Uno de los temas a los que desde el punto de vista profesional el creador de contenidos de este web, el ginecólogo José Luis Neyro, más tiempo y esfuerzo ha dedicado en los últimos años ha sido la destrucción de los mitos que se han extendido entre la población y entre los propios profesionales alrededor de los métodos anticonceptivos.
Concretamente, uno de los que más historias falsas y leyendas urbanas ha soportado es la píldora, los anticonceptivos hormonales combinados. Fruto de ese empeño fue un reciente artículo titulado «Mitos y realidades de la anticoncepción hormonal combinada» que se ha publicado en abril 2020 en la revista indexada internacionalmente Ginecología y Obstetricia de México y accesible al lector interesado en http://librosmedicos.mx/ publicaciones/Revistas/2020/ gomsupl1_2020/ 24042020des96as108_2020.pdf y cuya portada reproducimos fielmente abajo.
Y la historia de la anticoncepción no se detiene; precisamente el pasado 11.05.2020 se cumplían los primeros 60 años de historia de la comercialización de la primera píldora anticoncepotiva (la desaparecida Enovid). Con una historia mucho más corta pero con parecidas intenciones de llegar a más mujeres y ofertar nuevas formas de anticoncepción con menor riesgo de complicaciones…, todavía.
Uno de los condicionantes fundamentales de la pildora era(es) que combina un estrógenos (natural o sintético) que no es preciso para conseguir el efecto anovulador, el realmente anticonceptivo que solo es fruto de la presencia en la píldora del gestágeno. Pues con ese objetivo nacieron los anticonceptivos con solo gestágeno (ASG). Comentamos ahora los resultados de un estudio transversal y multicéntrico que trató de estimar la prevalencia del uso de anticoncepción hormonal de solo gestágenos entre las mujeres demandantes de anticoncepción reversible en Atención Primaria (AP).
El estudio se publicó bajo el título «Uso de la anticoncepción con solo gestágenos en atención primaria: estudio GESTAGAP» y, siendo español en su concepción ye realización fue publicado por Raquel Rodríguez-Rodríguez y sus colaboradores del Centro de Salud Las Calesas, SERMAS, Madrid, España, en la revista Atención Primaria, cuya enlace es el siguiente https://www.ncbi. nlm.nih.gov/pmc/articles/ PMC6837132/., cuya poretada reproducimos abajo.
Las participantes fueron mujeres entre 16 y 50 años, usuarias de anticoncepción reversible, que hablaban español y hubieran acudido en el último año a consulta de AP. Mediante una encuesta telefónica, se preguntó el método anticonceptivo utilizado (solo gestágenos: sí/no). También se registró edad, paridad, país de origen, tipo de método anticonceptivo (MAC) utilizado, motivo de elección, duración, fuente de información, lugar de obtención y satisfacción con el método.
Se incluyeron 417 mujeres, con una edad media de 30,3 años (DE 7,7). La nacionalidad fue española en el 69% de los casos, con estudios secundarios y universitarios 82% y nulíparas 57%. Las proporciones de MAC utilizado fueron ASG 14%, hormonal combinado (AHC) 74%, DIU cobre 2%, preservativo 10%.
La prevalencia de uso de ASG fue del 13,9% (IC 95% 10,6-17,2). Entre los ASG, el método más utilizado fue el inyectable trimestral de acetato de medroxiprogesterona (4,6%), seguido de la píldora oral de desogestrel (4,1%), DIU-LNG (3,9%), implante subdérmico de etonogestrel (1,9%). El médico de familia fue el prescriptor del MAC en el 71% de las mujeres. La satisfacción fue alta (mediana 10 sobre 10). La utilización de ASG se asoció con mayor edad y nacionalidad extranjera; los principales motivos de prescripción fueron lactancia y tener contraindicación médica para AHC (p<0,05).
En resumen, la prevalencia de uso para la ASG fue del 14%, y la satisfacción fue muy alta para todos los MAC. El perfil de usuaria de ASG corresponde a mujer de mayor edad, extranjera y con condiciones como la lactancia o la contraindicación para otros MAC.
Hoy sabemos que, lejos de servir solo durante la lactancia, la ASG es perfectamente válida para diferentes grupos de mujeres, como por ejemplo: cualquiera con contra-indicación para el empleo de estrógenos, obesas, mayores de 35 y fumadoras, por supuesto lactantes, mujeres con antecedentes personales de trombo-embolismo venoso (ahora tan de moda por las complicaciones de CoVID19)…, en fin. La ASG se abre a un nuevo panorama de más mujeres potencialmente usuarias con tal de que los médicos, los profesionales sanitarios en general (ver la tabla de prescripciones en el estudio comentado en la tabla justo arriba…) sepamos ofertarla en el momento de la consulta de asesoramiento contraceptivo (y no de simple prescripción rápida de una receta más…)