y operativa si se precisare), idealmente en la fase secretora del ciclo endometrial.
  • Estudio anatomopatológico de muestras endometriales obtenidas mediante biopsia por aspirado o durante la Histeroscopia.

 

Para orientar el tratamiento de los trastornos menstruales de la perimenopausia, una vez establecido el preceptivo estudio diagnóstico, a modo de resumen proponemos el algoritmo terapéutico que se expresa en la tabla 2para simplificar los pasos y las diferentes variantes.

 

CONCLUSIONES.

 

Para hablar con propiedad académica se hace necesario no confundir los trastornos menstruales de la perimenopausia de la verdadera hemorragia uterina disfuncional en orden a no sobre-tratar pacientes que tan solo presentan un leve cambio de patrón menstrual durante los últimos años del funcionamiento ovárico.

 

Para ello, es fundamental el conocimiento de la fisiología del aparato folicular y los mecanismos intrínsecos del control neuroendocrino de la ovulación, así como su regulación auto y paracrina.

 

Solo en las condiciones de perfecto conocimiento de dichos parámetros, podremos establecer pautas terapéuticas de apropiada relevancia que permitan cubrir las diferentes y múltiples necesidades que en esta época de la vida pueden presentar nuestras pacientes.

 

BIBLIOGRAFÍA.

 

1.-Giudice LC et al. “Differential expression of messenger ribonucleic acids enconding Insulin-like growths factors and their receptors in human uterine endometrium and deciduas” JCEM 76:1115, 1993

 

2.-Tazuke SI, Giudice LC. “Growths factors and cytokines in endometrium, embrionic development and maternal-embrionic interactions” Seminars Reprod Endocrinol 14:231, 1996

 

3.-Gougeon A. “Dinamics of follicular growth in the human: a model from preliminary results” Hum Reprod.1 (2):81-7, 1986

 

4.-Goodman AL, Hodgen GD. “La triada ovárica del ciclo menstrual del primate”. Recent Prog Hum Res 39:1-73,1983

 

5.-TillyJL et al. “Involvement of apoptosis in ovarian follicular atresia and postovulatory regresión” Endocrinology 129:2799, 1991

 

6.-Palumbo A y Yeh J. “In situ localization of apoptosis in tha rat ovary during follicular atresia” Biol Reprod 51:888, 1994

 

7.-Brown MS y Goldstein JL. “Receptor-mediated control of cholesterol metabolism” Science 191:150, 1976

 

8.-Ryan y Petro.”Steroid biosynthesis by human ovarian granulosa and the cal cells” JCEM 26:46. 1966

 

9.-Hillier SG et al. “Control of preovulatory follicular estrogen biosynthesis in the human ovary” JCEM 52:847, 1981

 

10.-Treolar AE “Menstrual cyclicity and the pre-menopause” Maturitas 3(3-4):249-64, 1981

 

11.-McKinlay SM et al “The normal menopause transition” Maturitas 14:103-15,1992

 

12.- Prentice, A. “Medical mangement of menorraghia” BMJ 319: 1343-5, 1999

 

13.- Neyro JL. “Bases hormonales del sangrado uterino disfuncional”. Abstracts del VIII Congreso Nacional de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). Granada, Mayo.2004.

 

14.-Neyro, JL. “Fisiopatología de la hemorragia uterina disfuncional. Su abordaje terapéutico polivalente”. En www.doctoractive.com Sept., 2004. Consultado el 17.06.05

Tabla 1.- SANGRADO UTERINO DISFUNCIONAL. Características clínicas

 

 

  1. 1.    Duración menstrual > 7 días o incremento de > 2 días respecto del patrón habitual.
  2. 2.    Intervalos acortados entre reglas; ciclos menstruales < 21 días.
  3. 3.    Cantidad excesiva de sangrado menstrual (siempre subjetivo) o acompañado de anemia (normalmente ferropénica, microcítica también si el trastorno es duradero).
  4. 4.    Coitorragia de origen no cervical ni infeccioso.
  5. 5.    Presencia de spotting intermenstrual – mesocíclico.
  6. 6.    Persistencia del sangrado tras el tratamiento médico adecuado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tabla 2. – MANEJO CLÍNICO DE LA HEMORRAGIA UTERINA DISFUNCIONAL

 

 

 

SIL: Sistema intrauterino de liberación hormonal prolongada de Levo-norgestrel.

