No podía ser de otra manera; tras cada innovación por compleja que sea, llega en poco tiempo la primera «revisión general» sobre cómo lo estaremos haciendo, qué podremos aprender de lo realizado hasta ahora, cuáles son los errores cometidos, dónde estuvieron los aciertos, cómo generalizar estos y reducir o acaso eliminar aquellos, en fin, cómo mejorar… Sin estadísticas la ciencia no avanza, sin revisar lo que uno hace se convierte en un triste «practicón», en un obrero que ni siquiera llega a artesano… Ser profesional de lo que sea, es algo más. En medicina, sin profesionalidad no avanzamos, no vamos a ningún sitio.
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