Cualquier medida tendente a minimizar esas cifras, esa realidad, se da por bienvenida
en una sociedad volcada en el despistaje de una enfermedad contra la que tenemos una fuerte concienciación en general ; porque en realidad sabemos aún poco de cáncer de mama y no estamos seguros, por ejemplo, de cuántos de todos ellos tiene un origen hereditario (como contamos en
https://www.neyro.com/2020/08/26/cuantos-casos-de-cancer-de-mama-son-de-verdad-hereditarios/), cuántos están de veras ligados a la genética individual y cuántos de todos son en realidad fruto de mil circunstancias no siempre sencillas de modificar.
En este sentido de
analizar las variantes de cáncer relacionadas con el genoma, se ha publicado recientemente un estudio muy informativo titulado
«Risk of Late-Onset Breast Cancer in Genetically Predisposed Women», en J Clin Oncol. 2021 Nov 1; 39(31): 3430-3440, por Nicholas J. Boddicker y sus colaboradores de la Mayo Clinic, Rochester, MN en USA, como primer firmante de un amplio grupo multidisciplinar de hasta 18 centros diferentes. El original está a disposición del lector en
https://ascopubs.org/doi/full/10.1200/JCO.21.00531; en la imagen inferior, la portada del número de la revista en cuestión.
Pues bien, la prevalencia de variantes patogénicas (VP) de la línea germinal en genes establecidos de predisposición al cáncer de mama en mujeres de la población general y mayores de 65 años no está bien definida, y esta es precisamente la cuestión que pretendíamos responder a la pregunta de inicio de nuestro post. Sin embargo, las guías sugieren que las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama mayores de 65 años podrían tener menos del 2,5% de probabilidad de VP en un gen de alta penetrancia.
El estudio que ahora comentamos, tuvo como objetivo establecer la frecuencia de VP y el riesgo de cáncer de mama para cada gen en mujeres mayores de 65 años. Un total de 26.707 mujeres mayores de 65 años de estudios de base poblacional (51,5% con cáncer de mama y 48,5% no afectadas) se sometieron a pruebas de VP en el gen de predisposición de la línea germinal. Se evaluaron las frecuencias de VP y las asociaciones entre VP en cada gen y el cáncer de mama, y se estimó el riesgo restante de cáncer de mama de por vida para las mujeres blancas no hispanas (raza caucásica por lo tanto…) con VP.
La imagen de arriba (tomada del original de la publicación) representa el riesgo restante de por vida de desarrollar cáncer de mama desde los 66 años hasta los 85 años, restringido a blancas no hispanas, para los genes comúnmente mutados (A) ATM, (B) BRCA1, (C) BRCA2, (D) CHEK2 y (E ) PALB2. Las áreas sombreadas representan IC (intervalo de confianza) del 95 %. Las líneas azules representan portadoras de PV y las líneas rojas representan la población general utilizando la incidencia de cáncer de mama específica por edad de SEER-21. PV, variante patógena.
La frecuencia de VP en los genes de predisposición fue del 3,18% para las mujeres con cáncer de mama y del 1,48% para las mujeres no afectadas mayores de 65 años. Las VP en BRCA1 (Breast Cancer 1), BRCA2 (Breast Cancer 2) y PALB2 (el gen PALB2 recibe el nombre de socio y localizador del gen BRCA2) se encontraron en el 3,42% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama receptor de estrógeno (ER) negativo, 1,0% con ER positivo y 3,01% triple negativo. Las frecuencias de VP fueron menores entre las mujeres sin parientes de primer grado con cáncer de mama. Las VP en CHEK2, PALB2, BRCA2 y BRCA1 se asociaron con un mayor riesgo (odds ratio 2,9-4,0) de cáncer de mama. Los riesgos restantes de por vida de cáncer de mama fueron ≥ 15% para aquellos con VP en BRCA1, BRCA2 y PALB2.
Esta última imagen (también del trabajo comentado) muestra las frecuencias de variantes patogénicas en mujeres con diagnóstico de cáncer de mama mayores de 65 años por estado de antecedentes familiares (familiar de primer grado) dentro de estudios basados en la población (CARRIERS) o mujeres que cumplieron con los criterios de pruebas clínicas de NCCN (clínicamente probado). Los análisis se ajustaron por edad en el momento del diagnóstico, raza o etnia y estado del receptor de estrógeno. Las líneas horizontales representan IC del 95 %. NCCN, Red Nacional Integral del Cáncer; *p< 0,05, **p < 0,01, ***p < 0,001, ns, no significativamente diferente.
Por lo tanto, y como conclusión muy general este estudio sugiere que todas las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama triple negativo o cáncer de mama ER negativo deben someterse a pruebas genéticas.
Además, que las mujeres mayores de 65 años con VP BRCA1 y BRCA2 y quizás en PALB2 y CHEK2 deben ser consideradas para pruebas de cribado por resonancia magnética (nada menos…). ¿Lo tomarán para sí nuestras (respetadas) autoridades sanitarias?…Seguiremos informando….