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Menopausia y enfermedad hepática

La directora de la Unidad de Gastroenterología de la Universidad de Módena, Erica Villa, miembro de la Asociación Europea para el estudio del hígado (EASL), impartirá este próximo jueves, a las 19.30 horas, la conferencia «Menopausia y enfermedad hepática» en la sede de la Fundación BBVA en Bilbao.

Según ha informado la fundación, la ponencia forma parte del ciclo de conferencias «Enfermedades asociadas al envejecimiento», organizado por la Fundación BBVA y CIC bioGUNE, en colaboración con la Unidad de Biofísica (CSIC-UPV/EHU) y el British Council.

Después de la conferencia se celebrará un coloquio moderado por la investigadora de CIC bioGUNE, María Luz Martínez-Chantar. Villa centrará su ponencia en el papel que juegan la menopausia y el envejecimiento hormonal en las características que manifiesta la enfermedad hepática en la población femenina.

Según Villa, uno de los campos de la medicina en los que resulta más evidente una distinción entre géneros en la historia natural es el de las enfermedades hepáticas crónicas, ya que «es bien sabido que el cáncer primario de hígado afecta a los varones en mayor medida que a las mujeres, mientras que las formas autoinmunes, así como la enfermedad hepática colestásica es estadísticamente un trastorno femenino».

Otra característica recientemente reconocida de la importancia del género en la enfermedad hepática es el papel del envejecimiento hormonal en la determinación de diferencias en la gravedad de la patología, explica.

Los estudios de Villa han demostrado que mujeres con hepatitis C presentan una sintomatología muy leve y una respuesta óptima al tratamiento mientras se encuentran en edad reproductiva, pero rápidamente pierden esta condición favorable en cuanto entran en la fase de menopausia. Así, la experta indica que hay una serie de factores que contribuyen a este efecto, algunos endógenos, asociados al género, y otros exógenos.

En conjunto, expone la doctora, estos factores interactúan y determinan una modificación profunda de la historia natural de la enfermedad de la hepatitis C en las mujeres. Aunque actualmente muchos elementos de esta situación clínica se muestran más claros que en el pasado, todavía existen muchas hipótesis para explorar y, sobre todo, múltiples intervenciones terapéuticas que configurar, subraya.

Erica Villa, nacida en Reggio Emilia (Italia) en 1951, obtuvo su grado en Medicina en la Universidad de Módena (1975) y ha trabajado en la Fundación Anna Villa Rusconi, el Hospital King’s College de Londres y el Hospital de Módena, entre otras entidades.

Ha sido investigadora visitante en el Instituto Pasteur de París y en la La Jolla, en la Universidad de San Diego. Es directora de la escuela post-doc y de la Unidad de Gastroenterología de la Universidad de Módena, así como del Departamento de Medicina Interna. Asimismo, es miembro de la Asociación Europea para el estudio del hígado (EASL) y desde 2011 pertenece a la Junta de Gobierno de la Sociedad Italiana de Gastroenterología.

Villa ha publicado más de 100 artículos en revistas científicas y forma parte de la Sociedad Americana de Investigación Clínica y de la Sociedad Americana de Médicos. En 2005 recibió el premio WSCI al mejor investigador de la Western Society of Clinical Investigation y en 2008 el American Gastrointestinal Association Outstanding Women in Science. Este año ha sido galardonada con el Premio WSCI Mayo Soley por su trayectoria científica.

Novena Edición del Curso sobre Climaterio y Menopausia

El próximo 20 de abril de 2012 se realizará la 9ª. edición del Curso de Formación Continuada de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) en Climaterio y Menopausia.

El curso se realizará  en el Paraninfo de la Universidad del País Vasco en Abandoibarra,  Bilbao y será coordinado por el prestigioso especialista Dr. José Luis Neyro.

