Las madres con diabetes gestacional tienen bebés más obesos

Hace mucho tiempo que este blog viene desplegando una atención especial a la obesidad y sus riesgos asociados, sean en el embarazo o fuera de él. Baste leer en http://www.neyro.com/2014/11/10/la-obesidad-en-el-embarazo-incrementa-el-riesgo-de-anomalias-de-rinon-y-de-las-vias-urinarias/ donde estuidábamos la relación entre el sobrepeso y el riesgo de malformaciones fetales.
Un tiempo después, supimos que bajar de peso antes del embarazo, cuando sobraban los kilos, reducía inlcyuso el riesgo de muerte prematura de los bebés, tal y como contamos en http://www.neyro.com/2016/02/24/bajar-de-peso-antes-de-la-gestacion-reduce-el-riesgo-de-muerte-del-lactante/
Ahora, rizando el rizo, hemos conocido que las madres con diabetes gestacional tienen bebés que son más obesos a los 2 meses; es una afección que afecta de manera creciente a nuestras gestantes que ya la manifiestan hasta en el 10% de todas ellas (léase en http://www.neyro.com/2014/07/03/la-diabetes-gestacional-afecta-a-una-de-cada-10-mujeres-embarazadas/)
En el estudio que ahora comentamos más o menos a los 11 días de edad (tras el parto), el grupo con diabetes gestacional y el grupo de control tuvo un volumen de tejido adiposo total similar (p = 0,55). No obstante, hacia las 10 semanas los lactantes nacidos de madres con diabetes gestacional tuvieron volúmenes de tejido adiposo total significativamente más altos que los lactantes del grupo de control (p = 0,01).

Incluso después del ajuste con respecto a la talla del lactante, el grupo con diabetes gestacional todavía mostró un volumen de tejido adiposo total significativamente mayor a las 10 semanas que el grupo de control (16,0%; p = 0,002). Sin embargo, en ninguno de los lapsos de seguimiento hubo diferencias intergrupales significativas en la distribución del tejido adiposo y el contenido de tejido adiposo en el hígado.

Si bien la aparición de obesidad en la infancia puede deberse a factores ambientales que favorecen el aumento de peso, el estudio parece indicar que algún otro factor podría entrar en juego, ya que las diferencias en la adiposidad ocurrieron en una etapa muy temprana de la lactancia. El estudio ha sido publicado recientemente y puede seguirse el original en http://care.diabetesjournals.org/content/early/2016/04/20/dc16-0030

¿Tiene la diabetes gestacional efectos independientes sobre la masa adiposa?

Los resultados permanecieron más o menos iguales después del ajuste con respecto al género del lactante y al índice de masa corporal (IMC) de la madre antes de la gestación. Esto parece indicar que la diabetes gestacional podría tener un efecto independiente sobre la masa adiposa del lactante, según los autores, capitaneados por Karen Logan .

Está clara la influencia de la dieta, señala el obstetra José Luis Neyro y la Dra. Logan planteó la hipótesis de que posibles mecanismos que podrían explicar estos resultados son la «programación» en el útero, los cambios en el contenido de la leche materna y las diferencias en el apetito del lactante.

De manera textual, en la presentación de este trabajo (publicado en Diabetes Care, nos recuerda nuestro ginecólogo José Luis Neyro), la primera firmante señalaba:  «ahora es importante establecer los posibles efectos del aumento de la adiposidad sobre la salud futura de estos lactantes y si el tratamiento para reducir la adiposidad mejorará la salud metabólica a largo plazo en la descendencia de madres con diabetes gestacional».

Los investigadores de este estudio no tienen planes formales para efectuar más seguimiento a este grupo de lactantes. Sin embargo, los investigadores del estudio HAPO tienen planeado el seguimiento de los niños hasta los 10 años de edad para evaluar los efectos subsiguientes de la diabetes gestacional y la adiposidad del lactante sobre la obesidad y la salud metabólica, de acuerdo con la Dra. Logan.

