Seguramente, si exceptuamos el cáncer (afortunadamente) esta que comentamos aquí es la enfermedad crónica más importante que tratamos los ginecólogos (en exclusiva…) Y lo menciono así, porque otra de las «grandes», la osteoporosis, la compartimos entre muchas especialidades (reumatólogos, internistas, endocrinólogos, traumatólogos, endocrinólogos, rehabilitadores, geriatras, y por supuesto las sufridos médicos de familia que en ocasiones «cargan con todas») Pero la endometriosis es puramente un trastorno exclusivo de mujeres y como tal los ginecólogos somos los protagonistas de ayudar a las mujeres afectas por ella, a veces por muchos años (lo comentamos en su día en https://www.neyro.com/2019/ 12/17/dejemos-de-pensar-en- endometriosis-y-tratemos-a- cada-paciente-con-la- enfermedad-de-forma- personalizada/)
Y es que esta enfermedad produce mucha tribulación y es causa de una gran pérdida de claidad de vida de muchas de las personas que la padecen de manera crónica; los tratamientos en cualquier caso, deben ser personalizados pensando en el plan que mejor se pueda adaptar a cada persona en concreto (como mostramos en https://www.neyro.com/2016/04/ 18/afectacion-seria-de-la- calidad-de-vida-en-la- endometriosis-la-importancia- de-la-individualizacion-del- tratamiento/ )
Pues bien, todo ello lo veníamos haciendo sin que desde más una década ninguna de las agencias reguladoras, n la FDA americana (Agencia de Medicamentos y Alimentación o Administración de Alimentos y Medicamentos o de su término en inglés Food and Drug Administration), ni la agencia Europea (Agencia Europea de Medicamentos o European Medicines Agency ) hubieran autorizado ni un solo tratamiento nuevo para el control de esta enfermedad. Fue en 2018 cuando la FDA autorizó el fármaco Elagolix (Orilissa® en las farmacias) para el tratamiento “del dolor causado por endometriosis”.
Desarrollado e impulsado por la multinacional AbbVie (una de las grandes farmacéuticas del mundo) se apresuró a anunciar que se trata del primer tratamiento para la endometriosis autorizado por la FDA en más de diez años. En ensayos clínicos controlados (y comparados contra placebo) el fármaco “redujo el dolor menstrual en alrededor de 45%, comparado con alrededor de 20% con placebo”. El precio anunciado por AbbVie es de más de 10.000 $ al año (unos 850 $ al mes), pequeña cantidad si valoramos lo que puede representar la périda de calidad de vida o estar tirada en una cama ocho o doce días cada mes; las mujeres que sufren esta enfermedad saben de lo que hablamos (ver en https://www.neyro.com/ 2016/02/01/el-dolor-genital- asociado-a-endometriosis- puede-alterar-la-salud-mental/ )
Elagolix es un antagonista de la hormona liberadora de gonadotrofina (antagonista de la GnRH). A diferencia de los antagonistas GnRH anteriormente disponibles (los hemos venido usando hace casi veinte años en reproducción asistida), no tiene estructura peptídica ni similitud estructural con la GnRH y puede ser administrado por vía oral; esta es la gran ventaja: hasta Elagolix, todos los anteriores de su grupo farmacológico precisaban al menos un pinchazo diario en inyección subcutánea; ahora, bastará un comprimido cada día, vía oral.
La dosis de 150 mg al día se puede tomar durante 24 meses, pero la dosis más alta, de 200 mg dos veces al día, sólo se puede tomar durante un máximo de 6 meses. Un tratamiento más prolongado reduce la densidad mineral ósea. Otros efectos adversos registrados en ensayos clínicos han sido ideación suicida y alteración de pruebas hepáticas, todo lo cual requiere vigilancia especializada…..
Ya en 2017, la prestigiosa revita NEJM publicó un extenso artículo que demostraba esas bondades y puede accederse directamente a él en https://www.nejm.org/doi/ full/10.1056/NEJMoa1700089#t= article. Los autores concluían que las dosis altas y bajas de Elagolix fueron efectivas para mejorar la dismenorrea y el dolor pélvico no menstrual, durante un período de 6 meses en mujeres con dolor asociado con la endometriosis (en la imagen de arriba la portada de la revista y en la de abajo uno de los gráfico que lo explica) Las dos dosis de Elagolix se asociaron con efectos adversos hipo-estrogénicos, lógicamente (debido a su mecanismo de acción).
Pues bien, a pesar de lo que parecía ser un enorme avance y más en otras condiciones que contaremos otro día, los agoreros que siempre los hay, nos advertían de que es sólo modestamente eficaz para el dolor, no tiene eficacia demostrada sobre variables más duras (por ej., fertilidad). Además, los efectos indeseados son prácticamente desconocidos; es preocupante la advertencia de ideación suicida, dado que el fármaco ha sido consumido por un número muy reducido de pacientes. Es fácil “ampliar” la endometriosis y su mercado con el mensaje del dolor menstrual. Es previsible un nuevo asalto a los recursos públicos del sistema de salud, con el apoyo de alguna sociedad profesional y “expertos” bien engrasados, decían….. Pues bien, a pesar de todos esos avances, todavía seguimos esperando que se comercialice, y las mujeres esperando a ser tratadas con él…..