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Debemos cambiar el cribado oportunista del Cáncer de cérvix por un cribado poblacional.

 
Las sociedades occidentales han llegado al convencimiento científico de que es posible acabar en este siglo, en pocos años además, con el cáncer de cérvix uterino, con las verrugas genitales y con la inmensa mayoría de las enfermedades causadas por la infección de transmisión sexual más prevalente en todo el mundo cual es la provocada por el Virus del Papiloma Humano VPH (HPV en inglés). En este blog, nos venimos ocupando del asunto de manera reiterada en múltiples entradas agrupadas todas ella en los enlaces presentes en http://www.neyro.com/?s=VPH+HPV así como en las noticias colgadas en http://www.neyro.com/?s=vacuna+vacunaci%C3%B3n
Tenemos múltiples evidencias científicas, al margen de opiniones más o menos interesadas, de que la vacunación masiva de las personas susceptibles de sufrir la infección podría acabar con las lesiones precancerosas en pocos años; el ejemplo lo muestra la envidiable situación de que ya gozan en Australia fruto de decisiones políticas acertadas en materias de salud pública y VPH (como mostramos en su día en http://www.neyro.com/2015/08/07/programas-de-vacunacion-frente-al-vph-en-australia-logran-disminuir-los-casos-de-lesiones-cervicales-de-alto-grado/)
La segunda acción para conseguir esa erradicación, es aún más sencilla; tendríamos que cambiar el test que se hace normalmente para determinar la presencia de algún daño entre las posibles personas afectas; también lo hemos contado ya en una noticia previa presente en http://www.neyro.com/2015/02/19/test-de-vph-mas-efectivo-que-la-citologia-en-cribado-primario/
La guinda del pastel sería de verdad, que nuestras autoridades sanitarias comprendieran hasta qué punto hacer citologías siempre a las mismas mujeres (las interesadas en su salud…) a través de un cribado oportunista sirve de bien poco para reducir los más de 2200 cánceres de cérvix nuevos al año que aún ocasionan 760 muretes de mujeres cada doce meses en España.
Ese día parece haber llegado ya; en España, concretamente en el País Vasco, se ha tomado la decisión política de cambiar el nada operativo cribado oportunista por un acertado cribado poblacional que incluya a TODAS las mujeres susceptibles (las que tiene relaciones sexuales….) entre los 21 y los 65 años. Lo comentaban los periódicos estos días (según puede leerse en http://www.deia.com/2017/01/24/sociedad/euskadi/salud-hara-cribados-de-cancer-de-cervix-a-todas-las-mujeres-entre-21-y-65-anos)
Este cambio abrumadoramente positivo (aunque muy tardío, según todos los científicos consultados sobre el tema….) fue ampliamente comentado en el programa de radio en el que el Dr. JL Neyro colabora semanalmente en Radio Popular de Bilbao, precisamente en el magazine que presenta y dirige el periodista Ramón Bustamante. Puede escucharse en el enlace adjunto de manera íntegra.

Los resultados neonatales tras la vacunación frente al virus del papiloma humano durante el embarazo, garantizan su seguridad.

Resultado de imagen de tipos de vacuna VPH y estación
 
Es este un blog dedicado hace más de diez y siete años a la divulgación científica y, sobre todo, a la información general sobre temas de salud de la mujer de manera primordial. Si algún tema destaca entre todos los abordados en este tiempo, podríamos asegurar que uno de los principales sino el más frecuentemente atacado, es el relativo al Virus del Papiloma Humano VPH – HPV y su(s) vacuna(s)…., porque ya son tres diferentes las comercializadas en esta parte del mundo (ver en https://www.neyro.com/2015/04/13/una-nueva-vacuna-contra-el-vph-mas-activa-y-potente-recien-aprobada-en-la-union-europea/)

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¿Cómo debe tratarse el cáncer de mama?, ¿por su tamaño?, ¿por su extensión?

