En los pasados veinte o treinta años hemos venido tratando el cáncer de mama de acuerdo con el tamaño (T) del tumor en el momento del diagnóstico, la extensión loco-regional hacia los ganglios (N de nódulos) de la axila homo-lateral y la presencia o no de metástasis (M) a distancia de acuerdo con una clasificación TNM que en realidad se había diseñado para los tumores sólidos.
Bien pronto nos dimos cuenta, por la diferente evolución que seguían tumores de tamaños muy similares a lo largo del tiempo, que lo estábamos haciendo mal….; rematadamente mal, para ser muy claros. Lo explicamos hace poco en una noticia con ocasión de un programa de TV en el que el Dr. Neyro intervenía para hablar de estas apasionantes cuestiones relativas a los nuevos abordajes del cáncer de mama, a disposición de los lectores en
http://www.neyro.com/2016/10/17/nuevas-pruebas-permiten-conocer-y-tratar-mejor-el-cancer-de-mama/
Hoy ya, entrado bien el siglo XXI es imperdonable que la falta de recursos económicos, o la desidia para emplearlos adecuadamente, sigan consintiendo que hasta un 32 a 34% del total de las pacientes que reciben cada día quimioterapia por un cáncer de mama la sigan sufriendo sin ninguna necesidad que lo justifique.
Así lo expresamos en este mismo web con anterioridad en dos sueltos que estimulamos al lector a seguir con atención en:
Lo que realmente importa es la expresión de las proteínas génicas de cada tumor específico, independientemente del tamaño que haya alcanzado en el momento de su diagnóstico o de los posibles ganglios que presente su axila en el día de la cirugía….