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Identificar a los pacientes incumplidores es fundamental para que los tratamientos funcionen

Es un hecho comprobado mil veces: los pacientes con enfermedades crónicas aún disponiendo de drogas suficientemente activas y eficaces, no siguen los tratamientos de manera adecuada (ver en http://www.neyro.com/2015/10/16/el-olvido-es-la-principal-causa-de-abandono-de-los-tratamientos-farmacologicos-entre-los-mayores/), por muy diferentes razones.
El ginecólogo José Luis Neyro, recientemente elegido como colaborador de la corresponsalía para Iberoamérica de la International Bone Mineral Society (ver en http://www.nature.com/bonekey/community/2016/06/participacion-conjunta-para-iberoamerica-del-prof-jose-luis-neyro/) lo ha estudiado en profundidad en diversas ocasiones; de hecho, señala en su relato, vimos en un estudio muy bien diseñado y elaborado que la poli-medicación era el principal factor condicionante en contra del mantenimiento de las terapias en patologías crónicas como la osteoporosis (ver en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19723681).
Ahora, de nuevo, otro estudio destaca que el incumplimiento del tratamiento con medicamentos para enfermedades crónicas se asoció a un mayor incumplimiento de la hormonoterapia oral en pacientes con cáncer de mama incluso, lo que parecería más difícil de creer por una supuesta mayor motivación de este tipo de pacientes para seguir sus tratamientos.

Si bien la hormonoterapia (HT) complementaria reduce la mortalidad de las mujeres con cáncer de mama no metastásico, la falta de cumplimiento con la HT es frecuente. Para saber hasta qué punto esto era así, se investigó la asociación entre los patrones de incumplimiento terapéutico previo en enfermedades crónicas y el incumplimiento de la HT.

El diseño fundamental partía de un estudio de cohortes retrospectivo, para el que se hizo una búsqueda en la base de datos MarketScan de mujeres de 18 años en adelante, con un diagnóstico de cáncer de mama no metastásico entre el 1 de enero de 2010 y el 31 de diciembre de 2012, y a las que se prescribieron 2 o más recetas de tamoxifeno y/o un inhibidor de la aromatasa (fuera el que fuere, aclara el Dr. Neyro, Exemestano, Letrozol, Anastrozol….)

Se ha verificado siempre que los pacientes que incumplen por debajo del 80% no gozarían de las ventajas en eficacia terapéutica que el fármaco asignado había demostrado en sus ensayos de referencia; por ello, se evaluó este incumplimiento de acuerdo a esos ejes. El incumplimiento del tratamiento con medicamentos para 6 enfermedades crónicas (hipertensión, hiperlipidemia, enfermedad de reflujo gastroesofágico, enfermedad tiroidea, diabetes y osteoporosis) en los 12 meses anteriores al diagnóstico se definió como un índice de posesión de medicación (medication possession ratio [MPR]) inferior al 80 %. El incumplimiento de la HT se definió como un MPR inferior al 80 % entre la primera y la última prescripción para la HT hasta 2 años.

La asociación entre el incumplimiento terapéutico previo y el incumplimiento de la HT se determinó mediante un método estadístico de regresión logística multivariable, que permite comprobar la potencia estadística de cada factor aislado respecto del objetivo buscado en el estudio.

De las 21 255 mujeres que recibían HT complementaria, 3314 (15,6 %) no cumplieron con el tratamiento; la edad (<55 o ≥75 años frente a 55-64 años), los gastos por cuenta propia a 30 días más elevados y una mayor cantidad de enfermedades concomitantes se asociaron al incumplimiento.

Si desglosamos lo que sucedió en los diferentes grupos, los hallazgos fueron los siguientes: en las mujeres que no recibían medicamentos previos contra 1 de las enfermedades crónicas (n = 7828 [37 %]), la tasa de incumplimiento con la HT fue del 18,4 %. En las que utilizaban 1 o más medicamentos antes de la HT y cumplían con el tratamiento (n = 9223 [43 %]), la tasa de incumplimiento con la HT fue del 9,8 % (en comparación con las que no utilizaban medicamentos antes: oportunidades relativas [OR] 0,56; IC 95 %, 0,50-0,61); en las que no cumplían el tratamiento para las enfermedades crónicas (n = 4214 [20 %]), la tasa de incumplimiento de la HT fue del 23,1 % (OR 1,43; IC 95 %, 1,30-1,58). El cumplimiento y el incumplimiento de los tratamientos con medicamentos para cada una de las 6 enfermedades se asoció al cumplimiento y al incumplimiento de la HT, respectivamente.