Seguramente, destaca para finalizar JL Neyro, los hábitos ligados al aumento del ejercicio tendrán mucho que decir en las siguientes décadas toda vez demostrada su influencia positiva en la reducción significativa del riesgo de inicio de la diabetes gestacional en las gestantes habituadas al ejercicio físico (como contamos previamente en http://www.neyro.com/2015/11/02/el-ejercicio-aerobico-durante-el-embarazo-puede-ayudar-a-prevenir-la-diabetes-gestacional/).

Las infecciones de orina aumentan en verano por el mayor uso de las piscinas con cloro

De hecho, los especialistas suelen decir que su incidencia se incrementa en mujeres de entre 18 y 45 años, pero no solo porque después de la menopausia todavía existen menos defensas frente a ellas de manera natural, aclara el Dr. Neyro (ver en http://www.neyro.com/2014/04/15/el-37-de-las-mujeres-sufre-al-menos-un-episodio-de-cistitis-durante-su-vida/).

 Efectivamente, las infecciones del tracto urinario (ITU), lo que antiguamente llamábamos cistitis, aumentan con la llegada del verano debido al mayor uso de las piscinas con cloro y cuya incidencia se incrementa en mujeres de entre 18 y 45 años, según ha subrayado el urólogo del Hospital Quirónsalud San José, el Dr. Javier Cambronero. En nuestro blog nos preguntábamos hace unos meses si podríamos llega a prevenir estas situaciones al llegar el verano (ver enhttp://www.neyro.com/2015/06/19/se-pueden-evitar-las-infecciones-vaginales-en-verano/)

Respecto al origen, se ha indicado que es multifactorial porque concurren varios factores como «un problema genético-hereditario de adhesividad bacteriana a la mucosa vesical; un déficit inmunitario en las mucosas condicionado por falta de sueño, cansancio, estrés o mala alimentación, o malos hábitos higiénicos como usar ropa interior tipo tanga o ropa transpirable». Aquí los ginecólogos rompemos una lanza, dice el Dr. José Luis Neyro, en contra de las llamadas duchas vaginales que pueden alterar mucho la microbiota vaginal que puede facilitar la aparición de las tan fastidiosas cistitis (nos ocupamos de ello en http://www.neyro.com/2015/06/19/se-pueden-evitar-las-infecciones-vaginales-en-verano/)

Aparte de estos factores, «la condición hormonal también puede incidir en las infecciones urinarias. Las alteraciones anatómicas o funcionales, la escasa ingesta de líquidos, el estreñimiento y el uso indiscriminado de antibióticos con automedicación», detalla el urólogo, coincidiendo con lo que los ginecólogos argumentan sobre el cuidado de la llamada flora vaginal, más modernamente micriobiota vaginal (ver en http://www.neyro.com/2011/07/22/en-verano-las-vulvovaginitis-son-mas-frecuentes-y-las-probabilidades-de-adquirirlas-aumentan-en-un-50/).

En caso de padecer una infección, los especialistas recomiendan beber más líquido, tomar antiinflamatorio y obtener una muestra para urocultivo y, advierte, que «solo se deben tomar antibióticos prescritos por un médico previa extracción de muestra de orina y durante el tiempo debido» y de acuerdo con el resultado del cultivo de orina, añade JL Neyro, no antes.

Ante la aparición de más de tres o cuatro episodios al año siempre se debe hacer un estudio por el urólogo para detectar y resolver los problemas causantes. Los ginecólogos en este punto, «tiramos de los tratamientos con probióticos vaginales, viejos amigos de la mujer a cualquier edad», señala nuestro experto en salud de la mujer (lo contamos en http://www.neyro.com/2013/07/26/los-probioticos-vaginales-viejos-amigos-de-la-mujer/)

Como recomendaciones generales, los  Drs. Neyro y Cambronero insisten en tratar el estreñimiento (mucho más prevalente en la mujer), aumentar la ingesta de líquidos a dos litros (de agua) diarios, evitar lavados o jabones en el interior de la vagina, sean del tipo que sean, orinar antes y después de mantener relaciones sexuales y consumir productos con bifidobacterias.