Programa:

Aspectos generales de fisiopatología femenina

Problemática del embarazo en edades tardías. Situación actual. Juan Carlos Melchor

Manejo de la incontinencia de orina en la mujer climatérica. Iván Olano

Hemorragia uterina anormal; nuevos conceptos de abordaje. Miguel Ángel Elorriaga

Ginecología de la tercera edad y envejecimiento. Txtexu Iparraguirre

Artrosis, mujer y climaterio: ¿Asociación o coincidencia? Cristina Mata

Mejorando la calidad de vida de la mujer

Dolor de espalda y adherencia en el manejo de la OP postmenopáusica. Esteban Rodríguez

Inauguración AEEM y…Terapia hormonal: lo que va de hoy a mañana. Rafael Sánchez

Nuevas evidencias de un clásico: Tibolona. Jon Mieza

¿Por qué seguir vacunando frente a HPV después de los 25 años? Javier Cortés

Patogenicidad de HPV; valores añadidos de la vacunación. Alfonso Alba

Salud ósea femenina

Empleo de bazedoxifeno en el climaterio. Miguel Ángel Elorriaga

Riesgo óseo en la mujer con cáncer de mama. José Luis Neyro

Polivalencia del Ranelato de Estroncio en el metabolismo óseo. Jose Ramón Caeiro

Teriparatida en la fractura osteoporótica; ¿No es ya tarde? Iñaki Mediavi Lla

Papel de Denosumab en el tratamiento de la osteoporosis. Santiago Palacios

Salud vaginal y salud general

Manejo de la osteopenia; evidencias experimentales. Silvia Pilar González

Complementos dietéticos en artrosis y osteoporosis: el colágeno oral. Colnatur.

¿Por qué emplear probióticos en salud vaginal? María Jesús Cancelo

Prebióticos en ginecología; evidencias clínicas. Silvia P lar González

Por más información:

Teléfono de la AEEM: 91 350 2765,

Correo electrónico aeem@aeem.es

Aquí se puede descargar el boletín de inscripción: Curso de formación continuada de la AEEM Climaterio y Menopausia.

Pueden encontrar más información sobre el curso consultando el PROGRAMA del CURSO de BILBAO

Artrosis y climaterio; otra pesada carga en la vida de la mujer.

La disminución de los niveles de estrógenos, que se produce con la llegada de la menopausia, es uno de los factores de riesgo para desarrollar artrosis. Los objetivos del tratamiento serán siempre aliviar el dolor y el malestar, minimizar la incapacidad funcional, retrasar la progresión de la enfermedad y también garantizar la seguridad.
Fuente : Medicina tv

Dr. Esteban Rodríguez Bueno, ginecólogo y Coordinador Nacional del Grupo de Artrosis de la Asociación Española para el Estudio de la MenopausiaDra. Elena Ruíz, ginecóloga y miembro de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia.

La disminución de los niveles de estrógenos, que se produce con la llegada de la menopausia, es uno de los factores de riesgo para desarrollar artrosis. Los objetivos del tratamiento serán siempre aliviar el dolor y el malestar, minimizar la incapacidad funcional, retrasar la progresión de la enfermedad y también garantizar la seguridad.

En España hay siete millones de personas que sufren artrosis. Según el estudio EPISER la prevalencia de esta enfermedad experimenta un brusco aumento en mujeres de más de 45 años y se ha demostrando que una de las causas es la pérdida de estrógenos debido a la llegada de la menopausia.

Según el estudio Mujer Menopáusica y Artrosis del año 2010, un 84 por ciento de las mujeres menopáusicas tiene dolores articulares y, de éstas, un 61 por ciento lo define como intenso o insoportable. De las 1.102 mujeres que participan en el estudio (todo el área norte de España, coordinado por el Dr Neyro en combinación con el coordinador general del estudio, Dr Rodríguez), casi el 34 por ciento están diagnosticadas de artrosis. Sin embargo, siguiendo criterios del American College of Rheumatism, son el 59 por ciento quienes la padecen. El estudio concluye que la artrosis es una enfermedad infra diagnosticada en la mujer menopáusica que influye negativamente en su calidad de vida.

