El manuscrito lo firma como primera autora Lauren J Ralph del Advancing New Standards in Reproductive Health (ANSIRH), Bixby Center for Global Reproductive Health, Department of Obstetrics, Gynecology and Reproductive Sciences, University of California, San Francisco, 1330 Broadway Suite 1100, Oakland CA 94612 y es un análisis de los datos de 259 mujeres embarazadas que participaban en una encuesta transversal que reveló que el camino más rápido para confirmar la gestación es una prueba de embarazo en casa, pero es menos probable que las adolescentes utilicen esas pruebas que otras,, de acuerdo a los datos del estudio.
Son muchas las acciones encaminadas a evitar los embarazos durante la adolescencia (como expusimos en https://www.neyro.com/2019/11/
La primera autora del informe continúa con su explicación: «En particular la mayoría de los jóvenes (más del 50%) tenían más de seis semanas cuando se confirmó el embarazo. Este estudio destaca claramente que estos grupos se ven afectados de manera desproporcionada por restricciones como las de Texas que prohíben el aborto temprano en el embarazo «. Puede parecer una tontería, pero una barrera para los jóvenes fue la dificultad para obtener pruebas de embarazo caseras, según constató el artículo que ahora comentamos.
Para observar más de cerca los comportamientos de mujeres y niñas relacionados con la sospecha y la confirmación del embarazo, se realizó este estudio transversal, en el que los investigadores reclutaron mujeres y niñas de ocho centros de salud reproductiva y primaria, incluido un centro de abortos, en varios estados del sur de los EEUU, a saber: Arizona, Nueva Jersey, Nuevo México, Carolina del Sur y Texas entre 2016 y 2017.
Los investigadores incluyeron en su análisis a pacientes de entre 15 y 45 años, que se identificaron como mujeres, que fueron sexualmente activos en el último año, que no estaban esterilizados y que podían hablar y leer inglés o español. A los pacientes que dijeron que estaban interesados en participar en el estudio se les pidió que completaran una encuesta anónima de 30 minutos mientras aún estaban en la sala de espera. Está claro que los adolescentes, los nuestros, los de aquí y los de allá, han cambiado y mucho (como todo en la vida que es cambio continuo) y las acciones de prevención del embarazo no deseado deben también evolucionar (léase en https://www.neyro.com/2017/01/
A las chicas que informaron sobre un embarazo actual o presunto se les preguntó cuándo sospecharon por primera vez que podrían estar embarazadas, si habían confirmado el embarazo y cómo lo habían hecho y qué tipo de atención médica habían buscado. Los investigadores preguntaron a las pacientes si se habían realizado una prueba de embarazo en casa «antes de ir al consultorio de cualquier médico o clínica» y qué factores, si los hubo, los hicieron «posponer o retrasar la realización de una prueba de embarazo en el hogar después de que (ellos) sospecharon por primera vez (que) estaban embarazada.» Entre los 259 participantes, con una edad media de 26 años, 198 indicaron que estaban embarazadas y 61, que podrían estarlo. Muchas (42%) informaron haber recibido asistencia pública, el 34% dijeron que estaban buscando servicios de aborto o una prueba de embarazo (31%) y el 25% dijeron que estaban buscando atención prenatal.
Casi tres cuartas partes (74%) hicieron una prueba de embarazo en casa como primer paso para confirmar una sospecha de embarazo, antes de ir a un centro de atención médica. Las adolescentes tenían menos probabilidades de haberse realizado una prueba de embarazo en casa que los adultos jóvenes de 20 a 24 años antes de buscar atención médica (65% frente a 81%, p = 0,05). Las razones más comunes para retrasar la realización de una prueba fueron: esperar a ver si llegaría un período (52%), miedo de cuál sería el resultado (35%) y querer pasar un tiempo averiguando qué hacer si estaban embarazadas. (16%). Aquellos que confirmaron el embarazo tarde fueron personas más jóvenes, personas de color y personas pobres. «Por lo tanto, la ley de Texas no afecta principalmente a las personas con embarazos planificados» (un problema en aquellas latitudes…).