Los profesionales sanitarios que atendemos enfermedades crónicas (desde la hipertensión al reumatismo en todas sus variantes, desde la endometriosis a la osteoporosis..) hemos temido y con razón…, que esta maldita pandemia afectara al curso de todas esas enfermedades por diferentes factores condicionantes, entre los que podríamos destacar por ejemplo:
- el temor de muchos pacientes a entrar en un centro clínico (hospitalario o ambulatorio…) por temor a la propia posibilidad de infectarse.
- el acceso reducido así a los propios profesionales sanitarios con los cambios asistenciales que se han desarrollado durante la pandemia (y de los que hablábamos ya en https://www.neyro.com/2020/03/
25/ha-llegado-el-tiempo-de- crear-una-nueva-especialidad- medica-sobre-el-medico- virtual/) - la dificultad inherente a esa pérdida de contacto de renovación de muchos tratamientos farmacológicos.
- la consecutiva interrupción o abandono de muchos tratamientos que en el caso de la osteoporosis es dramática (como contamos en https://www.neyro.com/2015/10/
16/el-olvido-es-la-principal- causa-de-abandono-de-los- tratamientos-farmacologicos- entre-los-mayores/)
Pues bien, ahora, nuevos datos observacionales de un estudio transversal hecho en nuestro propio país, son los primeros en respaldar las recomendaciones de continuar con los fármacos para la osteoporosis durante la pandemia de CoVID-19, como ya mostramos en una conferencia internacional, hace ya meses (ver en https://www.neyro.com/2020/04/
El asunto es ciertamente muy esperanzador; veamos los datos del estudio que fue publicado recientemente en https://www.aging-us.com/
Los pacientes que tomaban como fármaco contra su osteoporosis denosumab, zoledronato y calcio mostraron tendencia hacia una menor incidencia de desarrollar presunto CoVID-19 sintomático (recuérdese que las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa o PCR no estaban ampliamente disponibles en ese momento), al igual que aquellos que tomaban un antidepresivo que actúa como inhibidor selectivo de la recaptación de de serotonina (ISRS) / norepinefrina llamado duloxetina.
Al tiempo, se comprobó en este estudio que algunos fármacos para controlar el dolor crónico como analgésicos, en particular pregabalina y la mayoría de los demás antidepresivos, se asociaron con mayor incidencia de CoVID19, mientras que los bifosfonatos orales, la vitamina D, los diuréticos tiazídicos, los fármacos antihipertensivos y los fármacos antiinflamatorios no esteroideos no tuvieron ningún efecto sobre la incidencia de CoVID19.
Ciertamente, hasta ahora solo teníamos la plausibilidad biológica y la opinión de los expertos; de hecho, «había guías clínicas sin ninguna base científica. Esta es la primera evidencia científica que muestra que, de hecho, se debe continuar el tratamiento para la osteoporosis si tienen CoVID-19. Este es el primer estudio que brinda respaldo científico a las guías», señaló el coautor, Dr. Rafael Maldonado, del Neuropharmacology, Universitat Pompeu Fabra, en Barcelona, España. Y aunque los datos no ofrecen pruebas de los beneficios de ninguno de los fármacos (todos los intervalos de confianza de 95% fueron mayores a 1,0), muestran tendencias que merecen un estudio más a fondo, destacó el Dr. Maldonado.
En la imagen del original publicado en octubre de 2020, se muestra el riesgo relativo (RR) con intervalo de confianza del 95% (IC95%) del diagnóstico de CoVID19 según la exposición a diferentes tratamientos, ajustado por sexo, edad, enfermedad CV (cardiovascular), diabetes, enfermedad pulmonar, enfermedad renal crónica y cáncer activo o tratamientos. El efecto de denosumab, zoledronato, calcio, bisfosfonatos orales y vitamina D se obtuvieron del modelo 1. Las estimaciones de duloxetina, ISRS, gabapentina, pregabalina, inhibidores de la ECA (enzima conversora de angiotensina) y ARB (bloqueadores del receptor de angiotensina) se obtuvieron del modelo 2, según cuentan los autores de la publicación.
Los autores del manuscrito señalan que los resultados fueron muy interesantes con denosumab, zoledronato, calcio y duloxetina. Se observó una tendencia clara y el mensaje es que debemos promover que se realicen estudios para ver si estos cuatro tratamientos brindan algún beneficio definitivo contra CoVID19, que todo podría llegar a ser, si al final todo se confirma con estudios con muchos más pacientes. De momento lo que se puede afirmar con rotundidad es que no hay razón para suspender ninguno de estos fármacos contra la osteoporosis, ya que no hay evidencia de que empeoren el riesgo de infección.
Diferente cuestión será explicar cómo cada uno de ellos mejora los resultados y la evolución de CoVID19; ya lo comentamos en su día y hay datos muy aleccionadores de cómo lo hacía la vitamina D (ver en https://www.neyro.com/2020/09/
Se ha postulado que podría haber varios mecanismos para el beneficio en la sobrevida global, pero además, «zoledronato podría hacer que las células dendríticas y sus precursores sean menos susceptibles a la infección por SARS-CoV2, lo que podría explicar los efectos benéficos… en la incidencia de CoVID19. Según la hipótesis de los autores, la razón de la falta de beneficio con los bifosfonatos orales podría estar relacionada con la mayor potencia de zoledronato intravenoso y además su mayor biodisponibilidad también podría influir.
En cuanto al calcio (que ya ha demostrado beneficios cardiovasculares…), los autores sugieren que el efecto benéfico contra CoVID19 podría relacionarse con su acción en la generación de dos tipos de células inmunes, las células auxiliares foliculares T y las células reguladoras foliculares T, que promueven respuesta inmunitaria adecuada contra agentes infecciosos, incluidos los virus.
Siguiendo ahora con el comentario de los hallazgos del estudio, después de ajustar por sexo, edad, diagnóstico de diabetes, enfermedad pulmonar, enfermedad cardiovascular, enfermedad renal crónica y cáncer activo o tratamiento, los riesgos relativos de CoVID19 fueron 0,58 para denosumab, 0,62 para zoledronato intravenoso y 0,64 para calcio, todas tendencias no significativas, seguramente por escaso número de pacientes incluídos en el estudio, pero reducciones del 42%, 38% y 36% respectivamente. No se encontraron asociaciones entre CoVID19 y bifosfonatos orales, vitamina D o diuréticos tiazídicos.
Se observaron riesgos relativos aumentados pero también no significativos, de CoVID19 con analgésicos, en particular pregabalina (1,55), gabapentina (1,39) y opioides (1,25). Entre los antidepresivos hubo riesgo relativo de 1,54 para los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, 1,38 para amitriptilina y 1,22 para todos los antidepresivos de doble acción (incremento del RR del 58%, 38% y 22% respectivamente). Por el contrario, hubo asociación negativa con el antidepresivo de doble acción duloxetina, con riesgo relativo ajustado de 0,68 (reducción del RR nada menos que del 32%).