Los grandes pensadores de la biología han dicho siempre aquello de que «nada es gratuito en la naturaleza» y todo está orientado de alguna manera, con alguna pretensión, con un mecanismo que muchas veces nos es desconocido o tardamos mucho tiempo (a veces siglos) en desentrañar. En la biología humana podemos afirmar algo similar y aún más en la singular fisiología femenina. Viene esto a colación con el tema de la aparición (mensual) de la regla en las mujeres.
Casi nunca son ciertas las llamadas «verdades absolutas» al menos en lo que a ciencia e investigación se refiere…; lo que hoy es cierto del todo, apenas mañana se pone en duda y en pocos días algún grupo de investigación lo termina por desmentir del todo. Con el año 2020, presuntamente maldito para muchas personas, podría pasarnos algo parecido.
Que a estas alturas de la película trate este humilde escribidor de divulgación científica la idea de que la clave de casi todo lo concerniente a la salud descansa en dos patas gruesas cuales son la investigación científica de una mano y la prevención por el otro lado, resultaría innecesario y además, ocioso a todas luces. Tiene el lector la muestra si apenas clicka en nuestro buscador, justo a la izquierda y a media altura el término prevención y le llevará nada menos que a 34 páginas distintas de esta web con entre cuatro y cinco noticias distintas sobre el tema, nada menos (si no lo cree, clicke en https://www.neyro.com/?s=prevenci%C3%B3n).
Era Don Hilarión en «La verbena de la Paloma» el que nos lo recordaba con aquel gracejo popular que puso en su boca el dramaturgo Ricardo de la Vega, cuando cantaba que «hoy las «siensias» adelantan que es una barbaridad». Porque el cambio, amigo lector, el cambio en sí mismo es inherente a la ciencia y la investigación científica avanza siempre destrozando a veces verdades incontrovertibles hasta hace muy poquito tiempo. Bien diferente es que nuestras (respetadas) autoridades sanitarias sean capaces de tamaño dinamismo y de adaptarse con celeridad a los cambios que esa investigación científica promueve, no lo olvidemos, para mejorar nuestro estado, favorecer una mejor calidad de vida, incrementar un mejor acceso a procesos de mejora o de curación de enfermedades en el mejor de los casos.