Uno de los estudios clínicos que apunta a las causas de estos resultados es el “Estradiol and its metabolites and their association with knee osteoarthritis” publicado en la prestigiosa publicación del American College of Rheumatism, Artritis & Rheumatism en 2006. Este estudio concluye que el descenso de estrógenos es un factor de riesgo para desarrollar artrosis de rodilla en mujeres pre menopáusicas. Revela la incidencia de las hormonas sexuales en el desarrollo de la artrosis, al estar implicadas en la inflamación de los tejidos.

Por eso, el papel del ginecólogo es cada vez más importante en la prevención y diagnóstico de esta patología. Cuando este especialista visita a pacientes llegadas a la edad de la menopausia es muy probable que al preguntar sobre su estado de salud digan que es bueno pero que tienen molestias o dolores osteoarticulares.

El II Curso de Formación Continuada para Ginecólogos titulado La artrosis en la mujer menopáusica, y organizado por la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) y la Sección de Menopausia de la Sociedad Catalana de Obstetricia y Ginecología, con el apoyo de Bioibérica Farma, ha hecho una revisión de los últimos estudios realizados en España y ha dado las herramientas a los especialistas para diagnosticar y tratar esta enfermedad.

El Dr. Esteban Rodríguez Bueno, ginecólogo y Coordinador Nacional del Grupo de Artrosis de la AEEM, define la artrosis como “la enfermedad de las tres efes”. «En primer lugar, es femenina porque afecta más a las mujeres que a los hombres; en segundo lugar, es frecuente porque el 80 por ciento de las mujeres menopáusicas tiene dolores articulares; y en tercer lugar, es relativamente fácil de diagnosticar, porque si de inicio es muy difícil, cuando empieza a dar algún problema se detecta rápidamente», explica.

La artrosis no se puede curar pero sí se puede tratar y mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen. Desde la AEEM se recomienda, por ejemplo, vigilar el peso, evitar los tacones altos, realizar ejercicio moderado y, si es necesario, ayudarse de un bastón. Además, se recomienda el tratamiento con medicamentos condroprotectores para proteger el cartílago articular y aliviar el dolor.

El tratamiento de la artrosis

El dolor y la incapacidad funcional son los principales síntomas de la artrosis, una enfermedad degenerativa, inflamatoria y crónica del aparato locomotor debida al desgaste de las articulaciones. Los objetivos del tratamiento serán siempre aliviar el dolor y el malestar, minimizar la incapacidad funcional, retrasar la progresión de la enfermedad y también garantizar la seguridad. Tradicionalmente, el tratamiento farmacológico de la artrosis se ha basado en la administración de fármacos antiinflamatorios que alivian rápido el dolor pero que no son capaces de modificar la evolución de la enfermedad, ya que los síntomas reaparecen después de la supresión del tratamiento. Además presentan problemas de seguridad (gastrointestinales, cardiovasculares, hepáticos y renales) y pueden presentar problemas de interacción con otros medicamentos.

En cambio, los condroprotectores (término que literalmente significa: medicamentos protectores del cartílago) son fármacos de acción sintomática lenta (SYSADOA) que actúan directamente sobre las tres estructuras de la articulación afectadas por la artrosis: el cartílago articular, la membrana sinovial y el hueso subcondral. No sólo alivian los síntomas de la artrosis, sino que se está demostrando que tienen capacidad para atacar la enfermedad de raíz, frenando el proceso degenerativo que tiene lugar en las articulaciones. Numerosos estudios avalan los condroprotectores por su alto perfil de seguridad, eficacia y coste.

