No hace mucho todavía, apenas en el pasado septiembre, rozando ya el mes de octubre de este 2021 de tardo pandemia…, cuando fue la última vez que lo escuché en público. No era ginecólogo de formación la persona que lo comentaba, pero sí era médico especialista y actuaba como ponente de un encuentro científico dedicado a la salud de la mujer y de ámbito internacional. Afirmaba en el debate posterior a su ponencia, sin ningún género de dudas en su afirmación que «los dispositivos intrauterinos aumentan el riesgo de infecciones ginecológicas». Nada menos…Me pareció no solo escandaloso sino que no se ajustaba a las últimas evidencias científicas de casi dos o tres décadas ya…e intervine en el coloquio, claro!!!!.
Nosotros ya habíamos sentado conocimientos sobre los DIU en una noticia anterior (ver en
https://www.neyro.com/2016/03/16/que-hay-que-saber-de-los-dispositivos-intrauterinos/ ), pero fu en la década de 1970, cuando numerosos informes médicos, cobertura de los medios y litigios en torno al dispositivo intrauterino Dalkon Shield llevaron a
la percepción de que todos los dispositivos intrauterinos causaban infección del tracto genital superior e infertilidad consecutiva. El asunto (lamento hacer spoiler al paciente lector interesado…) tenía que ver con la calidad y el tipo de hilos del propio dispositivo intrauterino (DIU), que de la forma o del tipo del DIU en sí mismo…; como luego comentaremos.
El asunto no deja de resultar curioso si uno recuerda la preferencia de los ginecólogos en general por este tipo de métodos anticonceptivos (como mostramos en https://www.neyro.com/2016/05/25/los-ginecologos-prefieren-anticonceptivos-seguros-de-larga-duracion/). Ahora, hace poco hemos conocido un estudio cuyo objetivo consistió en evaluar la asociación entre el uso de dispositivos intrauterinos (IUD por sus iniciales en inglés) y el tiempo hasta la concepción posterior. El estudio de fertilidad después de la interrupción del uso de anticonceptivos fue un estudio de cohorte prospectivo y multicéntrico de mujeres que suspendían su método anticonceptivo para intentar la concepción.
Los autores eran pertenecientes a los Department of Obstetrics and Gynecology, de la Indiana University School of Medicine; Indianapolis, IN y de la Washington University in St. Louis, St. Louis, MO, ambas en Estados Unidos. Capitaneados por el primer firmante Jeffrey F. Peipert (ver el original en
https://www.ajog.org/article/S0002-9378(21)00162-9/fulltext), los autores del estudio reclutamron participantes entre 2011 y 2017. Aquí tiene el lector la portada del artículo que comentamos…
Las participantes en este estudio multicéntrico (lo cual aumenta mucho su valor probatorio y de carácter científico) fueron una muestra de conveniencia de mujeres reclutadas de centros académicos en Filadelfia, Pensilvania; Los Ángeles, California; St. Louis, MO; Indianápolis, IN; Aurora, CO; y Salt Lake City, UT. Las mujeres eran elegibles si interrumpieron su método anticonceptivo en los últimos 120 días antes de la inscripción, tenían entre 18 y 35 años de edad, no tenían antecedentes de infertilidad o esterilización y tenían al menos 6 meses de seguimiento.
Los datos de referencia incluyeron características demográficas y reproductivas, uso anterior de anticonceptivos, pruebas de amplificación de ácido nucleico para infecciones de transmisión sexual y serología para infecciones pasadas por Chlamydia trachomatis, Trichomonas vaginalis y Mycoplasma genitalium (tres de los gérmenes masivamente implicados en los casos de infertilidad infecciosa y que más se habían relacionado históricamente con el empleo previo de DIU).
En el estudio que ahora comentamos, la exposición principal fue el uso de dispositivos intrauterinos (alguna vez). El resultado primario fue el tiempo hasta la concepción. Todas las participantes fueron observadas longitudinalmente hasta por 24 meses. Los autores relatan en su publicación (ver en la imagen inferior la portada del número de la revista donde se publicó…) que utilizaron modelos de riesgos proporcionales exponenciales por partes con imputación múltiple para proporcionar las razones de riesgo y sus respectivos intervalos de confianza del 95% (métodos estadísticos convencionales y válidos en este tipo de seguimiento de cohortes poblacionales, por otro lado)
Entrando ya en el principal tema de los resultados encontrados, de las 461 participantes, la edad media fue de 28,2 años, 178 (38,7%) eran negras, 157 (34,1%) se consideraron de nivel socioeconómico bajo y 275 (59,7%) tenían antecedentes de uso de dispositivos intrauterinos. Sin ajustar por ninguna covariable, la mediana del tiempo hasta la concepción fue más corta para las participantes que tenían antecedentes de uso de dispositivos intrauterinos (5,1 meses) que las participantes que nunca utilizaron un dispositivo intrauterino (7,5 meses).
Después de controlar los posibles factores de confusión, la asociación del uso anterior de dispositivos intrauterinos con el tiempo hasta la concepción no fue estadísticamente significativa (razón de riesgo ajustada, 1,25; intervalo de confianza del 95%, 0,99-1,58). En nuestro modelo multivariable, la edad, la nuligravidez, la raza negra, el nivel socioeconómico bajo y la infección anterior por Mycoplasma genitalium se asociaron con tiempos más prolongados hasta la concepción (índice de riesgo, 0,76; intervalo de confianza del 95%, 0,58-0,99). La concepción a los 12 meses fue menor en las participantes con infección previa por Mycoplasma genitalium (68% frente a 80% sin infección previa; P = 0,019).
Con estos resultados y tras los análisis estadísticos, los autores concluyen que no encontraron ningún deterioro de la fertilidad con el uso de un dispositivo intrauterino. La evidencia serológica de una infección anterior por Mycoplasma genitalium se asoció con tiempos más largos hasta la concepción y tasas más altas de infertilidad. La infección por Mycoplasma genitalium es una posible causa modificable de infertilidad.
Para deshacer el spoiler que comentábamos al inicio de esta noticia, en realidad se había descubierto ya en los 80 del pasado siglo que era precisamente la presencia de hilos trenzados en los DIU «antiguos» lo que ocasionaba esa (real) asociación entre su empleo y la infertilidad ulterior. Una vez que se hubo demostrado, la propia OMS prohibió la fabricación y el empleo de hilos trenzados en los DIU que permitían el ascenso y colonización ulterior de la cavidad uterina y tubárica por gérmenes varios que eran, en última instancia, los responsables de aquella infertilidad que se atribuía equivocadamente a los DIU. Cuando se fabricaron con hilos monofilamento (los actuales solo pueden llevar este hilo hace más de 40 años) una y otra vez se ha comprobado la ausencia de relación alguna entre su empleo e infertilidad posterior, como en el estudio que aquí comentamos.
Efectivamente estimado Dr. de la Garza, efectivamente.
Siempre tendemos a buscar el «enemigo exterior», pero gran parte de las cosas que nos suceden, ocurren en realidad porque permitimos que se den…
Y en este tema de las ITS tenemos prevención primaria para casi todo…, fácil además, de alta eficacia y muchas de ellas, muy baratas…
Sin duda…
Muchas gracias por hacerlo corre entre sus pacientes querido colega!!!!
MUY CLARO MASTER, EL DIU NADA QUE VER.
LOS CUIDADOS PERTINENTES EN LA ACTIVIDAD SEXUAL SI.
PAREJAS, SEXO SIN PROTECCIÓN, ETC.
SALUDOS