ACO: anticonceptivos combinados orales (o en administración trans-dérmica, en parches).

FL: fase lútea.

AINEs: anti-inflamatorios no esteroideos

 

 

 

 

 

 

Sólo una de cada tres mujeres mantiene la visita al ginecólogo a partir de los 65 años

Un artículo publicado en «Ella y el abanico»

Sólo una de cada tres mujeres mayor de 65 años continúa visitando al ginecólogo de forma rutinaria, prefieren dar prioridad a las consultas de otros especialistas, según ha explicado eldoctor José Luis Neyro, coordinador de la novena edición delCurso de Menopausia y Climaterio que la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) celebra a partir de mañana en Bilbao.

Fuente : Te interesa.es

Sin embargo, este experto alerta de que no hay una edad límite para las visitas alginecólogo, y que toda mujer debe acudir al especialista «siempre que se tengan síntomas que condicionen o alteren su calidad de vida». Para Neyro, no acudir representa un «error», ya que «la mujer no deja de serlo por envejecer y su asistencia debe ser integral, asegurando la calidad de su salud vaginal».

La salud de la mujer durante la madurez también debe ser controlada y promocionada dentro de la especialidad ginecológica, enfocándose, entre otras cosas, a tratar de equilibrar la vagina, disminuir la sintomatología y prevenir el descenso genital, vigilar los desajustes del suelo pelviano o la incontinencia urinaria.

Precisamente, la incontinencia urinaria, es uno de los principales trastornos en esta edad y que afecta aproximadamente al 40 por ciento de las mujeres mayores. «La denominada incontinencia urinaria de esfuerzo, a diferencia de otros tipos de incontinencia, tiene muchas opciones terapéuticas, por lo que hay que valorar cuál es el ámbito de aplicación real de estas nuevas posibilidades de tratamiento», explica el doctor Neyro.

Los avances realizados en los últimos años han propiciado que, hoy en día, se puedan tratar y corregir más del 90 por ciento de los casos de incontinencia de esfuerzo, así como prevenir y evitar un alto porcentaje de las desencadenadas por partos o cirugías.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), el doctor Rafael Sánchez, ha destacado la importancia de desarrollar cursos como el celebrado en Bilbao, ya que sirven para actualizar los protocolos de tratamiento en la atención sanitaria que recibe la mujer.

«Se trata de fomentar la formación de los especialistas implicados en el tratamiento de los posibles trastornos que pueden presentarse en la mujer madura y promover el conocimiento y la educación sanitaria de la mujer en torno a la menopausia», ha añadido.

La salud de la mujer durante la madurez también debe ser controlada y promocionada dentro de la especialidad ginecológica, enfocándose, entre otras cosas, a tratar de equilibrar la vagina, disminuir la sintomatología y prevenir el descenso genital, vigilar los desajustes del suelo pelviano o la incontinencia urinaria.

Precisamente, la incontinencia urinaria, es uno de los principales trastornos en esta edad y que afecta aproximadamente al 40 por ciento de las mujeres mayores. «La denominada incontinencia urinaria de esfuerzo, a diferencia de otros tipos de incontinencia, tiene muchas opciones terapéuticas, por lo que hay que valorar cuál es el ámbito de aplicación real de estas nuevas posibilidades de tratamiento», explica el doctor Neyro.

Los avances realizados en los últimos años han propiciado que, hoy en día, se puedan tratar y corregir más del 90 por ciento de los casos de incontinencia de esfuerzo, así como prevenir y evitar un alto porcentaje de las desencadenadas por partos o cirugías.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), el doctor Rafael Sánchez, ha destacado la importancia de desarrollar cursos como el celebrado en Bilbao, ya que sirven para actualizar los protocolos de tratamiento en la atención sanitaria que recibe la mujer.

«Se trata de fomentar la formación de los especialistas implicados en el tratamiento de los posibles trastornos que pueden presentarse en la mujer madura y promover el conocimiento y la educación sanitaria de la mujer en torno a la menopausia», ha añadido.

«Casi el 100% de las mujeres en el climaterio aquejan sequedad vaginal»

Un artículo de mimenopausia.com

Prácticamente el cien por cien de las mujeres españolas sufre sequedad vaginal en algún momento del climaterio, uno de los problemas más comunes que suelen padecer las mujeres en edad menopáusica y que afecta a la calidad de vida y de lasrelaciones sexuales, según ha puesto de manifiesto el Dr. José Luis Neyro , coordinador de la novena edición del Curso de Menopausia y Climaterio quela Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) celebró en Bilbao.