Seguridad: Los condroprotectores son de origen natural y eso hace que sean muy seguros, que no tengan efectos secundarios y que se puedan tomar durante largo tiempo. El condroitín sulfato es un glucosaminoglicano natural presente en la matriz extracelular del cartílago y otros muchos tejidos. Su principal ventaja es que no se metaboliza por el citocromo P450, como sucede con la mayoría de fármacos y esto implica que no puede presentar interacción con otros medicamentos.

Eficacia: Los condroprotectores tienen una eficacia parecida a la de los antiinflamatorios pero la ventaja es que su efecto dura más tiempo, hasta dos o tres meses después de terminar el tratamiento. En cambio, son fármacos de acción lenta, lo que significa que tardan varias semanas a empezar a hacer efecto.

Coste: Los condroprotectores presentan ventajas fármaco económicas, es decir, ahorro de costes para el Sistema Nacional de Salud. Un reciente estudio determina que el coste de un paciente tratado durante seis meses con condroitín sulfato es de 141 euros. En cambio, el coste del mismo paciente tratado con antiinflamatorios es de 182 euros. Esto supone 38 millones de euros de ahorro en tres años si un 15 por ciento de los pacientes pasara a tratarse con condroitín sulfato.

Las guías terapéuticas para el tratamiento de la artrosis, avaladas por sociedades científicas nacionales (SER, SEMERGEN) e internacionales (OARSI i EULAR), otorgan el máximo nivel de evidencia científica (1A) y el grado de recomendación más alto (A) para el condroitín sulfato y el sulfato de glucosamina en el tratamiento de la artrosis.
Una vez más, el Dr Neyro, director, coordinador y organizador del que será ya este año 9º curso de formación continuada en Menopausia y Climaterio y que se celebrará este año el 20.04 en Bizkaia Aretoa, sede del paraninfo de la Universidad del País Vasco UPV – EHU, se ocupará de estos temas tan cruciales para la vida de la mujer en estos años del climaterio. Así, ha invitado al Dr Esteban Rodríguez Bueno y a otro colega de la especilaidad de Reumatología para que plasmen sus experiencias en estas áreas de la ARTROSIS en las mujeres en edad de climaterio.

La dehidroepiandrosterona podría ser una alternativa al tratamiento hormonal

La dehidroepiandrosterona o DHEA, una hormona segregada por las glándulas adrenales o suprarrrenales y que posee diversas utilidades terapéuticas, podría contribuir a paliar los síntomas de la menopausia. Así lo han señalado investigadores de la Universidad de Pisa, en Italia, a raíz de un estudio cuyos resultados se publican en “Climacteric”, la revista de la Sociedad Internacional de la Menopausia.

Los autores del trabajo han encontrado la primera evidencia clara de que dosis bajas de DHEA pueden mejorar la función sexual y combatir los síntomas de la menopausia, lo que da pie a pensar que esta hormona podría convertirse en una alternativa al tratamiento hormonal sustitutivo (HRT, en inglés).

El tratamiento hormonal sustitutivo, una combinación de estrógenos y progesterona, es un tratamiento aprobado para las mujeres que entran en la menopausia y que, a menudo, experimentan síntomas desagradables, como sofocos, sudores nocturnos, pérdida del deseo sexual y cambios de humor.

Sin embargo, las ventas de HRT han caído de forma clara desde que en 2002 un gran estudio descubriera elevadas tasas de cáncer de ovario, cáncer de mama e ictus en mujeres que seguían estos tratamientos. Más tarde de demostró que la terapia hormonal es mucho más positiva que peligrosa cuando se comienza a emplear en mujeres cercanas a su propia menoausia; de ello nos hemos ocupado en este mismo web de forma reiterada y constante en los últimos años (ver en el enlacehttp://www.neyro.com/blog/index.php/2010/09/16/si-la-menopausia-da-sintomas-lo-mejor-es-la-terapia-hormonal/ o también en este otro enlace de este web http://www.neyro.com/blog/index.php/2011/02/12/la-terapia-con-estrogenos-solos-te-reduce-la-incidencia-de-cancer-de-mama/ que tiene que ver con los efectos de la terapia con estrógenos y el cáncer de mama). No obstante lo anterior, desde entonces, se buscan alternativas.