En los pasados veinte o treinta años hemos venido tratando el cáncer de mama de acuerdo con el tamaño (T) del tumor en el momento del diagnóstico, la extensión loco-regional hacia los ganglios (N de nódulos) de la axila homo-lateral y la presencia o no de metástasis (M) a distancia de acuerdo con una clasificación TNM que en realidad se había diseñado para los tumores sólidos.
Bien pronto nos dimos cuenta, por la diferente evolución que seguían tumores de tamaños muy similares a lo largo del tiempo, que lo estábamos haciendo mal….; rematadamente mal, para ser muy claros. Lo explicamos hace poco en una noticia con ocasión de un programa de TV en el que el Dr. Neyro intervenía para hablar de estas apasionantes cuestiones relativas a los nuevos abordajes del cáncer de mama, a disposición de los lectores en http://www.neyro.com/2016/10/17/nuevas-pruebas-permiten-conocer-y-tratar-mejor-el-cancer-de-mama/
Hoy ya, entrado bien el siglo XXI es imperdonable que la falta de recursos económicos, o la desidia para emplearlos adecuadamente, sigan consintiendo que hasta un 32 a 34% del total de las pacientes que reciben cada día quimioterapia por un cáncer de mama la sigan sufriendo sin ninguna necesidad que lo justifique.
Así lo expresamos en este mismo web con anterioridad en dos sueltos que estimulamos al lector a seguir con atención en:

Lo que realmente importa es la expresión de las proteínas génicas de cada tumor específico, independientemente del tamaño que haya alcanzado en el momento de su diagnóstico o de los posibles ganglios que presente su axila en el día de la cirugía….

El programa radiofónico semanal en el que colabora el Dr Neyro en Radio Popular, se ocupó hace unas semanas de explicar todos estos pormenores con claridad y mucha tranquilidad; el lector interesado puede escuchar entera la entrevista del periodista Ramón Bustamante al Dr. Neyro en el enlace adjunto.

La ingesta de una copa de alcohol al día aumenta el riesgo de cáncer de mama.

Ni ha nadie engañamos ni a ninguna persona sorprenderemos si afirmamos o recordamos que la ingesta de alcohol está relacionada con diferentes tipos de cáncer, tal y como hace poco señalamos en este mismo blog en una entrada previa en http://www.neyro.com/2017/04/03/beber-alcohol-produce-siete-tipos-diferentes-de-cancer/
Sabemos que el alcohol es básicamente un tóxico para el organismo y su relación (no solo fisiopatológica, sino también por la evidencia epidemiológica) con el cáncer es cada vez más evidente, cierta y fiable. Lo expusimos hace bien poco tiempo en este lugar en http://www.neyro.com/2017/03/31/apoya-la-epidemiologia-mas-cientifica-la-idea-de-que-el-alcohol-causa-el-cancer/

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A vueltas con los intentos de reducir la mortalidad por cáncer de ovario; nuevas noticias.

no de los temas «espinita» que seguimos manteniendo los ginecólogos en el abordaje de la salud de la mujer, sigue siendo bien entrado el siglo XXI, la reducción de la mortalidad por el temido cáncer de ovario en su vertiente epitelial, la más frecuente y de ordinario la más dañina.

