nekane lauzirika – Martes, 5 de Octubre de 2010 – DEIA
La primera niña probeta, la británica Louse Brown, nació el 25 de julio de 1978. Después de ella se estima que cinco millones de niños y niñas han venido al mundo gracias a las técnicas de reproducción asistida. José Ángel -llamado así en homenaje al doctor Portuondo, impulsor del primer servicio de fertilización in vitro de la Seguridad Social en el Estado- nacido en el hospital de Cruces, fue el primer bebé probeta vasco. Actualmente vive en Barakaldo con su familia y acaba de cumplir 25 años.
Desde entonces, cada vez son más los padres y madres que recurren a técnicas de reproducción asistida para hacer realidad su sueño. Sólo en el Estado español se practican cada año más de 30.000 ciclos de Fecundación in Vitro (FIV). «Sobre los nacimientos no hay datos fiables porque no todos los centros privados remiten sus datos a los registros. Sin embargo se estima que en Euskadi a lo largo del pasado año vinieron al mundo por estas técnicas alrededor de 500 bebés», apunta el ginecólogo José Luis Neyro, miembro del equipo liderado por Portuondo en el hospital de Cruces.
En el mundo occidental se estima que cerca del 15% de las parejas son estériles. En los últimos años además viene observándose una demanda social creciente de atención a los problemas de esterilidad, llegándose incluso de hablar de «epidemia de esterilidad». «Se calcula que el 3% de los nacimientos se deben a técnicas de reproducción asistida, lo que nos coloca en el tercer país de Europa con más tratamientos. En el Estado español uno de cada cien niños que nacen al año es gracias a IVI», señala con satisfacción Marcos Ferrando, director médico del Instituto Valenciano de Infertilidad en Bilbao.
De los hospitales de Osakidetza, Cruces es el único que realiza la fertilización in vitro (FIV), aunque la inseminación artificial se lleva a cabo también en Galdakao y en el Complejo Donostia. «A pesar de haber sido el primer centro de la Seguridad Social del Estado en conseguir un embarazo FIV, en 1984, actualmente la lista de espera para un tratamiento de fertilización supera los dos años. Esto hace que las mujeres vascas, hartas de esperar, acudan a la sanidad privada», reconoce un especialista de un centro privado de la capital vizcaina.
«El proceso se suele alargar debido a los tiempos de espera que hay entre una cita y otra. Desde que llegan a la conclusión del tratamiento que precisas y hasta que comienzan a dártelo puede pasar 15 meses», se queja amargamente una paciente.
lA ESPERA EN OSAKIDETZA El motivo de estas largas esperas se debe por el hecho de que en la sanidad pública vasca no se trabaja los fines de semana, y además no se realizan tratamientos en agosto y el personal es limitado.
«La demora en Cruces es del todo exagerada; las mujeres que se plantean recurrir a las técnicas de reproducción asistida rondan ya los 35 años y no se encuentran en disposición de esperar 18 meses o más para iniciar un tratamiento que puede o no dar resultado. No están por la labor de perder tiempo», señala el ginecólogo Neyro.
La demanda creciente de estos tratamientos viene motivada fundamentalmente por el retraso de la edad en que las parejas buscan descendencia, pues la fertilidad de la mujer disminuye notablemente conforme se incrementa su edad y, por otro lado, debido a la existencia de tratamientos cada día más eficaces que hacen que cada vez una proporción mayor de las parejas estériles solicite tratamientos.
«En los años 80 cuando empezó la fecundación in vitro, la tasa de embarazos no llegaba al 6%; actualmente, en un solo ciclo, en el IVI alcanzamos el éxito en un 51% de los casos. Y todo esto es debido a los cambios en tecnología y en la forma de desarrollarla, que es extraordinaria», subraya Ferrando, director médico de IVI Bilbao, en cuyo centro sólo en 2008 llevaron a cabo unas 1.646 fertilizaciones in vitro«¡ y 2.400 inseminaciones.
El perfeccionamiento de las técnicas de reproducción asistida lleva a cientos de parejas a intentar tener descendencia. «Para muchas personas la paternidad-maternidad es algo fundamental en el proceso de la vida y el no lograrlo causa traumas, aislamiento social y problemas psicológicos», admite Neyro.
«En los últimos años la edad de acceder a la maternidad ha pasado de los 27 a los 33 años. Las circunstancias sociales a la hora de tener el primer bebé han cambiado sustancialmente, pero lo que no ha variado son las circunstancias ováricas de las mujeres. Éstas tienen que tener presente que a partir de los 35 años sus ovarios entran en la tercera edad y si esperan mucho tiempo les será más complicado ser madre sin ayuda», recuerda el especialista de Cruces.
criterios económicos En el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza no realizan la reproducción asistida a las mujeres mayores de 40 años. «El problema con el que se encuentran las pacientes cuando van a la sanidad pública vasca es que sólo hacen los tratamientos en base a la efecividad que tienen. A los 40 años la tasa de embarazos va a disminuir. Si una chica joven tiene un 50 % de posibilidades, a partir de los 40 disminuye un 13%; a los 42 años baja en un 20%. Llega un momento en que la eficiencia de esos tratamientos no compensa a nivel económico a la sanidad pública. El límite de los 40 años que pone Osakidetza obedece a un tema exclusivamente econocimista y de resultados. A nivel privado puede parecer poco un 20% de éxito en las terapias, pero un 20% es la oportunidad que le ofreces a una mujer de ser madre y creo que no es nada, nada despreciable», sostiene Marcos Ferrando.
Mi muy estimada Adriana:
Nace me hace más feliz que testimonios como el suyo….y el de muchas otras mujeres; hágame el favor de hacérselo saber a los colegas de FIV-Valencia…. Les hará la misma ilusión que a mí, aún sin conocerle yo…., y se sentirán recompensados por el trabajo y la disciplina necesarios para haberlo conseguido.
Precisamente esta misma mañana he estado en esa maravillosa tierra valenciana dando una ponencia oficial en el Congreso anual de Ginecología de esa comunidad que me ha hecho el honor de invitarme un año más.
Le aseguro que testimonios como el suyo ayudan a otras mujeres a desdramatizar su situación de esterilidad y a acercarse a nuestros centros a buscar ayuda…
Mi enhorabuena más cordial.
Me hace grande recibir sus visitas.
Hay muchas personas con problemas de fertilidad que recurren a la ciencia para poder ser padres. Yo acudi a la clinica privada Fiv-valencia, y su profesionalidad y trato cercano hicieron que me sintiera más cómoda con el proceso. Ahora tengo un hijo de cinco años, que es todo mi mundo.
Y todo gracias a que la ciencia avanza a pasos gigantescos.