Una de cada cuatro mujeres está afecta de incontinencia de orina de urgencia.

Efectivamente, podríamos decir que no es un problema grave de salud, pero afecta enormemente a la calidad de vida de las personas que la sufren, la mayoría de las veces en silencio, sin consultarlo siquiera a su médico de atención primaria o a su ginecólogo incluso, como mostramos en el árbol de decisión adjunto tomado de Milsom et al. publicado en BJU Int. 2001; 87: 760-766 .

Si hasta la tercera parte de las mujeres sufren incontinencia de orina (de esfuerzo) (IOE) tras un parto de la que hablamos en su día en http://www.neyro.com/2016/05/23/una-de-cada-tres-mujeres-sufre-incontinencia-urinaria-posparto/, ahora sabemos que un 25% de las mujeres y el 20% de los varones tienen vejiga hiperactiva, una enfermedad que se diagnostica cuando existe urgencia en orinar y se asocia a una frecuencia miccional, y en los casos más graves, a incontinencia, pero sin relación con la tos, el estornudo o la carrera (que hablaría más de una IOE); por eso la llamamos IO de urgencia, señala el experto José Luis Neyro.

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«En la mayor parte de los casos la causa es desconocida, aunque se puede relacionar con infecciones urinarias, prolapsos, problemas neurológicos; en los varones, con hipertrofia prostática y menos frecuentemente con algunos tumores urológicos», comenta el urólogo del Hospital San José, Javier Cambronero.

Entre los síntomas que tiene esta enfermedad destacan la frecuencia urinaria mayor de ochos episodios al día, una necesidad de miccionar que no se puede retrasar por la urgencia que precisa. «Si estos se mantienen más de tres meses, se debe consultar al urólogo, quien intentará descartar las patologías más frecuentes asociadas a este síndrome y tratarlas. En caso de no encontrarse una causa, se instaurará un tratamiento farmacológico», ha explicado el urólogo.

Los tratamientos disponibles cuentan con dos grupos de fármacos eficaces, los antimuscarínicos y los betaadrenérgicos. «Ambos aumentan la capacidad vesical, disminuyen la frecuencia y la urgencia miccional y aumentan el tiempo entre micciones», ha detallado el especialista.

Según el especialista, en casos refractarios al entrenamiento y a los tratamientos médicos convencionales (destaca el especialista JL Neyro), existe la posibilidad de usar una inyección de bótox (toxina botulínica) en inyección intravesical, además, «la rehabilitación de suelo pélvico ayuda en cualquier fase como en la fisioterapia y en la electro-estimulación», ha afirmado.

De todas maneras, lo más importante es el diagnóstico temprano de la afección, toda vez que menos evolucionado es más fácil de tratar y esa es precisamente la pelea de los especialistas: sacer la IO en general (la de urgencia en particular) del ocultismo que tanto daño hace a las personas afectas (ver en ). Y es que si no se abordan los síntomas rápidamente puede hacerse un problema crónico, lo que provoca que en esta fase se asocie con frecuencia a infecciones urinarias de repetición, alteraciones psicológicas, como ansiedad o depresión, disfunciones sexuales, dolor pelviano crónico, etc.


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«Hay que destacar que no es un problema grave de salud, aunque afecta enormemente a la calidad de vida, más que enfermedades como la diabetes o la artritis reumatoide», ha asegurado Cambronero. Además, actualmente se cuenta con «un arsenal terapéutico grande para tratar los síntomas centrales y los asociados al síndrome», ha concluido.

