Esta puede ser una de las cuestiones que a muchos de nosotros, médicos que seguimos ejerciendo incluso a distancia, se nos puede plantear cualquiera de estos días de confinamiento. Ya somos más del 40% del total de la población mundial la que está en sus casas (si en total, la población mundial actual a tiempo real según los datos de Census.gov (2020) es de 7625 millones de personas, eso hace que 3.050 millones de personas estemos en casa…) y hay reinventarse (lea usted, amigo en nuestro propio blog al respecto, en https://www.neyro.com/2020/
Debe evitarse el transporte público como método de traslado al hospital; los métodos prioritarios son ambulancia o vehículo privado; las ventanas del vehículo deben estar abiertas para proporcionar ventilación. Mientras la persona «problemática» (el posible enfermo) está entre el público (por ejemplo, andando por el camino, esperando en el hospital), debe utilizar una mascarilla y tratar de permanecer al menos a 1 o 2 metros de distancia de otras personas; es la llamada «distancia de seguridad».
Los familiares que acompañan a las personas que van al hospital para diagnóstico y, si precisa, para tratamiento deben cumplir de inmediato las recomendaciones de vigilancia para los contactos cercanos; asimismo, deben poner en práctica la higiene respiratoria apropiada y lavarse las manos de forma adecuada y sobre este último tema no vamos a insistir más aunque lo dejamos en plan gráfico.
Se debe notificar al hospital local o al centro de salud más cercano al domicilio antes de la llegada del contacto sospechado al hospital. El vehículo utilizado para trasladar al contacto cercano sospechado debe desinfectarse con una solución que contenga cloro (500 mg/l, la vieja lejía diluida en agua en 1 parte por cada 100 de agua del grifo)), y las ventanas del vehículo deben estar abiertas para su ventilación.