Los autores del estudio publicado muy recientemente (y disponible en http://oncology.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=2527373) concluyen que la falta de cumplimiento de los tratamientos con medicamentos para las enfermedades crónicas antes de la HT se asoció a un mayor incumplimiento de la HT oral en pacientes con cáncer de mama. Los antecedentes de incumplimiento terapéutico pueden desempeñar un papel importante a la hora de identificar a los pacientes con riesgo de incumplimiento de un tratamiento subsiguiente para una enfermedad diferente, como la HT, y constituir un posible objetivo para futuras intervenciones.

 

Referencia:

Neugut AI, Zhong X, Wright JD, et al. Nonadherence to Medications for Chronic Conditions and Nonadherence to Adjuvant Hormonal Therapy in Women With Breast Cancer. JAMA Oncol. 2016;doi:10.1001/jamaoncol.2016.1291.

Excesiva prescripción de antibióticos para posibles casos de enfermedades de transmisión sexual

El conocimiento científico y la profundización en el saber acerca de la microbiota nos permiten afirmar que prácticamente el 90% de las vaginitis o vaginosis de la mayoría de las consultas ginecológicas no están causadas por infecciones de transmisión sexual (ITS). (ver en http://www.neyro.com/2015/04/24/mas-del-75-de-las-mujeres-experimenta-alguna-vez-en-su-vida-una-vaginitis/)
Sin embargo y a pesar de ello, algunas ITS son mucho más frecuentes de lo que cabe imaginar siquiera; VPH infecta antes o más trade al 75% de las mujeres sexualmente activas (como expusimos en http://www.neyro.com/2015/02/16/el-virus-productor-del-cancer-de-cuello-infecta-al-75-de-las-mujeres-sexualmente-activas/)
En este panorama, hoy existe un difícil equilibrio entre no fomentar la resistencia a los antibióticos al recetar en exceso y lograr un tratamiento para las personas que podrían tener efectivamente una ETS (enfermedad de transmisión sexual).

Tres cuartas partes de los pacientes atendidos en urgencias que reciben antibióticos para tratar enfermedades de transmisión sexual (ETS) sospechadas tuvieron pruebas negativas de las infecciones, según un estudio reciente.

«Tenemos que encontrar un equilibrio adecuado entre hacer que la gente se haga pruebas y trate las ETS, pero sin recetar antibióticos a los pacientes que no los necesitan», apunta la investigadora Karen Jones, especialista en Enfermedades Infecciosas del St. John Hospital & Medical Center, en Detroit.

En el estudio, los investigadores examinaron los expedientes médicos de más de 1.100 pacientes que se sometieron a pruebas de ETS en el servicio de Urgencias.  El 40% fueron tratados con antibióticos por sospechas de gonorrea y/o clamidia. De ellos, más del 75% terminó con resultados negativos en las pruebas de las ETS.

Con frecuencia se recogen cultivos genitales de pacientes con posibles síntomas de ETS, pero los resultados no están disponibles de inmediato, indican los investigadores. Entre los resultados más importantes en pacientes de sexo masculino, el 60,3 %, con secreción del pene y del 57,5 % con inflamación de la uretra dieron positivo para la gonorrea y/o clamidia. En las mujeres, el 25 % con inflamación del cuello uterino y el 27 % con dolor a la movilización cervical dio positivo por gonorrea y/o clamidia.

Entre el 60% de los pacientes que no recibieron antibióticos, el 7% obtuvieron resultados positivos de una ETS.

El estudio fue presentado en la reunión anual de la Association for Professionals in Infection Control and Epidemiology, en Charlotte, Carolina del Norte, que se celebró entre el 11 y el 13 de junio de 2016, destaca JL Neyro en su relato. Se puede acceder al original del trabajo en http://www.apic.org/For-Media/News-Releases/Article?id=02864715-9310-453e-8924-58633d6cbc75

«Hay un difícil equilibrio entre no fomentar la resistencia a los antibióticos al recetar en exceso y lograr un tratamiento para las personas que podrían tener ETS», insiste Jones. Seguramente, en el futuro, el empleo de probióticos hará cambiar la mentalidad de los médicos que enfrentan determinados síntomas menores que a veces de hipervaloran, añade José Luis Neyro (ver en http://www.neyro.com/2014/01/12/papel-de-los-probioticos-vaginales-en-la-vaginitis-de-repeticion/).

