Es uno de los primeros interrogantes que se preguntan los futuros padres cuando se rinden a la evidencia de que necesitarán ayuda médica para concebir a su descendencia…; ¿serán normales los peques que traigamos al mundo con esa técnica de reproducción asistida, doctor? Es común (y también entre los propios profesionales que no dejamos en el empeño de revisarlo y verificarlo periódicamente…) y se nos plantea en consulta médica muchas veces en un lógico deseo de no añadir más carga de ansiedad a la que la propia infertilidad de la pareja suele llevar aparejada. De hecho, lo comentamos en su día en un post que se encuentra a disposición del lector en https://www.neyro.com/2021/03/
Para empezar a conocer si existía esa influencia que anunciaba el título de nuestra noticia, primero, se compararon los resultados de nacimiento de los recién nacidos después de la reproducción asistida o la concepción natural en la muestra general (análisis entre familias), antes y después del ajuste por los antecedentes de los padres y las características neonatales. Después y en segundo lugar, se emplearon modelos familiares de efectos fijos para investigar si los resultados de nacimiento de los recién nacidos concebidos mediante TRA diferían de los de sus hermanos concebidos naturalmente (comparaciones dentro de la familia).
Los autores relatan en su manuscrito que los recién nacidos concebidos mediante TRA pesaron menos, nacieron antes y tenían más probabilidades de ser de bajo peso al nacer, prematuros y SGA (pequeño para su edad gestacional por sus iniciales en inglés Small for gestational age) que los recién nacidos concebidos de forma natural. Los tratamientos más invasivos (tecnología de reproducción asistida [TRA] e inseminación artificial [IA] o inseminación intrauterina) se asociaron con peores resultados del parto; por ejemplo, la proporción de BPN (bajo peso al nacimiento) y parto prematuro fue del 6,1% y el 7,9% entre los recién nacidos concebidos naturalmente y del 25,5% y el 29,8% entre los recién nacidos concebidos mediante TRA, respectivamente.
Se concluye que los tratamientos de reproducción asistida se asocian con resultados adversos en el parto; sin embargo, es poco probable que esos riesgos estén asociados con los tratamientos de infertilidad en sí; probablemente tengan más que ver con las causas que motivaron la necesidad del empleo de las propias TRA, como la edad materna «avanzada», las alteraciones endocrinológicas que las mujeres pudieran tener previamente, sus propias condiciones de salud general (que también pueden grabar la propia fecundidad…). Mientras aclaramos todas esas dudas…, seguiremos informando…