La Organización Mundial de la Salud – OMS, ha declarado el virus Zika como «una emergencia de salud pública de importancia internacional». La rápida propagación del virus está causando gran preocupación a nivel internacional – y en particular en América Latina y América del Sur – donde se han registrado miles de infecciones, incluyendo numerosos casos de mujeres embarazadas.
Expertos OMS han señalado la posibilidad de que en unas semanas se pueda ya conocer la relación real que existe entre el virus del Zika y el desarrollo de la microcefalia en los bebés. Entre tanto, en todo el mundo, también en España, se están reconociendo casos de infección por virus Zika, probablemente importados de los países donde la presencia del mosquito transmisor del Virus es muy habitual; hablamos, nos recuerda JL Neyro, del Aedes Aegypti, agente trasmisor igualmente de los virus que producen el Dengue, la infección por Chikungunya y la propia fiebre amarilla.
El virus de Zika es un virus emergente transmitido por mosquitos que se identificó por vez primera en Uganda, en 1947 en macacos de la India a través de una red de monitoreo de la fiebre amarilla selvática. Posteriormente, en 1952, se identificó en el ser humano en Uganda y la República Unida de Tanzanía. Se han registrado brotes de enfermedad (hasta ahora) por este virus en África, las Américas, Asia y el Pacífico.
Además, la organización ha asegurado que se necesitan unas semanas «más» para poder establecer la asociación entre el virus y el síndrome Guillain-Barre aunque, según han señalado los expertos, es «muy probable» que exista como complicación, afortunadamente infrecuente de momento, destaca José Luis Neyro. Se puede obtener más información sobre el tema en la nota que publicó la propia OMS en febrero 2016 y que está disponible en
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/zika/es/.
Actualmente, la OMS está revisando las investigaciones que se están realizando sobre el virus Zika con el objetivo de priorizar los productos médicos, especialmente las herramientas de diagnóstico, y acelerar las estrategias.
Por el momento, la mayor parte de los estudios que podrían ser útiles para el virus de Zika se han llevado a cabo en relación con otros flavivirus, como los del dengue o la fiebre amarilla. En este sentido, la organización ha recordado que las pruebas diagnósticas son las que más urgen, dado que permiten distinguir el virus del Zika de otros flavivirus transmitidos por los (mismos) mosquitos causantes de patologías similares.
De hecho, hay diez empresas de biotecnología que están ya finalizando la realización de nuevas pruebas y otras diez que están en diferentes fases de desarrollo. Estas herramientas podrían estar comercializadas en unas semanas, según han asegurado los expertos de la OMS.
El 5 de febrero de 2016, la OMS realizó un llamamiento a las empresas y otras entidades interesadas para que presentasen posibles soluciones en el marco del procedimiento ‘Evaluaciones y listas de emergencia’, el cual garantiza que los productos aceptados tienen niveles razonables de calidad y eficacia y, a su vez, permite que los organismos de las Naciones Unidas, las organizaciones no gubernamentales y los países los adquieran con confianza.
Hay al menos 12 grupos trabajando en vacunas contra el virus de Zika, aunque son dos las que «parece que están más avanzadas»: una vacuna de ADN que están realizando expertos de los National Institutes of Health de Estados Unidos y otra que está realizando la compañía farmacéutica Bharat Biotech. Ahora bien, hasta dentro de unos 18 meses no se iniciarán los ensayos clínicos en personas.
Además, la OMS ha recordado que también se están realizando algunos estudios sobre medidas profilácticas que podrían funcionar «del mismo modo» que en la profilaxis del paludismo.
«La fumigación seguida de la liberación controlada de mosquitos modificados genéticamente es una posibilidad a considerar para detener la propagación del virus de Zika», ha argumentado la OMS, para informar de que está estableciendo redes de apoyo a los organismos de reglamentación para acelerar la aprobación de ensayos clínicos en los países.
Finalmente, prosigue, está favoreciendo la promoción de obtención de muestras y el intercambio de datos entre los grupos que están analizando el virus para garantizar que la investigación y el desarrollo cuenta con los «mejores» datos científicos.
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