«Según los Centers for Disease Control and Prevention, casi un tercio de los antibióticos recetados en las consultas médicas, los servicios de Urgencias y los hospitales de Estados Unidos no son necesarios», lamenta Susan Dolan, presidenta de la asociación t epidemióloga en Colorado.

«Mejorar el uso de los antibióticos es una prioridad nacional e internacional, para ayudar a prevenir la resistencia a los antibióticos, que amenazaría nuestra capacidad de tratar incluso las infecciones más sencillas», añade Dolan, epidemióloga hospitalaria del Children’s Hospital Colorado, en Aurora.

¿Siguen siendo importantes las revisiones ginecológicas periódicas?

En el inconsciente colectivo de la mujer, desde hace ya muchos años está grabada a fuego la necesidad de hacerse de vez en cuando una revisión ginecológica; son múltiples beneficios los que una mujer concreta puede obtener de esta costumbre, por incómoda que pudiera parecer en principio.

Se ha dicho, que en circunstancias normales, el inicio de las revisiones ginecológicas debe coincidir con el inicio de una vida sexual activa y, desde ese momento, continuar las revisiones durante toda la vida. Nunca se es demasiado joven para ir al ginecólogo ni demasiado mayor (no hay más que fijarse en este suelto de nuestro web, en http://www.neyro.com/2012/04/22/al-ginecologo-a-partir-de-los-70/).

Diferente asunto es cuántas revisiones hacer, con qué frecuencia en esta o en esta otra mujer….. La frecuencia de las revisiones dependerá de cada mujer y de los factores de riesgo que presente su historial clínico y su historial familiar. No todas las mujeres siquiera son conscientes de la importancia de estas revisiones, como señalamos en http://www.neyro.com/2015/06/10/no-todas-las-mujeres-son-conscientes-de-la-importancia-de-sus-revisiones-ginecologicas/.

Si hay que explicar el asunto a muchas mujeres, la situación en el seno de nuestras administraciones no es mejor, que niegan las revisiones a las mujeres….por ley nada menos¡¡¡¡ Y es que ni siquiera desde las distintas administraciones sanitarias se ponen de acuerdo sobre la frecuencia ideal de las revisiones ginecológicas, y así podemos observar en nuestro peculiar país con comunidades autónomas que se hacen las citologías cada año, mientras que en otras, amplían la frecuencia a tres años o incluso a cinco; pero lo peor no es eso: más grave es que el screening de cáncer de cuello en España se hace de manera oportunista y no con base poblacional que sería realmente el útil.

La verdad es que para estar segura y evitar riesgos individuales para una mujer en concreto, lo ideal sería ir al ginecólogo una vez al año, recurriendo para ello a la medicina privada. Es la salud la que está en juego y merecería sin duda el coste de hacerlo con periodicidad……y a cualquier edad como contamos enhttp://www.neyro.com/2012/05/10/solo-una-de-cada-tres-mujeres-mantiene-la-visita-al-ginecologo-a-partir-de-los-65-anos/.

Distinta completamente es la situación en la que la mujer nota algún cambio o sintomatología de cualquier tipo; ya no estaríamos hablando de screening sino de diagnóstico…., cuando se notan cambios en el  flujo de la vaginal o en la menstruación en cantidad o en duración o frecuencia, algún cambio en los genitales o algún bulto en la mama. En todos esos caso, señala JL Neyro, responsable de contenidos de http://www.neyro.com «acude inmediatamente a tu ginecólogo sin esperar a la siguiente revisión».