Investigadores americanos dijeron en enero de este año que acaba que los antidepresivos conseguían frenar de forma significativa el número y la gravedad de los sofocos en las mujeres menopáusicas.

Para este ensayo, el equipo dirigido por Andrea Genazzani, de la Universidad de Pisa, siguió a un grupo de 48 mujeres posmenopáusicas con síntomas problemáticos. Durante un año, 12 mujeres tomaron vitamina D y calcio, 12 se trataron con DHEA, 12 siguieron la TRH estándar y 12 utilizaron un esteroide sintético llamado tibolona, que se receta para aliviar los síntomas menopáusicos.

Los parámetros de la actividad sexual de estas mujeres se valoraron con un cuestionario estándar que examinaba factores como su grado de satisfacción con la frecuencia con la que mantenían relaciones sexuales, la lubricación vaginal y los orgasmos que lograban.

Después de 12 meses, todas las mujeres que tomaron hormona sustitutiva habían mejorado sus síntomas de menopausia, pero aquellas que tomaron vitamina D y calcio no mostraron mejoras significativas.

Al inicio del ensayo, todos los grupos tenían una actividad sexual similar. Sin embargo, tras un año, aquellas que tomaban calcio y vitamina D puntuaron una media de 34,9 puntos en el cuestionario, mientras que las participantes que tomaron DHEA lograron una puntuación de 48,6, demostrando que tenían un mayor interés por el sexo y más actividad sexual.

Los resultados del grupo que tomaba HRT fueron similares y tanto este grupo como el grupo de DHEA mostraron mayores niveles de interacción sexual que el grupo de control, según apuntaron los investigadores.

Entrevista al Dr. Neyro, avances en el tratamiento de los síntomas de la menopausia

La prestigiosa revista digital Mimenopausia.com ha charlado recientemente con el Dr. Neyro. con motivo del Día de la Menopausia que se conmemora el 18 de cotubre.  Estas son las preguntas y las respuestas.
En el año 2000 se institucionalizó el día mundial de la menopausia, y cuando suceden estas cosas es porque estamos mal en la materia: ¿en estos 11 años hemos mejorado con respecto a la menopausia? ¿En qué aspectos?
Creo que han sido unos maravillosos años de investigación, de conocimiento y de profundización social en la idea de que la menopausia ni es un status, ni una forma de ser, ni mucho menos el final de ninguna otra cosa que no sea la capacidad de menstruar por parte de las mujeres. Hemos conseguido que las propias mujeres se solidaricen con su forma de ser mujeres en esa época, se conozcan, se asuman y disfruten de la mitad de su vida, la que realmente importa….la que está por venir.

Desde la perspectiva de una mujer, que seguramente es diferente a la de un científico, da la sensación que se ha invertido mucho en las enfermedades que representan – y representarán aún más – costos muy importantes en los sistemas de salud, como son la osteoporosis y enfermedades cardiovasculares que serán enfermedades a largo plazo. Pero en cuanto al bienestar de la mujer, cuando las benditas hormonas se retiran y nos dejan con bochornos, irritables, deprimidas y con insomnio, – y menciono estos aspectos porque inciden directamente sobre nuestra calidad de vida ¿usted siente que se ha invertido lo suficiente?
Seguramente si en investigación, pero no en contarlo con detalles, no en divulgar lo aprendido, no en enseñar que hay más que la regla tras la menopausia, que hay vida, que no se acaba con las reglas….No hemos aprendido ni hemos invertido lo suficiente en contarlo con claridad, sin tapujos, pero sin falsedades, asumiendo que desde la sexualidad hasta el bienestar son probablemente diferentes que a los treinta o a los cuarenta.

