Entre las dudas más peregrinas que se han mencionado en los últimos años en contra de vacunar a los más jóvenes contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), está aquella presunción de que vacunarles aumentaría el número y la peligrosidad de las relaciones sexuales. El argumento (falaz y disparatado) consiste en que al saberse vacunados y protegidos frente a VPH, los jóvenes se lanzarían a un desenfreno sexual en el que sus relaciones comenarían antes, serían más promiscuas y menos protegidas con lo que estimularíamos el crecimiento de las cifras de las enfermedades de transmisión sexual, cuando el objetivo de la vacunación era justamente el contrario.
Pues no¡¡¡¡, ciertamente no es así en modo alguno. Una vez más la mejor evidencia científica se alía con el lado de la lógica y demuestra todo lo contrario que los agoreros habían pronosticado. Así, un nuevo estudio realizado en Canadá aporta nueva y mayor evidencia de que la vacunación contra el virus del papiloma humano no induce a las adolescentes a tener menos cuidados con el sexo.
Pero el estudio sugiere, al contrario de lo que los agoreros pronosticaron, que las adolescentes vacunadas serían menos propensas a comenzar a tener relaciones más tempranamente y a ignorar los métodos anticonceptivos y de prevención de enfermedades.
«Cuando implementamos el programa hace una década, surgieron tres dudas principales: ¿La vacuna sería efectiva? ¿Sería segura? ¿Influiría en las elecciones de salud sexual?», dijo la doctora Gina Ogilvie, profesora de la Universidad de Columbia Británica y científica senior en salud pública del Centro para el Control de las Enfermedades de Columbia Británica. «Pero las niñas adolescentes siguieron tomando decisiones de salud sexual muy seguras. De hecho, tomaban mejores decisiones. Así que los padres deberían estar tranquilos», agregó.
Hay que tener en cuenta de que la infección de la que hablamos no solo es las más prevalente, sino que va a infectar a más del 75% de la población mundial en algún momento de su vida, como referimos en una noticia previa en nuestro blog, presente en https://www.neyro.com/2016/11/23/la-mayoria-de-la-poblacion-se-infectara-con-algun-virus-del-papiloma-humano-alguna-vez-en-la-vida/. Esta infección por VPH, en general, suele desaparecer sin tratamiento, pero, a veces, persiste y puede causar cánceres; nada menos que hasta el 15% de todos los cánceres de las mujeres, por ejemplo.
Pues bien, la Columbia Británica canadiense implementó el programa público de vacunación escolar contra el VPH en 2008. El equipo de Ogilvie analizó tres Encuestas sobre Salud Sexual de aquella provincia hechas entre el séptimo y el duodécimo grado de la escolarización del sistema educativo de Canadá. Dos (las de 2003 y 2008) incluían respuestas previas a la aplicación del programa. El equipo las comparó con las respuestas de la encuesta del 2013, cinco años después de su implementación vacunal.
Ya sabíamos que la vacuna es eficaz para terminar con muchos cánceres (ver en https://www.neyro.com/2015/01/15/una-vacuna-del-vph-sin-distinguir-sexo-atajaria-los-tumores-asociados/), pero no era de este asunto el objetivo del estudio que ahora comentamos. En CMAJ, el equipo publica que en las encuestas habían participado 302.626 niñas y adolescentes heterosexuales. El 18,3 por ciento había tenido relaciones sexuales en el 2013, comparado con el 21,3 por ciento del 2003 y el 20,6 por ciento del 2008.
La proporción que había tenido relaciones sexuales antes de los 14 años se redujo entre el 2008 y el 2013 del 13 al 10,2 por ciento, mientras que el uso de preservativos creció del 63,3 por ciento en el 2008 al 68,9 por ciento en el 2013. No solo no se «promocionaban» las relaciones sexuales tempranas sino que al contrario, los adolescentes participantes se volvieron más cautos, más seguros, más reflexivos, aclara el Dr. Neyro, que ha seguido estos temas desde hace años.
Aunque el estudio se hizo en Canadá como hemos señalado (el original de la publicación puede seguirse on line en el web oficial de la propia revista en http://www.cmaj.ca/content/190/41/E1221), los resultados podrían aplicarse a Estados Unidos, según explicó la doctora Anna-Barbara Moscicki, profesora de pediatría y jefe de medicina adolescente de la Escuela David Geffen de Medicina de la University of California, en Los Ángeles.
Una vez más se confirma (señala el experto JL Neyro) que la información nunca es mala ni contraproducente, pues estimula la reflexión y ello es intrínsecamente bueno; en muchos casos, es posible que la conversación sobre la vacunación contra el VPH haya habilitado el diálogo sobre la prevención de embarazos no deseados y enfermedades durante las relaciones sexuales, según explican los expertos, todos ellos muy alejados de las (ignorantes) opiniones de los agoreros partidarios de esconder la cabeza bajo el ala en vez de afrontar los nuevos retos con soluciones más saludables y seguras, concluye el Dr. Neyro.