Al parecer este maldito virus del que cada vez sabemos más y que ha causado cambios tan notables en nuestra forma de vida y de asistencia médica, no termina sus actividades con el alta médica de los pacientes tras su ingreso hospitalario. Afortunadamente,
este ingreso es cada vez más infrecuente (al menos entre personas vacunadas con la pauta completa…), pero aún estamos muy mediatizados en los sistemas de salud por su presencia. Y sabíamos que existía un llamado síndrome postCoVID19 que explicamos en su día en este mismo blog en
https://www.neyro.com/2021/06/14/covid19-a-veces-no-termina-de-forma-definitiva-y-persiste-en-el-tiempo-con-otra-forma-desconocida-de-enfermedad/. Pero hasta ahora que supiéramos, las
secuelas post-agudas persistentes a corto y largo plazo de CoVID19 (Post-
acute
Sequelae of
COVID19, con sus
siglas en inglés, PASC) no se habían evaluado sistemáticamente.
Y es que
la verdadera incidencia y evolución del PASC dependen del tiempo transcurrido desde la infección, los sistemas de órganos y tejidos afectados, el estado de vacunación, la variante del virus y la región geográfica. La finalidad del trabajo que comentamos ahora (y que puede seguirse en el original de la revista que lo publicó el 13 de octubre de 2021 en
https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2784918), fue
estimar la frecuencia y la evolución de PASC específicas de cada sistema de órganos. En la imagen, la portada del número de la revista indicada (el famoso JAMA o Journal of the American Medical Association), que recoge el trabajo de Destin Groff y sus colaboradores del Departamento de Cirugía, Penn State College of Medicine y Milton S. Hershey Medical Center, Hershey, Pennsylvania, entre otros firmantes…
Los autores realizaron búsquedas en las bases de datos de PubMed (MEDLINE), Scopus, la literatura mundial sobre la enfermedad por coronavirus de la Organización Mundial de la Salud y CoronaCentral desde diciembre de 2019 hasta marzo de 2021. Identificaron un total de 2.100 estudios, e incluyeron aquellos que proporcionaran datos sobre PASC en niños y adultos. Dos revisores siguieron y realizaron de forma independiente las pautas de PRISMA para resumir los datos. La calidad se evaluó mediante la escala de Newcastle-Ottawa para estudios de cohortes.
El criterio de valoración principal fue la frecuencia de PASC diagnosticado por
(1) investigación de laboratorio,
(2) patología radiológica y
(3) signos y síntomas clínicos.
Las PASC se clasificaron por sistema de órganos, es decir, neurológico; cardiovascular; respiratorio; digestivo; dermatológico; y oído, nariz y garganta, así como salud mental, síntomas constitucionales y movilidad funcional. Del total de 2.100 estudios identificados, 57 estudios con 250.351 supervivientes de CoVID19 cumplieron los criterios de inclusión. La edad media (DE) de los supervivientes fue de 54,4 (8,9) años, 140.196 (56 %) eran hombres y 197.777 (79 %) fueron hospitalizados durante la CoVID19 aguda. Los países de ingresos altos contribuyeron con 45 estudios (79b%). La proporción mediana (RIC) de supervivientes de CoVID19 que experimentaron al menos 1 PASC fue 54,0 % (45,0 %-69,0 %; 13 estudios) al mes (corto plazo), 55,0 % (34,8 %-65,5 %; 38 estudios) a los 2 a 5 meses (a medio plazo) y al 54,0 % (31,0 %-67,0 %; 9 estudios) a los 6 meses o más (a largo plazo).
Las imágenes siguientes pertenecen al propio estudio: la de arriba señala el tamaño relativo de cada estudio analizado en el trabajo, con su lugar de origen. La de abajo quiere sintetizar la importancia de los principales síntomas post-CoVID19, enb cuanto a trastornos neurológicos, de salud mental, afecciones respiratorias o de movilidad y (abajo del todo) presencia de síntomas generales tipo astenia, fatiga crónica y demás…
Las secuelas pulmonares, los trastornos neurológicos, los trastornos de salud mental, las alteraciones de la movilidad funcional y los síntomas generales y constitucionales más prevalentes fueron
anomalías en las imágenes del tórax (mediana [RIC], 62,2 % [45,8 %-76,5 %]),
dificultad para concentrarse (23,8 % [20,4 %-25,9 %]), trastorno de
ansiedad generalizada (29,6 % [14,0 %-44,0 %]),
deficiencias funcionales generales (44,0 % [23,4 %-62,6 %]) y
fatiga o debilidad muscular (37,5 % [25,4 %-54,5 %]), respectivamente. Otros síntomas notificados con frecuencia incluyeron trastornos cardíacos, dermatológicos, digestivos y de oído, nariz y garganta.Por lo tanto,
más de la mitad de los supervivientes de CoVID19 experimentaron PASC 6 meses después de la recuperación. Las PASC más frecuentes consistieron en alteraciones de la movilidad funcional, anomalías pulmonares y trastornos de salud mental. Estas PASC a largo plazo ocurren en una escala que podría sobrepasar la capacidad de atención médica existente, particularmente en países de ingresos bajos y medios. Cómo decíamos hace escaso tiempo en
https://www.neyro.com/2021/09/03/mientras-seguimos-vacunando-al-mundo-entero-que-opciones-de-tratamiento-tenemos-para-covid19/,
mientras no tengamos tratamientos efectivos contra esta enfermedad, la mejor forma de combatir sus efectos es prevenirla mediante la vacunación…, sin duda alguna… Seguiremos informando….
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