Alguna puerta se ha abierto en los últimos meses desde muy diferentes abordajes tal y como expusimos en una noticia previa publicada en este blog en http://www.neyro.com/2015/12/31/nueva-esperanza-de-que-el-cribado-de-cancer-de-ovario-pudiera-reducir-un-20-la-mortalidad/.
Pero realmente, el avance creemos fundamental en la lucha contra esta mortífera enfermedad aparece cuando comienza a extenderse la idea que su origen realmente no está en el micro-daño repetido que las sucesivas ovulaciones tenían sobre la superficie epitelial del ovario, sino en alguna estructura cercana, pero diferente como eran las trompas de Fallopio.
De hecho, unos autores canadienses publicaron en mayo del casi ya lejano 2014 un estudio retrospectivo de cohorte basado en población en el que daban datos al respecto con nada menos que casi 44.000 mujeres de la Brito Columbia (la «beatiful», como ellos dicen de su tierra en el extremo suroeste de Cannadá), seguidas entre 2008 y 2011.
Allí se demostraba que extirparles las trompas a las mujeres que iban a sufrir una histerectomía o que habían solicitado su esterlización voluntaria, no añadía ni morbilidad ni aumentaba la mortalidad de ese proceder. El lector interesado puede seguir el original en el enlace siguiente, en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24412119
El asunto tuvo tanto impacto que nos ocupamos de desarrollarlo en una noticia previa en nuestro propio blog que fue muy seguido en las redes sociales; está en http://www.neyro.com/2016/08/26/extirpacion-de-las-trompas-para-reducir-la-aparicion-del-cancer-de-ovario/
Pues bien, ahora nos llega un escalón más en la escala de la evidencia cinetífica en forma de revisión sistemática y metanálisis, que no es otra cosa que el análisis de los análisis previos que diferentes autores han hecho sobre un determinado tema. Como sabemos y ya arriba comentamos, se había sugerido que la salpingectomía podría reducir el riesgo de cáncer ovárico epitelial (COE) en base a la teoría de que la trompa es el origen del cáncer.
En el trabajo que ahora comentamos, apenas publicado en el número de junio de 2017 del prestigioso British Medical Journal, se realizó una revisión sistemática sobre la salpingectomía asociada con el riesgo de cáncer de ovario y el efecto de la salpingectomía durante la histerectomía sobre las complicaciones, incluyendo la función endocrina. El lector puede seguir el original del manuscrito publicado en el enlace https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Darelius+A%2C+Lycke+M%2C+Kindblom+JM%2C+et+al.+BJOG.+2017+Jun%3B+124(6)%3A+880–889.

De 844 artículos identificados, 11 cumplieron los criterios de inclusión. Lamentablemente, ningún estudio evaluó la reducción del riesgo de COE tras la salpingectomía junto con la histerectomía. Dos estudios retrospectivos publicaron un menor riesgo frente a la no cirugía, con una hazard ratio ajustada de 0,65 (95% IC 0,52-0,81); esto supone una reducción nada menos que del 35% del riesgo. No se encontraron diferencias en relación a las complicaciones entre los grupos con y sin salpingectomía. La función ovárica, medida mediante parámetros subrogados, fue similar a corto plazo.

En conclusión, existe poca evidencia que permita afirmar que la salpingectomía reduce el riesgo de COE, y su impacto a largo plazo en la función endocrina se desconoce, pero de momento, toda la que hay, señala nuestro experto, el Dr José Luis nEyro, no señala que cause mayores problemas hacerlo (extirpar las trompas) y aunque el grueso de la evidencia es escasa como señalan los autores, es siempre positiva.

Deberemos seguir profundizando en este tipo de actitudes para tener las suficientes experiencias como para que el ulterior análisis estadístico nos permita en un futuro afirmarlo con rotundidad.
Fuente consultada: Darelius A, Lycke M, Kindblom JM, et al. BJOG. 2017 Jun; 124(6): 880–889.

Beber alcohol produce siete tipos diferentes de cáncer

Se dispone de «evidencia sólida» de que el alcohol produce siete tipos de cáncer y otra evidencia indica que «probablemente» produzca más, según diferentes análisis de la literatura publicados en diversas ocasiones por la Dra. Connor precisamente en nuestras antípodas; el lector interesado puede bucear en uno de sus últimos manuscritos a modo de revisión de estos asertos publicado en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27442501.

