A estas alturas de la película, quien más, quien menos, probablemente estará al corriente de que los tumores más frecuentes de las mujeres en general son los miomas uterinos. Sin tratar de ser dogmático, algunas personas los llaman sencillamente miomas y otras les dicen fibromas, pero en verdad todos son leiomiomas (tumores, benignos en el99.99% de ocasiones, del músculo que conforma la pared del útero y que están compuestos de una parte variable de tejido puramente muscular liso, de ahí lo de miomas o leiomiomas, y otra de tejido fibroso acompañante, de ahí lo de fibromas…). Sea como fuere hasta un total de 7 de cada 10 mujeres los portan en su matriz, lo sepan o no como ya contamos en https://www.neyro.com/2015/05/22/siete-de-cada-diez-mujeres-tendran-algun-mioma-uterino-a-lo-largo-de-su-vida/
Sea como fuere, por abundarlo más, existen tratamientos que no son médicos ni quirúrgicos del todo, porque no comportan abrir el abdomen mediante cirugía clásica o endoscópica sino que la evitan en cierta forma. Hablamos de técnicas «radiológicas» de embolización de las arterias que nutren a los miomas para tratar de que se atrofien; el procedimiento de forma muy sencilla explicada consiste en introducir unas microbolitas de distintas sustancias especiales en las arterias nutricias del mioma (de de los miomas.., en su caso), mediante la canalización de venas periféricas de la paciente en un procedimiento que dura poco tiempo y que permite alta hospitalaria precoz, a veces en el mismo día del procedimiento. La imagen superior está obtenida del manuscrito que comentamos en esta noticia.
La preocupación por la fertilidad posterior, ya lo alertamos entonces, podría ser incluso una contraindicación para el procedimiento; sea como fuere, ahora se ha publicado un estudio que se ocupa del tema en una recogida numerosa de casuística. El estudio tuvo como objetivo evaluar los resultados clínicos, anatómicos y obstétricos de la embolización de la arteria uterina en pacientes en edad fértil no elegibles para miomectomía. Se tituló «Clinical investigation of fertility after uterine artery embolization» y lo firmaron (entre otros) Serres-Cousine O, Kuijper FM, Curis E del Centre Hospitalier de Béziers, Béziers y de la Clinique du Parc, Castelnau-le-Lez, todo en France. El original está a disposición del lector en
https://www.ajog.org/article/S0002-9378(21)00601-3/fulltext en el American Journal of Obstetrics and Gynecology de octubre de 2021 (abajo la portada del mismo).
Básicamente, se trata de un estudio de cohortes retrospectivo, que incluyó 398 pacientes menores de 43 años que fueron tratadas mediante embolización de la arteria uterina entre 2003 y 2017 por fibromas y/o adenomiosis sintomáticas. La embolización de la arteria uterina se realizó de acuerdo con un procedimiento estandarizado (técnica de embolización de la arteria uterina con preservación de la fertilidad), con protección ovárica en caso de anastomosis útero-ovárica peligrosa. Se realizaron resonancias magnéticas y ecografías pélvicas antes y después de la embolización de la arteria uterina.
La tasa de éxito clínico general (es decir, la resolución de los síntomas previos a la embolización, como sangrado menstrual abundante, anemia ferropénica, presión pélvica) fue del 91,2% y no hubo complicaciones importantes. Piénsese que los sangrados uterinos anormales consumen mucha salud de las mujeres y muchos recursos asistenciales de los distintos sistemas sanitarios en consultas, tratamientos, revisiones, etc, etc (ver en https://www.neyro.com/2016/11/21/menorragia-como-causa-frecuente-de-anemia-en-las-mujeres/).
Pues bien, ahora conocemos que un año después de la embolización de la arteria uterina, se observó una reducción media del 73% en el volumen del mioma (la imagen muestra algunos resultados tras 4 meses del procedimiento). Un total de 108 pacientes (49,3%) presentaron anastomosis útero-ovárica peligrosa y 33 (14,5%) se beneficiaron de la protección ovárica. Hubo 148 embarazos y 109 nacidos vivos; 74 niños nacieron a término; 23 nacieron prematuros, siendo el promedio de 35,12±2,78 semanas. El peso medio al nacer y la longitud al nacer de los bebés estuvieron dentro de los límites normales. La restauración de la anatomía uterina y la protección ovárica se identificaron como los principales factores predictivos del éxito obstétrico; recuérdese que en nuestro propio trabajo ya mencionado, nosotros describimos por primera vez la «migración anómala». de las bolitas del material de embolización hasta el ovario contralateral con la enorme repercusión posterior que ello tuvo al ocasionar un fallo ovárico prematuro y permanente a una de nuestras pacientes.
Aquí, la «protección ovárica» se mostró útil como señalan los autores del informe que comentamos. La restauración también fue un factor predictivo importante para el éxito clínico y se asoció con una tasa más baja de aborto espontáneo. Algunos casos como los de «adenomiosis» son los más complejo (se muestra una imagen del original comentado de un caso de esta patología tan peculiar)
Más allá de lo que aquellos tratamientos médicos tanto prometía y tanto nos dieron en sus primeros años de su desarrollo (ver en https://www.neyro.com/2018/11/07/los-moduladores-selectivos-de-los-receptores-de-progesterona-y-su-actual-posicion-en-el-manejo-de-los-miomas/), el arsenal actual se nos ha reducido en parte. Para concluir, y en resumen, este artículo que comentamos, describe los resultados clínicos y obstétricos detallados de 398 mujeres que se sometieron a embolización de la arteria uterina para el tratamiento de fibromas. Se identificaron los factores anatómicos y técnicos que podrían tener un impacto en la fertilidad después de la embolización de la arteria uterina, preocupación máxima de cada vez más mujeres afectas de estas patologías y de los médicos responsables de sus tratamientos… Seguiremos informando…
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