Pues bien, con la sana intención de intentar responder a esta cuestión, investigadores de los servicios de urgencias de 50 centros públicos españoles, empezaron a compartir datos y formaron la red SIESTA (Spanish Investigators in Emergency Situations Team). Esta red, dirigida por el Dr. Òscar Miró, coordinador de investigación del Servicio de Urgencias del Hospital Clínic de Barcelona, compartió y analizó los datos de 63.822 pacientes de COVID-19 hospitalizados desde el 1 de marzo al 30 de abril de 2020 (los dos peores meses de la «primera ola»).
Uno de los puntos fuertes de este estudio es que analizaron a los pacientes tal y como llegaron en marzo y abril de este maldito 2020 al hospital, por lo que se pudieron ver las manifestaciones espontáneas que tuvieron los pacientes durante el periodo de incubación en su casa, hasta que necesitaron acudir a urgencias. De entre todas las presentaciones identificadas, 5 destacaron por encima del resto. Tal y como se recoge en la revista que albergó el manuscrito, «Epidemiology & Infection», durante los dos meses de duración del estudio los investigadores de SIESTA identificaron, de manera retrospectiva,
45 miopericarditis aguda (0,71%), 8 síndromes de Guillain-Barré (0,13%), 36 neumotórax espontáneos (0,57%), 45 pancreatitis agudas (0,71 %) y 16 meningoencefalitis agudas (0,25%).Por si esto fuera poco, al tiempo
revisaron también los diagnósticos de 1.125.491 pacientes no CoVID-19 (782.125 incluidos en el periodo pre-CoVID-19 y 343.366 pertenecientes al periodo CoVID -19), identificándose 546 miopericarditis agudas (0,49%), 181 meningoencefalitis agudas (0,16%), 31 síndromes de Guillain-Barré (0,03%), 1.787 pancreatitis agudas (1,59%) y 321 neumotórax espontáneos (0,29 %). A partir de ahí compararon ambos grupios de diagnósticos, siemp`re con adecuados métodos de investigación (no todo es válido a la hora de publicar, como ya comentamos en
https://www.neyro.com/2020/09/25/en-plena-infodemia-de-que-podemos-fiarnos-y-que-debemos-desechar-como-fuente-de-informacion-durante-la-pandemia/)
Curiosamente y de acuerdo con esta comparación, el síndrome de Guillain-Barré es 4,33 veces más común en los enfermos de CoVID-19 que en los pacientes sin SARS-CoV-2, el neumotórax espontáneo es dos veces más habitual y el riesgo de la mio-pericarditis aguda sube 45%. Por otro lado, la pancreatitis aguda es menos frecuente y no hay diferencias estadísticas significativas en el caso de la meningoencefalitis aguda. Está claro que este virus «le pega a todo» y aún desconocemos de qué depende que cada vez lo haga de forma tan diversa…
De hecho, por nada del mundo pretendería confundir al lector,
este estudio no demuestra que estas patologías estén causadas por el SARS-CoV-2, pero es un potente indicio. Por ejemplo, investigadores de tres hospitales del norte de Italia publicaron en The New England Journal of Medicine cinco casos de Guillain-Barré presuntamente vinculados a SARS-CoV-2, en una publicación que está a disposición del lector en
https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMc2009191 con formato de «carta al editor» que reproducimos abajo.
Pero no nos perdamos; lo antes comentado hizo que los investigadores de la red SIESTA afirmaran que sus datos
confirman la sospecha de que el SARS-CoV-2 puede desencadenar este síndrome, al igual que otros virus disparan en ocasiones respuestas inmunes aberrantes, como ocurre con el citomegalovirus, el virus de Epstein-Barr y el virus del Zika (puede saberse más sobre este otro amiguete en
https://www.neyro.com/2016/10/31/conceptos-generales-sobre-virus-zika-y-sus-posibilidades-de-extension/). Esto hace que el Ministerio de Sanidad Español ya contemple el síndrome de Guillain-Barré como una posible complicación inflamatoria de la COVID-19.
A pesar de todos estos indicios (la ciencia es machaconamente exigente), aún no podemos desvelar los mecanismos exactos implicados en dicha patogenia y así como en el caso de la mio-pericarditis aguda y el neumotórax espontáneo, junto con la descripción completa del cuadro clínico en pacientes con CoVID-19 todo ello tendrá que ser definido en estudios futuros. Además, por si fuera poco, este estudio presenta algunas limitaciones que hacen que haya que ser cauteloso a la hora de interpretar los resultados.
Para añadir aún más interrogantes e incertidumbres (la ciencia es así, siempre preguntando más y más cosas…), sólo aproximadamente 10% de los pacientes con CoVID-19 fue atendido por el Servicio de Urgencias durante la pandemia. Por lo tanto, las incidencias de estas manifestaciones poco comunes podrían ser hasta 10 veces menores. Segundo, las manifestaciones desarrolladas durante la hospitalización no se tuvieron en cuenta y su inclusión podría haber dado lugar a un aumento no cuantificado en las estimaciones.
La pregunta del titular de esta noticia tendrá que seguir esperando respuesta…; y es que finalmente, aunque es previsible que la gran mayoría de pacientes que presentaron una de estas cinco entidades acudiese a los servicios de urgencias, es posible que haya habido pacientes asintomáticos o con síntomas menores que no hayan precisado acudir a urgencias y, por lo tanto, no fueron detectados (los sesudos científicos le llaman a eso «sesgo de selección»).
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Pero, a pesar de todo esto, esta es la primera estimación fiable de las frecuencias relativas de estas cinco manifestaciones, que fueron muy bajas, variando de 0,13 casos por cada mil pacientes que acuden a urgencias para el síndrome de Guillain-Barré a 0,71 casos para la pancreatitis aguda. Para no alargarlo más y en conclusión, estos resultados sugieren una clara asociación entre la infección por SARS-CoV-2 y el síndrome de Guillain-Barré y, en menor medida, con la miopericarditis y el neumotórax espontáneo, quedando pendientes de próximas investigaciones el estudio de los mecanismos subyacentes que conduzca a este aumento del riesgo.
Es decir, más de lo de siempre: que seguiremos informando..
Mi estimado colega, solo nos queda la ciencia y la investigación científica…
Todo lo demás, las opiniones infundadas desde la incultura, las teorías conspiranoicas, las salidas de tono, los bulos extendidos…, etc, solo hacen ruido, solo disturban la (buena) comunicación y divulgación científica, solo alteran las mejores posibilidades de seguir avanzando…
Espero que esa nueva colaboración en la que me embarca ahora, sea de verdad para bien, que no nos traiga nuevos sinsabores y que sea una puerta abierta para seguir avanzando en nuevos caminos de desarrollo de nuestras consultas, de nuestras actividades…
Para desgracias…, ya tenemos sin la colaboración de los amigos…
Ánimo y adelante!!!!
El asunto Master cuál será el remedio?
Le haremos caso a Andreas Kalcker con el dióxido de cloro?
No la llevamos solo con medidas sanitarias, vitamina D, Zinc, fólico?
por cierto Medpacom firme este fin estará en su fase termnal. claro continuaremos con inovaciones,
un abrazo