¿Cómo calificaría del 1 a 10 los tratamientos para el bienestar de la mujer en estos aspectos señalados?
Cercanos al sobresaliente, como decimos en este lado del atlántico, aunque con la sana esperanza de mejorar siempre, en base a todas esas investigaciones cada vez más activas.

Sabemos de la eficacia de los tratamientos hormonales, pero muchas mujeres no los toleran o no pueden recibirlos y por muy diversas razones, ¿estas mujeres tienen otras opciones eficaces?
Seguramente sí, pero no hay fórmulas mágicas ni únicas….No hay «café para todas» como decían nuestros mayores hace veinte años….Cada caso es distinto, cada mujer un mundo y en virtud de la aproximación a ese particular mundo el ginecólogo debe integrar en ese particular caso una aproximación holística para tratar la persona, no la analítica….No tratamos análisis, tratamos personas….vivas!!!

¿Cual sería su reflexión con respecto a esta nueva conmemoración del día mundial de la menopausia?
Una vez más el marketing no puede dirigir ni nuestros intereses ni nuestras intenciones; peleemos por el bienestar que se nos niega, neguémonos al ostracismo de la retirada mal entendida, disfrutemos de nuestra vida en plenitud….Conseguido, entre todos, dar más años a la vida, démosle ahora más vida, mucha más, a los años¡¡¡¡¡

Los sofocos de menopausia pueden durar una década o más

Los sofocos que son comunes durante y después de la menopausia pueden durar un promedio de más de 10 años, más de dos veces el periodo asumido hasta ahora, según un estudio de Estados Unidos.

La investigación, publicada por «Obstetrics and Gynecology», también halló que las mujeres que comienzan a tener sofocos antes de la menopausia o en las primeras fases de ésta los tendrán durante más tiempo, de media, que las mujeres que no tienen sus primeros sofocos hasta más tarde.

«Los sofocos son muy comunes, son molestos y preocupan a gran número de mujeres, y están empezando antes» de lo que se pensaba, dijo Ellen Freeman, en la Universidad del Colegio de Medicina de Pensilvania y autora principal del estudio.

Freeman y sus colegas siguieron a un grupo de unas 400 mujeres en sus 30 y 40, en una investigación iniciada en 1995. En los 13 años siguientes, los científicos entrevistaron a las mujeres más o menos cada año, y les preguntaron cuestiones sobre su salud, incluidos síntomas menopáusicos.

Solo 55 mujeres no tuvieron ningún sofoco durante el estudio. Otras 90 dijeron que solo tenían sofocos suaves mientras que el resto – 259 mujeres – informaron de sofocos entre moderados e intensos en al menos una de las entrevistas.

Para las mujeres con sofocos fuertes, estos síntomas duraron una media de 11 años y medio. Los calores entre moderados e intensos se prolongaron unos 10 años de media.

Pero duraban incluso más en las mujeres que tuvieron sus primeros sofocos cuando eran más jóvenes y antes del inicio de la menopausia. Las mujeres negras y las de peso normal también dijeron que padecían sofocos entre moderados y fuertes en mayor medida que las mujeres blancas y obesas.

Los investigadores dijeron que no sabían por qué había tanta variación en el momento en el que las mujeres tenían sus primeros sofocos en relación con la menopausia en este estudio. Pero una cosa estaba clara: pueden durar mucho tiempo.

«La presunción es que (los sofocos) pueden durar alrededor de 4-5 años», dijo Rebecca Thurston, que ha estudiado los síntomas de la menopausia en la Universidad de Pittsburgh y no participó en el último estudio.

Los hallazgos ponen sobre la mesa el tema de cuáles son los mejores tratamientos para los sofocos, dado que estos tratamientos pueden durar años.

Destacando que algunas mujeres encuentran sus propias formas de combatir estos síntomas, Thurston añadió: «Necesitamos tratamientos más seguros y efectivos para que las mujeres los puedan utilizar a largo plazo».