Ocioso parece decir que estamos aprendiendo al mismo tiempo que sufrimos los embates de SARS-CoV2 como agente causal de CoVID19, en la medida que este virus no existía antes de septiembre de 2019 y que la enfermedad fue oficialmente declarada en marzo 2020; todavía, hace poco nos planteábamos cómo se debían interpretar los resultados de los distintos análisis de diagnóstico que la tecnología y la investigación iban desarrollando al mismo tiempo (ver en https://www.neyro.com/2020/06/