A lo largo de cada tratamiento, uno de los aspectos hasta ahora menos debatido era la parte posterior a la ovulación, lo que llamamos fase lútea. El manejo de la misma en los ciclos de reproducción asistida ha despertado cada vez más interés en los últimos años. Y es que el soporte de la fase lútea (SFL) incrementa las tasas de embarazo en los tratamientos de reproducción asistida (TRA) independientemente de la técnica usada. De hecho, como decíamos hace un tiempo en una publicación internacional publicada en Centroamérica apenas en 2018, «la insuficiencia de fase lútea se refiere a la producción de progesterona en concentraciones inferiores a lo normal, lo que origina un retraso en el desarrollo y en la maduración endometrial. Este problema contribuye a la infertilidad y al aborto espontáneo recurrente y, desde hace más de 50 años, es motivo de controversia». (puede seguirse el original en la Revista Centroamericana de Obstetricia y Ginecología REVCOG, presente en el enlace siguiente https://www.revistamedica.org/index.php/revcog/article/download/737/646); abajo mostramos la primera página de dicha publicación.
El motivo de toda la controversia es que una vez más, aquí tampoco sirve el viejo «café para todas»; así, parece que podría ser necesaria la individualización del soporte en la fase lútea, ya que el concepto de ‘talla única’ no es aplicable en este contexto.Mucho más si consideramos incluso, que la mayoría de la población desconoce temas relacionados con sus propios ciclos ni siquiera cuando intentan conseguir una gestación (de no parecer cierto lo que afirmamos, solo es preciso acercarse a esta noticia de este mismo blog, presente en https://www.neyro.com/2009/01/14/casi-la-mitad-de-las-espanolas-desconoce-o-se-equivoca-al-elegir-el-mejor-momento-del-mes-para-quedarse-embarazadas/)
Los estudios realizados en ciclos de terapia de reemplazo hormonal (también llamados ciclos artificiales) han demostrado que los niveles séricos de progesterona (P4) están relacionados con los resultados del embarazo. Esto representa un hito en el manejo de los ciclos artificiales (CA), ya que hasta hace unos años se creía que los niveles medidos en suero de la P4 no reflejaban realmente la efectividad de la propia P4, por lo que no la tenían en cuenta. Sin embargo, no es tan sencillo como parece, porque la interpretación de los valores de P4 sérica dependerá del tipo de progesterona (farmacológica) utilizada y su vía de administración (que podría ser oral, intramuscular o vaginal, sea en gel o en óvulos o en comprimidos…).
Asimismo, y por otro lado, los hallazgos observados en los CA no son aplicables a lo que ocurre en un ciclo de transferencia de embriones en fresco (no conservados mediante vitrificación) después de una estimulación ovárica o una transferencia de embriones en el contexto de un ciclo natural. Al respecto de todos estos detalles, se ha publicado un interesante artículo que resume estos conceptos en https://journals.lww.com/co-obgyn/Abstract/2021/06000/New_concepts_and_difficulties_with_progesterone.9.aspx. Los firmantes, Martínez MC, Rodríguez-Varela C, Demur EL, de diversas sucursales del IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad, el centro ,más grande y más importante en TRA de todo el mundo), lo vieron presente este mismo mes de junio de 2021 en Curr Opin Obstet Gynecol. 2021 Jun; 33(3): 196-201, con el título original «New concepts and difficulties with progesterone supplementation in the luteal phase»
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En este artículo (véase justo arriba la portada del número de la revista), los autores revisan la situación actual del manejo de la fase lútea siendo de gran ayuda sus argumentaciones y opiniones para entender mejor todo lo concerniente a esta fase tan crucial de los ciclos de TRA, necesarios, no lo olvidemos para una de cada cinco o seis parejas en el mundo a la hora de intentar ser padres; ciertamente, son muchos y el porcentaje no deja de crecer… (ver en http://www.neyro.com/2015/01/26/aumenta-la-edad-media-de-las-pacientes-en-la-reproduccion-asistida/)..Seguiremos informando….