Al final de este convulso siglo XXI del que ya hemos consumido casi su quinta parte el 3% de la población mundial será fruto de la reproducción asistida; escasamente han pasado los primeros cuaremnta años desde su inicio en el final del siglo previo (ver en https://www.neyro.com/2018/ 08/27/la-fecundacion-in-vitro- en-lo-que-va-de-ayer-a-hoy- tras-40-anos-de-historia/) y la mejora de los resultados es diaria y nuestro país es hoy por hoy uno de los líderes mundiales, con cifras de resultados espectaculares, como podemos atestiguar en http://www.neyro.com/2014/ 07/24/eficacia-del-60-en-la- fecundacion-in-vitro-en- espana/.
El secreto seguramente está en una correcta selección de los pacientes y en un tratamiento exquisito de los gametos intervinientes pues las técnicas de los laboratiorios nos proporcionan cada día nuevas mejoras y tenemos acceso a técnicas que favorecen mejores resultados con mucho menos daño y menos complicaciones para la mujer que soporta dichos tratamientos (lo contamos con detalle en https://www.neyro.com/2015/ 09/02/determinacion-de-la- salud-embrionaria-en-las- primeras-30-horas-desde-la- concepcion/ )
Ampliando el radio de su acción, hace ya bastantes años, casi décadas en este momento, las TRA nos ayudaron a mantener la fertilidad de las mujres jóvenes, a veces niñas incluso, que estando afectas de una neoplasia maligna debían recibir un tratamiento que las abocaría (de no intervenir…) a una menopausia temprana y, sobre todo, irreversible. No solo está desarrollada esa tecnología sino que es de aplicación en muchos centros que asisten pacientes con cáncer en prácticamente todo el mundo. Desarrollamos el tema en https://www.neyro.com/2015/ 09/04/conocer-las-opciones-de- preservacion-de-la-fertilidad- por-parte-de-los-jovenes- diagnosticados-de-cancer/
Al albur de las mismas técnicas surge e pronto la cuestión: ¿podríamos conservar de alguna manera la capacidad de seguir produciendo hormonas para retrasar la menopausia? Si es cierto que esta última regla como manifestación del final de la vida de los ovarios supone una merma de la calidad de vida de muchas mujeres (y lo es en alrededor del 80% de todas ellas, tal y como mencionamos en una publicación científica que puede leerse en este mismo blog en el enlace https://www.neyro.com/ 2013/10/18/repercusion-de-la- menopausia-en-la-calidad-de- vida/), entonces, a algunos investigadores se les ocurrió la idea de combinar ambas circunstancias.
Al estilo de como conservamos la fertilidad de las pacientes que van a sufrir tratamientos para su cáncer, ¿podríamos conservar esa función hormonal ovárica cuya pérdida comporta esa merma en la calidad de vida?, ¿podríamos así retrasar cinco o diez, o porqué no veinte años, la menopausia?, ¿tiene interés real el asunto?, ¿necesitaría cirugía de alguna manera?, y de necesitarla, ¿estaría exenta totalmente de complicaciones? Y lo que es más importante, ¿estaría preservada la técnica en cuestión de complicación alguna? Porque no debemos olvidar que estaríamos actuando sobre mujeres sanas completamente, no sobre pacientes enfermas (en cuyo caso se asumen determinados riesgos en función del beneficio esperado…)
Efectivamente son muchos los interrogantes no solo técnicos sino también bioéticos, sociales incluso… Y así se lo planteó la BBC British Broadcasting Corporation, cuando a través de sección Mundo/Noticias me entrevistó en el pasado mes de septiembre de 2019, con la sana intención de la periodista Stefania Gozzer de afrontar las dos posturas que representaban de un lado los datos del iniciador de estas técnicas de retardo de la menopausia y por el otro mis reflexiones sobre estas cuestiones. Podréis leerlo con atención en el enlace que os proporciono en https://www.bbc.com/mundo/ noticias-49635376
¿Cuál es su opinión, amable comunicante de www.neyro.com?, ¿qué piensa sobre este asunto?, ¿si es técnicamente posible, es siempre éticamente tolerable y por tanto abordable de inmediato?, ¿debemos asumir las posibles complicaciones de estas nuevas técnicas como parte del progreso médico?, ¿deben generalizar los procedimientos para ponerlos al alcance de cualquier mujer en la asistencia sanitaria pública? El debate y la polémica están servidos… Su turno comienza ya.