Este apasionante tema, por sus repercusiones en el gasto público y en cómo los políticos emplean nuestros impuestos ha ocupado la colaboración semanal que el Dr. Neyro viene haciendo el magazine Objetivo Bizkaia de Tele 7 que presenta y dirige la encantadora y sagaz periodista Susana Porras. Está disponible al completo en http://www.tele7.tv/index.php/television-a-la-carta/6761-el-ginecologo-jose-luis-neyro-en-objetivo-bizkaia-la-revision-ginecologica-y-su-interes-en-la-prevencion-de-la-salud

a asociación americana de oncología propone aumentar la vacunación frente a VPH para reducir los casos de cáncer de cérvix

uchos padres no están concienciados en cuanto a la protección de sus hijos frente este tipo de virus, porque «miran hacia otro lado» al plantearse las relaciones sexuales de su hijos adolescentes, sin apreciar que la adolescencia ha cambiado de manera radical en estos asuntos (ver en http://www.neyro.com/2011/09/01/los-adolescentes-maduran-sexualmente-mas-pronto-en-la-actualidad/).

Así, la American Society of Clinical Oncology (ASCO) ha defendido la necesidad de aumentar las coberturas de vacunación frente al virus del papiloma humano (VPH) con la intención de reducir la carga de enfermedad generada por los tumores asociados, como el de cuello de útero. Es claro que VPH está en la génesis de un número muy elevado de casos de cáncer cada año (como relatamos en http://www.neyro.com/2014/08/13/cuantos-canceres-estan-vinculados-con-el-vph-cada-ano/)

Siguiendo las recomendaciones de otros organismos como los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) o la Organización Mundial de la Salud (OMS), ahora ASCO, en una reciente publicación de abril de 2016 hace también hincapié en que las vacunas profilácticas frente al VPH deben ser administradas de manera eficaz y amplia, y pide desarrollar estrategias nacionales para aumentar las actuales coberturas.

La publicación a que nos referimos está recogida en el Journal of Clinical Oncology y disponible para todos los lectores en el enlace siguiente: http://jco.ascopubs.org/content/early/2016/04/07/JCO.2016.67.2014.full.pdf+html

Aunque en España la vacuna está incluida en el calendario de vacunación en niñas de 12 a 14 años con una cobertura de un 73%, en otros países como Estados Unidos sólo se vacunan casi el 40% de las jóvenes de entre 13 y 17 años y un 21,6% de los niños de la misma edad. Y que la vacuna es una parte importante de la solución de estos temas relacionados con las infecciones por VPH está demostrado ya en la clínica con los datos que aportaron los australianos tras su toma de decisión de vacunar a toda la población menor de 26 años (lo contamos en http://www.neyro.com/2015/08/07/programas-de-vacunacion-frente-al-vph-en-australia-logran-disminuir-los-casos-de-lesiones-cervicales-de-alto-grado/).

Ante estos datos, y con el objetivo de conseguir un incremento de las coberturas, destaca la necesidad de favorecer la educación y la concienciación entre los profesionales sanitarios, políticos, pacientes y ciudadanos; promover el acceso y los incentivos para la vacunación de forma sistemática; fomentar la investigación, y mejorar las funciones de los profesionales de la oncología en la vacunación frente al VPH.

Negar la evidencia no sirve y son ya muchas las sociedades científicas de todo tipo que hacen suyas las recomendaciones de vacunar frente a VPH a cada vez más población con el objetivo de acabar para siempre con el cáncer de cuello entre otros. Lo recogemos en la siguiente tabla extraída del trabajo ya citado de la propia American Society of Clinical Oncology (ASCO).

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Una de las razones de la actual baja cobertura podría ser que, al tratarse de una enfermedad de transmisión sexual, muchos padres no están concienciados en cuanto a la protección de sus hijos frente este tipo de virus, según Maurie Markman, del Cancer Treatment Centers of America de Philadelphia (Estados Unidos). Pero la manera de convencerles es profundizar en el conocimiento sobre estas cuestiones de sexualidad y adolescencia (como expusimos enhttp://www.neyro.com/2015/10/13/sanidad-admite-como-prioridad-del-gobierno-prevenir-embarazos-no-deseados-e-incidir-en-la-educacion-afectivo-sexual/).

Al igual que con el resto de vacunas, el Comité Asesor de Seguridad de las Vacunas de la Organización Mundial de la Salud (GACVS) revisa y supervisa periódicamente la seguridad de la vacuna frente al VPH desde que se autorizó su comercialización en 2006. La última revisión se llevó a cabo en diciembre de 2015 y concluyó que mantiene un perfil de seguridad favorable. Ya dimos cuenta de todo ello en varias oportunidades en nuestro blog (enhttp://www.neyro.com/2015/12/11/descartada-relacion-alguna-entre-la-vacuna-del-vph-y-sindromes-raros/ y también en http://www.neyro.com/2014/03/13/nueva-respuesta-positiva-del-comite-de-medicamentos-de-uso-humano-de-la-agencia-europea-del-medicamento-ema-r-especto-a-vacunas/).

