Quizás nunca se haya planteado cómo se hace para que un nuevo medicamento llegue de pronto a las farmacias, para que esté disponible en el arsenal terapéutico de mi médico de familia o de mi neurólogo o de mi gastro-enterólogo, o de mi ginecólogo y lo emplee durante el embarazo, o para tratarme el cáncer…. En fin…, ¿alguien se ha planteado que hay detrás de cada cajita de medicamentos que el farmacéutico nos dispensa en la oficina de farmacia? ¿Cómo ha sido posible que llegue a estar tan cerca de su consumo reglado y medicalizado?
Los nuevos fármacos pueden lograrse mediante la investigación de compuestos químicos o moléculas que tengan considerable especificidad con ciertas moléculas del organismo, células, tejidos y órganos, para tratar de influir en su funcionamiento….. Dilucidando los procesos bioquímicos que ocurren en los órganos bajo la influencia de dichos fármacos, que conducen al esclarecimiento de las acciones farmacológicas; esto se traduce en el incremento de la efectividad del fármaco y en disminuir sus efectos colaterales y secundarios, que han de ser investigados al mismo tiempo que aquellas acciones «en positivo».
El desarrollo de un nuevo fármaco conlleva en general años de dedicación: desde el descubrimiento de una nueva molécula (química farmacéutica), o el aislamiento de alguna sustancia endógena (biotecnología) hasta su lanzamiento al mercado y comercialización. La investigación clínica es la etapa de este proceso donde se prueba la sustancia en estudio en sujetos humanos experimentales. Los protocolos que llevan a cabo estos procedimientos son conocidos como un ensayo clínico.
Y toda esa investigación que ahora nos parece no ya necesaria sino imprescindible para la puesta en marcha en el mercado de cualquier nueva molécula, está perfectamente regulada desde el llamado Código de Nuremberg, que fue promulgado en 1947 como consecuencia del juicio realizado a los médicos nazis que habían dirigido (múltiples) experimentos en prisioneros y detenidos sin su consentimiento, durante la Segunda Guerra Mundial. No es este el momento de recordar los «experimentos» que sobre humanos, niños o embarazadas, ancianos y gentes de diversos tipos realizaron los médicos de las SS; lo dejamos pendiente para otro momento….
El Código finalmente fue 2ica en general.. Se establecieron condiciones para la conducta ética de la investigación en seres humanos, destacando el realce realizado al consentimiento voluntario para la investigación. Este documento debía ser absolutamente esencial para realizar la investigación en el sujeto, lo que establecía que el sujeto fuera competente y tuviera la capacidad legal para dar consentimiento.
Pero, antes de seguir adelante, se nos ocurren algunas preguntas básicas: ¿es lo mismo un fármaco que un medicamento?, ¿quién o quiénes regulan esa forma de hacer investigación farmacológica?, ¿existe una única regulación en todo el mundo y asumida por todos los países de la Tierra? Y si avanzamos un poco más, se investiga igual para el cáncer o para el embarazo, es lo mismo investigar para la tuberculosis o para la osteoporosis? ¿Cómo debe desarrollarse la investigación farmacológica desde el laboratorio hasta el voluntario humano o hasta el enfermo terminal…, pongo por caso? Y ya puestos a preguntar, ¿cómo se sufragan todos esos gastos ocasionados por esas investigaciones? ¿son los ministerios de sanidad de los diferentes países los que invierten su (nuestro) dinero en esas investigaciones?
En el enlace del programa de Tele7 titulado Objetivo Bizkaia y al que algunos martes acude el Dr. Neyro. Ahí se desgranan los orígenes de estas actividades, se cuentan las fases de un ensayo clínico, los avatares que ha de pasar cada molécula para llegar al buen puerto esperado, que no es otro que poder figurar en las baldas de una oficina convencional de farmacia al servicio de médicos y de pacientes…..;