¿Cuál es el medicamento que más debiéramos prescribir los médicos en nuestras consultas? ¿sería el mismo si uno fuera oncólogo o médico rehabilitador?, Y si fuera yo en vez de ginecólogo, ¿fuera por ejemplo cirujano cardio-vascular? Ya, si, bueno, pero ¿Y para las mujeres, también sería el mismo medicamento? En la misma línea de salida, ¿sería lo mismo para las ancianas y las niñas en desarrollo? ¿Y para las gestantes? ¿en todos los trimestres del embarazo sería igual? ¿y para aquellas que están en su menopausia o en pleno tratamiento de un cáncer de mama? ¿Sería el mismo medicamento siempre?
Ciertamente son muchas dudas y muchas preguntas a responder. Lo han intentado (veremos si con éxito…) una periodista y un ginecólogo y divulgador científico y fue el pasado 24.12.2019, en plena Nochebuena, en el programa de Tele 7 Objetivo Bizkaia, donde la profesional (y preciosa) periodista Susana Porras que lo dirige y el Dr. Neyro en su sección hablaron sobre el ejercicio físico en la vida de la mujer a lo largo de los años. Puede seguirse desde el minuto 23.39 del programa en el enlace https://tele7.tv/videos/ objetivo-bizkaia-24-12-2019/
¿Todos los profesionales de la medicina opinan igual? ¿Se tienen en cuenta las hormonas e incluso los cambios hormonales a la hora de prescribir este famoso medicamento? A estas alturas del artículo, el lector ya sabrá que hablamos de un «medicamento» como el «ejercicio físico»…(del que hablaba la revista Time cuya portada reproducimos); cierto, puede ser que el ejercicio «cure», pero ¿de qué ejercicio físico estamos hablando? Parece que a lo largo de todo este suelto solo vamos a hacer preguntas y aún tenemos más…: ¿es lo mismo el ejercicio aeróbico (tan de moda en estos pasados veinte o treinta años en la mujer en general) que el de fuerza, el anaeróbico?
Y ya puestos Doctor Neyro, ¿en qué consisten los siete grados que los canadienses diseñaron para ir introduciendo el ejercicio físico primero, el deporte después, en los niños de corta edad para ir incrementando las exigencias poco a poco y respetando siempre su salud y sus necesidades de crecimiento y desarrollo? ¿Se podrían mostrar (y explicar) en un gráfico resumen?
Las puede ver el lector interesado en este gráfico que lo ejemplifica de forma muy visual, jugando con el idioma, con las palabras, con su significado: se trata de empezar por estar activo, sin más, pero siempre, cada día, a la dosis de 45-50 minutos diarios, para alcanzar las 6 horas semanales….., para después hacer de esa actividad algo divertido que le lleve al joven que se inicia a aprender a entrenar y solo después a «entrenarse» para ir entrenando en un determinado deporte, ya con una cierta especialización, pero (fíjense¡¡¡) no antes de los 16 años (ja¡¡¡).
En una fase posterior, el entrenamiento ya es para competir y luego incluso se aumenta la exigencia porque el entrenamiento tiene como objetivo ganar (ya estamos en deporte de competición, mucho después del ejercicio físico como actividad), para que cuando se acabe esa época de la vida del deportista (que también llega porque la competición no es eterna), la persona, el deportista, se pueda mantener activo, ya para vivir…
Porque el secreto de la longevidad (lo comentamos en el programa a su disposición en el enlace) es básicamente triple: mantenga usted una dieta rica en proteínas que su médico le dirija en relación con su status y sus enfermedades, trate de tener siempre unos buenos niveles de vitamina D (no siempre o casi nunca por mejor decir, se va a conseguir con la comida sino más bien con los suplementos alimenticios…) y finalmente haga ejercicio, y a poder ser, de musculación, de fuerza, para mantener una buena salud muscular y una adecuada salud ósea. La longevidad, créame, va por esta triada¡¡¡
La fuente mas importante de vitamina D es la luz solar. se produce mas del 90% de la misma por la conversion fotoquimica a partir de 7 dehidrocolesterol en la epidermis por acccion de los rayos ultravioleta B, 10 a 15 minutos al dia, de los rayos solares de antes de las 10 y despues de las 18 hrs, 3 veces a la semana. el otro 10% se obtiene de los alimentos; aceites de pescado, y pescados como salmon, atun, huevos.
Me gusta mucho que nos siga Raúl y que lea todo lo escrito en este blog sobre Vitamina D de la que venimos haciendo noticias desde hace más de quince años…
Es cierto lo que usted comenta pero con unas proporciones de 80-20 más que 90-10.
Pero el problema no es ese exactamente. ¿Sabía usted que en países donde abunda el sol y las horas de sol no sufren variaciones estacionales siquiera, como Ecuador, el 67% de las mujeres mayores de 55 años presentan déficit de vitamina D?
¿Sabía usted que esas condiciones que usted menciona solo son factibles seis meses al año para tres cuartos de la población mundial? Claro, porque por la inclinación del eje de la Tierra en los lugares por encima del paralelo 37º de Latitud Norte solo se pueden conseguir una insolación «benéfica» entre mayo y octubre. Y es entre octubre y mayo para los que viven bajo el paralelo 37º de Latitud Sur.
¿Sabía usted por ejemplo, que en la única región con clima subtropical de España (las islas Canarias, las llamadas «afortunadas») el nivel medio de vitamina D de los jóvenes universitarios estudiantes de Medicina (jóvenes, sanos, expuestos a sol todo el año…., supuestamente, y con conocimientos científicos, además…) fue de 18.8 ng / ml, muy por debajo del mínimo nivel de 30 considerado como normal?
¿Sabía usted que en ese mismo estudio se demostró que el 80% de todos los investigados estaba en niveles de déficit o insuficiencia a pesar del lugar en el que residían?
¿Sabia usted, por fin, que la vitamina D no es ni una y ni tan siquiera es vitamina sino que es una hormona y que, como otras hormonas para las que sucede lo mismo, su producción tiende a disminuir desde los 50 años de manera progresiva tanto para hombres como para mujeres y es en estas edades y superiores donde se acumulan cifras escandalosas de personas insuficientes o deficientes para este valor en todo el mundo?
Es por esta razón que desde la medicina, con las mejores evidencias científicas en la mano, los investigadores hemos demostrado que seguir confiando en un sol (que no tomamos….) para tener buenos niveles de vitamina D, es un desideratum, pero muy poco real y nada confiable por cierto (recuerde la pelea de los dermatólogos para que empleemos cremas con bloqueadores solares que invalidan, por otro lado, la acción de los rayos UV del sol sobre la piel para fabricar vitamina D).
Las pruebas son incontrovertibles y de muy variado tipo, amigo Raúl.
Le aporto un poco más de información con otro artículo de nuestro blog recientemente publicado y que puede venirle bien. Está en https://www.neyro.com/2020/05/04/la-obtencion-de-niveles-optimos-de-vitamina-d-un-buen-aliado-frente-a-los-riesgos-de-covid-19/
Gracias por su seguimiento y por darnos a conocer entre sus amigos y amigas.
Es un placer responder a sus dudas y comentarios.