Causas de la sequedad vaginal

Según explica el doctor Neyro, una de las razones fundamentales que provocan la sequedad vaginal es el hipoestronismo, es decir, la falta de producción de estrógenos por los ovarios que conduce a una disminución del espesor de la mucosa vaginal y puede producirdolor en el contacto sexual.

Síntomas de sequedad vaginal

La aparición de los primeros síntomas, principalmente el picorescozor y el dolor durante las relaciones sexuales (conocido como dispareunia), no es tanto una cuestión cronológica asociada a la edad de la menopausia, sino que depende de cuándo comienza areducirse el nivel hormonal. “En ocasiones la sequedad aparece años después de la menopausia, pero en la mayoría de los casossuele ocurrir con anterioridad”, comenta el experto en endocrinología ginecológica.

Tratamiento

Uno de los tratamientos más eficaces, según el doctor Neyro, es “el empleo de estrógenos que provocan la maduración del epitelio vaginal, aumentan su grosor, restauran el pH ácido normal, aumentan la secreción vaginalalivian o resuelven las molestiasrelacionadas con la sequedad y su repercusión en la sexualidad y calidad de vida”.

El auge de los prebióticos y probióticos

Sin embargo, en los últimos años ha quedado demostrado el papel de los prebióticosprobióticos como tratamiento preventivo. Según explica este experto, “los prebióticos son ingredientes alimenticios no digeribles que producen un efecto beneficioso al estimular la actividad metabólica y promover la salud intestinal”. Este tipo de ingredientes funcionales, presente en la leche materna y en algunas frutas y verduras (plátano, ajo, puerro, cebolla, alcachofa, espárrago, tomate, raíz de achicoria, etcétera), disminuyen la presión sanguínea y el colesterol plasmático y favorecen la mineralización ósea, entre otras cualidades.

En el caso de los probióticos, además de su eficacia a nivel intestinal, ahora se conocen los denominados probióticos vaginales, gérmenes vivos que reequilibran la flora vaginal y evitan el sobrecrecimiento de gérmenes patógenos que alternan la calidad de vida de la mujer. Según explica el doctor Neyro, tras el tratamiento antibiótico, los probióticos vaginales se administran a través de tampones durante la menstruación o de cápsulas vaginales liofilizadas durante el resto del mes.

Menopausia: personalización de las terapias y tiempo de la imaginación

Artículo publicado en mimenopausia.com

Las mujeres necesitamos información sobre los tratamientos para la menopausia porque, si bien lamenopausia no es una enfermedad, sino un hecho fisiológico, afecta nuestra salud y nuestro diario vivir demeritando nuestra calidad de vida.

Los tratamientos más conocidos y que al mismo tiempo despiertan más polémica y reticencia (finalmente como dice el refrán: “ante la duda abstente”) son los tratamientos de reemplazo hormonaltratamientos hormonales sustitutivos.

Pero, como no es lo mismo lo que dice la prensa que necesita vender noticias, que lo que dicen los expertos, científicos serios que trabajan con datos estadísticos y que hacen investigación epidemiológica, es que acudimos a un reconocido profesional en el climaterio, que además es entusiasta, generoso y nos anima a las mujeres en este difícil proceso. Este médico excepcional es el dr. José Luis Neyro y estas son las preguntas que le hicimos:

Después de los  estudios WHI hubo replanteos, estudios y finalmente consenso con respecto a que los tratamientos de reemplazo hormonal deben utilizarse cuando la mujer lo necesita – para tratar el síndrome climatérico – en la menor dosis efectiva posible y el menor tiempo posible. Terapia de estrógeno solo para las mujeres sin útero, estrógeno combinado con progestina para mujeres con útero, secuencial o contínua según menstrúen o ya hayan tenido menopausia (última menstruación). También en algún momento se habló de estrógenos solos en períodos de tiempos cortos e intermitentes. También ha salido un estudio que habla de utilizar sólo progesterona. ¿En qué estamos ahora en terapia de reemplazo hormonal o sustitutiva?

