Se compara el esfuerzo de la mujer en el parto con el de correr una maratón.

El ejercicio es bueno a cualquier edad y en cualquier condición; ni es nuevo ni original y ya lo habíamos comentado (ver enhttp://www.neyro.com/2012/06/25/evidencias-cientificas-demuestran-que-el-ejercicio-fisico-es-saludable-en-cualquier-edad/) Además sabíamos de los innumerables beneficios de practicar ejercicio durante el embarazo previniendo la diabetes (http://www.neyro.com/2015/11/02/el-ejercicio-aerobico-durante-el-embarazo-puede-ayudar-a-prevenir-la-diabetes-gestacional/), o mejorando la salud del recién nacido, incluso ( http://www.neyro.com/2013/11/05/el-ejercicio-fisico-regular-durante-el-embarazo-mejora-la-salud-del-recien-nacido/)
Ahora sabemos que mezclar ejercicio cardiovascular con ejercicios de fuerza y flexibilidad reduce los riesgos del parto; aporta siempre flexibilidad, elasticidad y capacidad de aguantar el esfuerzo, sin olvidar el terrible esfuerzo que condiciona el parto para la gestante.
  

Las mujeres embarazadas deben estar en buena forma física para afrontar el esfuerzo muscular que se realiza en el momento del parto ya que, como ha reconocido la matrona Natalia Costas, es similar al que conlleva correr una maratón. «Por eso nos encontramos en muchas ocasiones con mujeres al límite de su resistencia física durante el parto», ha destacado en el marco de unas charlas dentro del programa de orientación para un mejor seguimiento del embarazo de su centro.

Se ha recordado que cuando una mujer está embarazada es fundamental realizar una progresión adecuada del ejercicio, adaptándolo al momento de gestación o recuperación durante el postparto. Intraparto, desde hace muchos años, para situaciones de partos alargados en los que recuperar el esfuerzo es fundamental para poder seguir los ginecólogos disponemos (señala nuestro experto José Luis Neyro) de las llamadas «soluciones repolarizantes» compendio de solutos de alta energía, diversas vitaminas y sueros con alto contenido en glucosa que permiten afrontar las últimas horas de ese parto alargado.

El ejercicio y la forma física son básicos sobre todo porque tener una buena forma física favorece la salida del bebé y acorta el tiempo de parto, tanto en dilatación como en expulsivo, el bebé nace en mejor estado de salud y equilibrio psíquico y se da una menor percepción de esfuerzo durante el parto, tanto para la madre como para el bebé.

Por si fuera poco, ya lo señalamos arriba, el ejercicio físico también disminuye estadísticamente los partos prematuros y postérmino, (de acuerdo con una dieta adecuada como mostramos en http://www.neyro.com/2014/03/14/una-dieta-equilibrada-en-el-embarazo-podria-reducir-el-riesgo-de-parto-prematuro/) y la madre gana menos peso graso y se recupera mejor tras el embarazo y el parto.

Del mismo modo, existen otra serie de beneficios asociados tales como que se produce una menor diástasis abdominal, reduce el malestar relacionado con el embarazo (como los dolores de espalda), incrementa la autoestima y reduce la depresión postparto, el estrés y la ansiedad, incrementa los niveles de energía, reduce como decíamos al comienzo, la diabetes gestacional y la hipertensión arterial y aumenta la capacidad cardiovascular y aeróbica de la madre, así como la tolerancia muscular al esfuerzo.

Respecto al tipo de ejercicio a realizar, es importante mezclar ejercicio cardiovascular con ejercicios de fuerza y flexibilidad, ya que se ha demostrado que reducen sensiblemente los riesgos del parto. Además, los expertos recomiendan planificar esta preparación, empezando con un ejercicio cardiovascular de 20 minutos e ir aumentando gradualmente hasta 45 o 60 minutos por día, comenzando por dos días a la semana y terminando en cinco.

En resumen, como siempre, «Entre hacer y no hacer ejercicio, siempre hacer; una mujer embarazada no entrenada debe entrenar y una mujer embarazada entrenada no debe dejar de hacerlo», ha sentenciado Cortés. Cualquier ejercicio es bueno y mejor que ninguno; si además podemos programarlo y adaptarlo a cada caso y a cada mujer, miel sobre hojuelas, apostilla el ginecólogo JL Neyro.