Creciente importancia de la microbioma y la salud vaginal

¿Qué son exactamente los probióticos vaginales?

El concepto de probiótico aparece a principios del siglo XX; de hecho, ya el médico ruso Elie Metchnikoff (Ilya Ilyich Mechnikov) que luego sería Nobel de Medicina compartido con Paul Ehrlich en 1908, recomendaba una dieta con leche fermentada con “bacilli” que producían gran cantidad de  ácido láctico a sus pacientes para favorecer su longevidad.

Recientemente ese concepto ha sido definido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y los Alimentos (FAO) y por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el conjunto de “microrganismos vivos que, administrados en la cantidad adecuada, aportan un beneficio a la salud del huésped” y ambas organizaciones han publicado conjuntamente unas directrices para la evaluación de los probióticos en las que se especifican los estándares que deben cumplir para disponer de la calidad y la fiabilidad adecuadas que permitan su prescripción y/o recomendación médica y/o farmacológica.

¿Qué beneficios aportan a la mujer?

La vagina está colonizada por microrganismos (bacterias y hongos) que forman la flora vaginal normal o (más modernamente llamada) microbiota. El recuento de bacterias ronda los 100.000 por ml. Dicho recuento está constituido por distintas especies aerobias y anaerobias, entre las que también está, la llamada flora láctica  que mantiene un pH vaginal entre 4 y 5, debido a la producción de ácido láctico como consecuencia del consumo y de la fermentación de carbohidratos, fundamentalmente de glucógeno.

 Todo ello mantiene estable la salud vaginal en la medida de que esa acidez (entre otros mecanismos variados) impide la colonización por gérmenes oportunistas o el sobrecrecimiento de gérmenes habituales pero potencialmente causantes de vaginitis.

¿En qué situaciones están especialmente indicados?

            En práctica clínica diaria ante una infección vaginal o vaginitis se prescribe habitualmente un antibiótico o anti-fúngico como tratamiento (dependiendo de cuál sea el germen causal encontrado), pero en general no repoblamos la microbiota vaginal para devolver el equilibrio perdido probablemente por la propia infección o por la propia terapia; de hecho, aún no está claramente dilucidado si la mayoría de las infecciones vaginales son la causa o la consecuencia de la alteración de la microbiota vaginal. Cada vez se tiende más a pensar que la inmensa mayoría de las vaginitis son la consecuencia de la alteración de la microbiota, como ya indicaron Sobel, JD y Chaim, W.en una publicación suya de del ya lejano 1996.

¿Cómo se utilizan ¿En qué formato se presentan?

Los probióticos se presentan como una nueva terapia coadyuvante en infecciones vaginales utilizados hasta ahora solo por el 25% de los ginecólogos en las pacientes con más de 4 episodios de vaginitis anuales. Teniendo en cuenta que el 75% de las mujeres experimenta por lo menos una vaginitis a lo largo de su vida y que más del 50% repiten el episodio entre 2 y 4 veces en un año, tenemos en esta nueva terapia una opción válida de terapia como coadyuvante tras el tratamiento anti-infeccioso elegido. Hay una evidencia científica importante, fundamentalmente en disminución de recidivas sobre todo en vaginosis bacteriana. El empleo de antibióticos de amplio espectro muy potentes, elimina en general no solo los gérmenes causantes de la infección sino, lamentablemente, la microbiota que podría evitar nuevas recidivas; de ahí su importancia y el interés en reponer esa flora mediante el empleo de los probióticos.

Además, por otro lado, la utilización de probióticos en vaginitis abre un campo de investigación actual con especies muy comunes en la microbiota vaginal como lo son Lactobacillus gasseri o Lactobacillus rhamnosus. Debe tenerse en cuenta que no todas las bacterias probióticas son iguales, y los efectos producidos en la salud dependerán de sus características específicas, género, especie y cepa, como queda reflejado en una reciente publicación de Cancelo, MJ, Neyro, JL y Baquero JL, que recogía el acuerdo de más de 123 ginecólogos españoles, expertos en estos temas, interrogados en una investigación cualitativa mediante el método Delphi.