Sinceramente creo que estamos tratando de recuperar la cordura que perdimos innecesariamente y en la fase de replantearnos la calidad de vida de las mujerespostmenopáusicas como prioritarias en nuestra tarea. Hemos aprendido de toda aquella vorágine de extrapolaciones equivocadas, que la individualización de las terapias es mandatoria, que no hay café para todas… Que no es lo mismo tratar a usuarias no afectas de nada que a enfermas con su calidad de vida muy mermada; que no es igual abordar el manejo de mujeres demás de 65 años asintomáticas, que tratar el síndrome climatérico de mujeres de 50 años; que es diferente la postmenopausia tardía de los 63 años que la transición menopáusica; que no es lo mismo el estrógeno natural que los diferentes sintéticos mucho más potentes….; que no es igual proteger el útero con gestágenos sintéticos que con progesterona natural….

También estamos en tratar de emplear otras drogas como diferentes antidepresivos adiferente dosis para ayudar a según qué tipo de mujeres; igualmente estamos en probar si determinados gestágenos a determinadas dosis (siempre la individualización….) pueden ayudar a determinadas mujeres….

A pesar que los médicos especialistas coinciden en que la terapia de reemplazo hormonal es la más efectiva para el síndrome climatérico, la mejor en la relación costo-beneficio, además que trata simultáneamente todos sus síntomas, hay poca aceptación por parte de las mujeres, en México sólo un 1.25% de las mujeres se adhiere al tratamiento y en España según datos de la AEEM un 2% ¿usted cree que es solamente por falta de información o miedo de las mujeres, o que no les resulta tan beneficiosa?

Estoy absolutamente convencido y lo hemos probado con investigaciones epidemiológicas  que las noticias malas en relación con las terapias hormonales y su repercusión en los medios son de mucho más impacto que toda la ciencia acumulada en años de investigación, pero no solo entre las mujeres sino entre los propios profesionales de la ginecología.

Hay múltiples pruebas sobre la mejora de la calidad de vida y sobre las condiciones de salud de la mujer en su transición climatérica con las terapias hormonales; las usuarias lo reconocen igualmente. Sin embargo, de un lado la falta de información y de otro la falta de dedicación de los profesionales a explicarlo con claridad hacen que el panorama que usted plantea sea una realidad, no solo en Méjico o en España sino en todo el mundo occidental.

Ella y el abanico.comhizo una entrevista este mismo mes al Dr. Santiago Palacios sobre diferentes aspectos de la menopausia en España y preguntado sobre “si ha variado el concepto de menopausia desde que él practica la ginecología”contestó: Al principio mucho, pero ahora hay un parón, debemos seguir progresando. ¿coincide usted con que estamos en un parón?

Completamente de acuerdo con mi colega el afamado Dr. Palacios, un adalid de la investigación clínica en estos asuntos a nivel internacional. Como él dice, se observa un parón por muchos de los que, supuestamente, cada día se ocupan de estas cuestiones; no podemos seguir mirando hacia atrás para “lamernos nuestras heridas”.

Existen muchas y buenas ideas para la investigación; del otro lado, también hay una enorme cantidad de pacientes que cada día nos demandan más ymás…No podemos defraudar tantas iniciativas de buenos profesionales ni tanta demanda social…

¿Por dónde intuye usted que podrían venir nuevos tratamientos o progresos?

Sabemos mucho másde lo que sabíamos en el terreno de las influencias de los neurotransmisores del bienestar en la forma de estar en el mundo y su repercusión en lacalidad de vida individual. Hay que profundizar en esos terrenos para mejorar el manejo clínico del síndrome climatérico.

Tenemos una enorme cantidad de conocimientos y de nuevos abordajes de la salud vaginalen el climaterio medianotardío, la gran olvidada de todos estos años de zozobra y abandono de la menopausia, como si con ella llegara la jubilación sexual…. Es un campo con un futuro espléndido, ciertamente.

También hemos progresado mucho en el terreno de la investigación en Osteoporosis, gravemente condicionadora de la salud entre mujeres no vigiladas; tenemos nuevas drogas con nuevos abordajes referidos a las terapias secuenciales.

Nuestro compromiso pasa por seguir avanzando aunque las condiciones socioeconómicas de un mundo en crisis financiera global nos lo hagan más y más difícil cada día; es el tiempo de la imaginación y de la personalización de nuestras terapias…

Existe futuro másallá… Abordémoslo ya mismo… Las mujeres lo demandan….y lo merecen¡¡¡¡