Es de justicia reconocerlo desde el principio: uno de los temas menos abordados en este blog dedicado enteramente a la salud de la mujer es el de los pólipos endometriales: se entiende por tal el crecimiento excesivo del endometrio, a modo de prolongaciones con forma de dedo que se adhieren a la pared interna del útero, precisamente esa que llamamos endometrio (que es donde anidan los embarazos y lo que descama mensualmente durante la menstruación). Es de una importancia extraordinaria el tema que aquí trataremos porque aún en épocas diferentes de la mujer, se relaciona con su capacidad fértil (ver en https://www.neyro.com/2020/02/ 17/podria-depender-de-la- microbiota-del-utero-la- receptividad-a-los-embriones- que-tratan-de-implantarse/)
De lo que vamos a hablar es del riesgo de cáncer que presentan esos pequeños crecimientos del endometrio que llamamos pólipos. En su día tratamos marginalmente el asunto en https://www.neyro.com/2018/04/ 26/tratamiento-del-cancer- endometrial-con-un- dispositivo-intrauterino/, con la evidencia de que a veces es muy fácil diagnosticarlos incluso por ecografía transvaginal (en la imagen). Y es que ahora se ha publicado un interesante estudio que aborda directamente el tema con una importante revisión.
El estudio se ha titulado «Atypical endometrial polyps and the incidence of endometrial cancer: a retrospective cohort study» y el objetivo de este estudio retrospectivo ha sido evaluar la incidencia de carcinoma endometrial, confirmado después de la histerectomía (de la extirpación quirúrgica del útero), en pacientes diagnosticadas con hiperplasia endometrial atípica restringida a un pólipo. También se investigaron los factores asociados con las alteraciones (pre)malignas en un pólipo; este es un asunto por el que todas las pacientes a las que diagnosticamos de pólipo preguntan sin cesar, lógicamente. Se seleccionaron mujeres sometidas a resección histeroscópica de pólipos entre 2008 y 2016 en dos centros holandeses.
El estudio lo firman ISM Jacobs RMG Tibosch y otros colaboradores del Gynaecology Department, Máxima Medical Centre, Veldhoven, the Netherlands, así como del Youth Health Care, GGD Hart voor Brabant, Hertogenbosch, the Netherlands. Fue publicado en BJOG de julio de este maldito año 2020 y se puede leer el original en https://obgyn.onlinelibrary. wiley.com/doi/abs/10.1111/ 1471-0528.16194; a continuación, la portada de la revista en la que se publicó el manuscrito.
Se incluyeron un total de 1.445 resecciones completas de pólipos. De ellos, 1.390 pólipos mostraron resultados de histopatología benigna (un total del 96.19% de benignidad…), 39 pólipos contenían hiperplasia atípica (y ello representa un 2.69%) y 16 pólipos contenían carcinoma endometrial (un total de 1.10% del total de los pólipos extirpados). En la imagen de abajo, algunos pólipos totalmente inofensivos vistos por Histeroscopia con medios líquidos de distensión de la cavidad uterina.
Se realizó histerectomía en 35 mujeres que fueron diagnosticadas con hiperplasia atípica confinada a un pólipo después de la resección histeroscópica de los pólipos. La evaluación histopatológica no mostró cambios adicionales (pre)malignos del endometrio en 12 mujeres (30,8%), hiperplasia atípica en 11 mujeres (28,2%) y carcinoma endometrial en 12 mujeres (30,8%). Ninguno de los factores pronósticos estudiados se asoció significativamente con cambios (pre)malignos en un pólipo (por una vez, la epidemiología no fue de gran ayuda…).
En definitiva, la incidencia de carcinoma endometrial en los pólipos es muy baja ciertamente (apenas el 1.10% del total), pero en el endometrio circundante después de la resección completa de un pólipo con hiperplasia atípica fue del 30,8%. Esto respalda la directriz de realizar una histerectomía y una salpingooforectomía bilateral, cuando los hallazgos no sean de absoluta validez en cuanto a benignidad. No se estableció ningún factor pronóstico para los cambios (pre)malignos en un pólipo.