El artículo original de la revista Progresos de Obstetricia y Ginecología (órgano oficial de comunicación científica de la SEGO-Sociedad española de Ginecología y Obstetricia) del inicio de 2014, puede leerse en el enlace http://apps.elsevier.es/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=90265974&pident_usuario=0&pcontactid=&pident_revista=151&ty=33&accion=L&origen=zonadelectura&web=www.elsevier.es&lan=es&fichero=151v57n01a90265974pdf001.pdf

Se presentan en forma de cápsulas con los probióticos vivos pero liofilizados (proceso consistente en deshidratación en frío que permite su conservación a temperatura ambiente, sin necesidad de mantenimiento de cadena de frío estricta) o bien incluídos en tampones recolectores de fluidos menstruales, con diferente capacidad de absorción como cualquier tampón al uso (mini, regular o super). El contacto de las cápsulas o los tampones con la humedad y la temperatura vaginal, hace que los probióticos “revivan” y comiencen a realizar su trabajo de recolonización vaginal.

¿Es mejor tomar probióticos por vía vaginal que por vía oral?

            Las infecciones vulvo-vaginales representan un problema relevante en la salud de la mujer. Los tratamientos convencionales y las pautas establecidas han variado escasamente en los últimos años. Recientemente se han introducido como preventivos y coadyuvantes al tratamiento, los probióticos tanto de administración vaginal como oral, ofreciendo una alternativa innovadora en el abordaje de estas patologías. La vía oral ha demostrado sus funciones y eficacia en el control de determinadas diarreas infantiles y otras enfermedades intestinales. 

            Sin embargo, para las vaginitis o vaginosis. si se administran vía oral, la dosis ha de ser extremadamente más elevada que si se administran por vía vaginal, pues por aquella han de soportar y vencer los filtros gástrico y biliar (con su elevada agresividad contra la microbiota administrada) y finalmente han de llegar hasta el colon, colonizarlo y solo por contigüidad alcanzar la vagina desde el recto. Resulta mucho más sencillo y eficiente administrarlos por vía vaginal directamente; solo se necesitan así 108 UFC (unidades formadores de colonias) por esta vía baja y a todas luces es más cómodo para la paciente. Lo explicábamos con detalle también en el link http://www.neyro.com/2014/01/12/papel-de-los-probioticos-vaginales-en-la-vaginitis-de-repeticion/

¿Qué beneficios aporta la utilización de tampones en el marco del tratamiento de la vulgovaginitis?

            Tradicionalmente, los ginecólogos estamos acostumbrados a sugerir a nuestras pacientes detener los tratamientos por vía vaginal con la llegada de la menstruación para continuarlos tras ella. Sabemos, por otro lado, que la regla y sus cambios locales favorecen el desequilibrio de la microbiota como en ningún otro momento del ciclo, por el sobre-crecimiento de gérmenes contaminantes habituales de la propia vagina que pueden ocasionar el desequilibrio previo a una nueva vaginitis; muchas mujeres refieren que precisamente reverdece su clínica de prurito, de picores y malestares en general, precisamente tras la regla.

            Por estas razones, disponer de un protector menstrual como los tampones embebidos o impregnados en probióticos resulta claramente estimulante para romper el viejo paradigma de la suspensión temporal de los tratamientos de las vaginitis durante la regla. Por otro lado, que los probióticos de los tampones estén liofilizados permite a la mujer una conservación de aquellos sencilla, en el mismo cajón donde puede almacenar en su domicilio otros protectores sin mayor preocupación ni cuidados especiales.

A nivel general ¿cuál es su visión de la utilización de tampones?

            Extremadamente positiva porque faculta la posibilidad de mantener un tratamiento repoblador de la microbiota vaginal, precisamente durante los días del ciclo, la menstruación, en los que más fácil es el desequilibrio de la microbiota y más frecuente es la recidiva de las vaginitis y las vaginosis.

            Es un éxito más de la moderna farmacopea actual, pues era paradigmático interrumpir los tratamientos precisamente en los días de la menstruación. Tenemos evidencias científicas suficientes incluso desde 1992, que demuestran que su empleo es altamente eficaz y perfectamente aceptado por las mujeres participantes en los ensayos clínicos en los que estos protectores fueron testados.

