Los profesionales sanitarios que atendemos enfermedades crónicas (desde la hipertensión al reumatismo en todas sus variantes, desde la endometriosis a la osteoporosis..) hemos temido y con razón…, que esta maldita pandemia afectara al curso de todas esas enfermedades por diferentes factores condicionantes, entre los que podríamos destacar por ejemplo:
- el temor de muchos pacientes a entrar en un centro clínico (hospitalario o ambulatorio…) por temor a la propia posibilidad de infectarse.
- el acceso reducido así a los propios profesionales sanitarios con los cambios asistenciales que se han desarrollado durante la pandemia (y de los que hablábamos ya en https://www.neyro.com/2020/03/
25/ha-llegado-el-tiempo-de- crear-una-nueva-especialidad- medica-sobre-el-medico- virtual/) - la dificultad inherente a esa pérdida de contacto de renovación de muchos tratamientos farmacológicos.
- la consecutiva interrupción o abandono de muchos tratamientos que en el caso de la osteoporosis es dramática (como contamos en https://www.neyro.com/2015/10/
16/el-olvido-es-la-principal- causa-de-abandono-de-los- tratamientos-farmacologicos- entre-los-mayores/)