La evidencia epidemiológica respalda una relación causal entre el consumo de alcohol y tumores malignos de bucofaringe, laringe, esófago, hígado, colon, recto y mama femenina, dice Jennie Connor, MB, ChB, MPH, del Departamento de Medicina Preventiva y Social, Universidad de Otago en Dunegin, Nueva Zelanda.

En síntesis, el alcohol produce cáncer. Ella misma lo afirma en las conclusiones de uno de sus trabajos cuando afirma que «existe una fuerte evidencia de que el alcohol causa cáncer en siete sitios del cuerpo y probablemente en otros también. Las estimaciones actuales sugieren que los cánceres atribuibles al alcohol en estos sitios constituyen el 5,8% de todas las muertes por cáncer en todo el mundo. La confirmación de mecanismos biológicos específicos por los cuales el alcohol aumenta la incidencia de cada tipo de cáncer ni siquiera se requiere para inferir que el alcohol es una causa». Es ciertamente, una contundente afirmación, señala el Dr. JL Neyro

Por abundarlo más, la propia autora señala: «el público y los medios a menudo dan la misma importancia a las afirmaciones de expertos mundiales que a los mensajes de las compañías de alcohol y sus científicos. Los mensajes en general resultan confusos. Por estos motivos, la revista científica Addiction ha marcado este artículo [su análisis] como ‘Para debate'».

La utilización del lenguaje causal en los debates científicos y públicos es «dispar», señala. Por ejemplo, los artículos y las noticias en los diarios a menudo utilizan expresiones como «cáncer relacionado con alcohol» y «cáncer atribuible al alcohol»; hacen alusión a un «vínculo» entre el alcohol y el cáncer y al efecto del alcohol sobre «el riesgo de cáncer».

Hace unos años, la ciencia demostró que incluso cantidades moderadas de alcohol podrían incrementar notablemente el riesgo de padecer cáncer en las mujeres, verdadero objetivo de todo el trabajo de divulgación de este web, señala su director de contenidos el ginecólogo José Luis Neyro; de hecho, lo comentamos largamente en su día en  http://www.neyro.com/2015/10/02/consumo-moderado-de-alcohol-tambien-podria-aumentar-el-riesgo-de-cancer-en-las-mujeres/

«En la actualidad, el papel causal del alcohol es percibido como más complejo que el del tabaco, y la solución sugerida por la analogía con el tabaquismo ― que debiéramos todos reducir y finalmente dejar de beber alcohol ―  es ampliamente inaceptable», escribe la Dra. Connor.

El análisis recién publicado «refuerza la necesidad de que el público tome conciencia de la relación causal entre el alcohol y el cáncer», dijo Colin Shevills, de Alcohol Health Alliance UK, en un comunicado de prensa. «La investigación demuestra que sólo alrededor de una de cada 10 personas [en el Reino Unido] actualmente se percatan del vínculo entre alcohol y cáncer».

Shevills añadió: «Las personas tienen derecho a saber sobre la repercusión del alcohol en su salud, así como su vinculación con el cáncer, de manera que puedan tomar decisiones con conocimiento de causa respecto a cuánto beben».

La falta de claridad en torno a que el alcohol produce cáncer, considera la Dra. Connor, está relacionada con la propaganda de la industria del alcohol y por el hecho de que la «base epidemiológica para la inferencia causal es un proceso iterativo que nunca se completa del todo».

Los ginecólogos, sin embargo todo ,o anterior, siempre hemos emitido un mensaje claro en lo que respecta al empleo de alcohol en la dieta de la mujer gestante, por ejemplo. Aquí, estos temas no admiten discusión: las mujeres embarazadas consumen mucho más alcohol del que debieran que es nada, señala con rotundidad José Luis Neyro (y lo refrendamos con un hallazgo brutal cuando se constata cuántas gestantes lo consumen de manera regular, como expusimos en http://www.neyro.com/2012/07/27/una-de-cada-13-mujeres-embarazadas-consume-alcohol/) Asuntos para reflexionar, sin duda.