Se compara el esfuerzo de la mujer en el parto con el de correr una maratón.

El ejercicio es bueno a cualquier edad y en cualquier condición; ni es nuevo ni original y ya lo habíamos comentado (ver enhttp://www.neyro.com/2012/06/25/evidencias-cientificas-demuestran-que-el-ejercicio-fisico-es-saludable-en-cualquier-edad/) Además sabíamos de los innumerables beneficios de practicar ejercicio durante el embarazo previniendo la diabetes (http://www.neyro.com/2015/11/02/el-ejercicio-aerobico-durante-el-embarazo-puede-ayudar-a-prevenir-la-diabetes-gestacional/), o mejorando la salud del recién nacido, incluso ( http://www.neyro.com/2013/11/05/el-ejercicio-fisico-regular-durante-el-embarazo-mejora-la-salud-del-recien-nacido/)
Ahora sabemos que mezclar ejercicio cardiovascular con ejercicios de fuerza y flexibilidad reduce los riesgos del parto; aporta siempre flexibilidad, elasticidad y capacidad de aguantar el esfuerzo, sin olvidar el terrible esfuerzo que condiciona el parto para la gestante.
  

Las mujeres embarazadas deben estar en buena forma física para afrontar el esfuerzo muscular que se realiza en el momento del parto ya que, como ha reconocido la matrona Natalia Costas, es similar al que conlleva correr una maratón. «Por eso nos encontramos en muchas ocasiones con mujeres al límite de su resistencia física durante el parto», ha destacado en el marco de unas charlas dentro del programa de orientación para un mejor seguimiento del embarazo de su centro.

Se ha recordado que cuando una mujer está embarazada es fundamental realizar una progresión adecuada del ejercicio, adaptándolo al momento de gestación o recuperación durante el postparto. Intraparto, desde hace muchos años, para situaciones de partos alargados en los que recuperar el esfuerzo es fundamental para poder seguir los ginecólogos disponemos (señala nuestro experto José Luis Neyro) de las llamadas «soluciones repolarizantes» compendio de solutos de alta energía, diversas vitaminas y sueros con alto contenido en glucosa que permiten afrontar las últimas horas de ese parto alargado.

El ejercicio y la forma física son básicos sobre todo porque tener una buena forma física favorece la salida del bebé y acorta el tiempo de parto, tanto en dilatación como en expulsivo, el bebé nace en mejor estado de salud y equilibrio psíquico y se da una menor percepción de esfuerzo durante el parto, tanto para la madre como para el bebé.

Por si fuera poco, ya lo señalamos arriba, el ejercicio físico también disminuye estadísticamente los partos prematuros y postérmino, (de acuerdo con una dieta adecuada como mostramos en http://www.neyro.com/2014/03/14/una-dieta-equilibrada-en-el-embarazo-podria-reducir-el-riesgo-de-parto-prematuro/) y la madre gana menos peso graso y se recupera mejor tras el embarazo y el parto.

Del mismo modo, existen otra serie de beneficios asociados tales como que se produce una menor diástasis abdominal, reduce el malestar relacionado con el embarazo (como los dolores de espalda), incrementa la autoestima y reduce la depresión postparto, el estrés y la ansiedad, incrementa los niveles de energía, reduce como decíamos al comienzo, la diabetes gestacional y la hipertensión arterial y aumenta la capacidad cardiovascular y aeróbica de la madre, así como la tolerancia muscular al esfuerzo.

Respecto al tipo de ejercicio a realizar, es importante mezclar ejercicio cardiovascular con ejercicios de fuerza y flexibilidad, ya que se ha demostrado que reducen sensiblemente los riesgos del parto. Además, los expertos recomiendan planificar esta preparación, empezando con un ejercicio cardiovascular de 20 minutos e ir aumentando gradualmente hasta 45 o 60 minutos por día, comenzando por dos días a la semana y terminando en cinco.

En resumen, como siempre, «Entre hacer y no hacer ejercicio, siempre hacer; una mujer embarazada no entrenada debe entrenar y una mujer embarazada entrenada no debe dejar de hacerlo», ha sentenciado Cortés. Cualquier ejercicio es bueno y mejor que ninguno; si además podemos programarlo y adaptarlo a cada caso y a cada mujer, miel sobre hojuelas, apostilla el ginecólogo JL Neyro.