Podríamos decir que definitivamente se juntaron y se aliaron el hambre y las ganas de comer; de una parte la lógica inquietud de cualquier mujer de saber más acerca de lo que se está gestando (nunca mejor dicho) en su propio vientre. Conocer si su hijo en sus propias entrañas se estará desarrollando acorde con la normalidad, o si le faltará algo, algún miembro, si lo tendrá todo, si todo funcionará de manera correcta en su pequeño organismo, tan frágil, tan vulnerable, tan dependiente…
Del otro, el afán investigador insaciable del médico que necesita escudriñar todo lo que no conoce para hacerlo suyo, para poder apreciar su mecanismo, para descubrir cómo corregirlo en suma si algo funciona mal o inadecuadamente…, para poder ayudar más. Si a esto añadimos unas décadas de avances médicos en todos los sentidos, unos descubrimientos notables y la combinación de la física (con los ultrasonidos, que ya se empleaban en la primera guerra mundial), la química (con los análisis de distintas proteínas, que no han cesado de mejorar en el pasado siglo), con las matemáticas (para el diseño de algoritmos de interpretación, con un continuo desarrollo cada vez mayor en las ciencias de la vida), y además la genética (para el escrutinio de las bases de los cromosomas de cada célula, con avances imparables en las pasadas cuatro décadas), con una gran ayuda de la informática (para combinarlo todo, a un ritmo de desarrollo apenas imaginable), con unos centenares de cerebros no solo de obstetras sino de genetistas, bioquímicos y muchas más personas, trabajando juntos, tendremos el caldo de cultivo en el que se ha ido desarrollando no ya el diagnóstico prenatal (DPN), sino algo mucho más complejo cual es la Medicina Fetal, que tiene al feto como paciente incluso (ver más acerca del tema en https://www.neyro.com/2017/
De todo ello nos hemos ocupado en algunos aspectos parciales en este mismo blog (ver en https://www.neyro.com/2013/
Por un lado estaría el gran capítulo de las malformaciones somáticas y su diagnóstico morfológico. De ello se ocupa la ecografía realizada con diversos abordajes, tanto vaginal al principio de la gestación, como abdominal más tarde y nos permite descubrir más allá del 70% de las malformaciones fetales que puede portar en feto en desarrollo (leer más es posible en https://www.neyro.com/2013/
Por otro lado tenemos el diagnóstico cromosómico, mediante el estudio de la herencia de cada célula, del DNA (ácido des-oxi-ribonucleico heredado de los progenitores) de los fibroblastos fetales obtenidos mediante el licuado del líquido amniótico que tomamos del interior de la bolsa a través de la llamada amniocentesis (ver más en https://www.neyro.com/2014/
Finalmente, el diagnóstico de la enfermedades genéticas que presenta un planteamiento completamente diferente de los anteriores porque precisa de una sospecha siquiera epidemiológica, acaso de una historia conocida de enfermedad familiar para ser abordado en un caso concreto y a una gestante individual. Sobre la genética ya nos ocupamos hace un tiempo y algunos conceptos básicos están en https://www.neyro.com/2011/
Pues bien, junten todos estos conceptos en una amena conversación entre una periodista y un ginecólogo y divulgador científico si esperan seguir adelante. Así, el pasado 04.02.2020, en el programa de Tele 7 Objetivo Bizkaia, la profesional (y preciosa) periodista Susana Porras y el Dr. Neyro hablaron sobre las diferentes modalidades del diagnóstico prenatal y el lector interesado puede seguirlo ea partir del minuto 33.10 en el enlace https://tele7.tv/videos/