De la misma manera que para la IOE leve o moderada tenemos tratamientos quirúrgicos que no obligan a internamiento ni a pasar por un quirófano (ver en http://www.neyro.com/2016/03/24/tratamiento-de-la-incontinencia-de-orina-mediante-laser-sin-quirofano/), las nuevas terapias de la IOU concluye el Dr. Neyro, hacen mucho más sencillo su abordaje sin los efectos secundarios que debían soportar los pacientes no hace mucho.

¿Podrían las alteraciones reproductivas masculinas tener su origen en determinada microbioma?

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Uno de los caballos de batalla de la reproducción humana en el final del pasado siglo y primera década de este, es sin duda la investigación de la esterilidad masculina; se han dado pasos enormes (ver en http://www.neyro.com/2015/04/07/las-alteraciones-seminales-son-cada-vez-mas-frecuentes/), pero aún distamos mucho de tener la solución a muchos casos de alteraciones seminales.
 
Incluso hay un cierto debate social sobre el posible escaso favor que las modernas técnicas de reproducción asistida le han hecho en estos años al semen pues mejorando sus condiciones en el laboratorio, ya no es necesario mejorar (ni apenas investigar más sobre) la fertilidad del propio varón….(tal y como lo contamos en http://www.neyro.com/2015/04/27/el-semen-necesita-preparaciones-especiales-para-la-reproduccion-asistida/)
 
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Ahora, se abren nuevos campos toda vez que la investigación demuestra que las bacterias pueden ser beneficiosas para los procesos del organismo tal como la digestión; ya era conocido, pero sin embargo, algunas bacterias alojadas en el cuerpo humano pueden causar enfermedades. Estas comunidades especializadas de bacterias en el cuerpo se conocen como microbiomas.
 
Recientemente, investigadores de la Universidad de Missouri (UM) descubrieron un microbioma en el tracto reproductivo de ratones machos que portan bacterias dañinas que pueden afectar negativamente la función reproductiva y la salud de los machos. Las bacterias encontradas en este microbioma especializado puede transmitirse del padre a las crías, donde pueden programar un posterior riesgo de enfermedad, tal como la obesidad. En los padres, algunas bacterias pueden iniciar enfermedades como prostatitis, que posteriormente pueden resultar en cáncer de próstata.
 
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Ya conocíamos que muchas alteraciones patológicas del padre se transmiten, vía seminal, a la descendencia (como relatamos en http://www.neyro.com/2016/02/11/se-hereda-la-obesidad-por-linea-paterna-el-semen-lleva-informacion-sobre-el-peso-del-padre/) y un nuevo hallazgo se suma ahora a ese conocimiento.

“Los microbiomas están influenciados por muchos factores, tal como temperatura, pH o acidez del medio ambiente y si existe una fuente de alimento para promover el crecimiento bacteriano”, dijo Cheryl Rosenfeld, profesora adjunta de ciencias biomédicas en la Escuela de Medicina Veterinaria de MU e investigadora en el Centro de Ciencias Vitales Bond. El artículño original puede descargarse en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26971397

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“El tracto reproductivo masculino incluye un nicho particular en el cual prosperan las bacterias, cuales son las vesículas seminales. Estas glándulas tubulares producen líquido seminal y se localizan en un ambiente de temperatura controlada y rico en carbohidratos necesarios para la alimentación de las bacterias. Nuestro equipo se dispuso a aislar este potencial microbioma y analizar si podría contener bacterias peligrosas”.

Rosenfeld y su equipo, recolectaron y aislaron líquido y vesículas seminales de ratones machos. Luego los investigadores secuenciaron el ADN de las bacterias localizadas en los órganos y fluido reproductivo. Estos efectos negativos pueden deberse a que el fluido seminal es ligeramente básico (pH de entre 7.8 y 8.2, relata el Dr. Neyro) y enriquecido con hidratos de carbono; por lo tanto, apto la creación de un hábitat ideal para los microbios o un potencial microbioma líquido seminal (SFM de sus iniciales en inglés). 

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El equipo contrató las Instalaciones Principales de Investigación Informática (Informatics Research Core Facility – ICRF) de la UM, un grupo especializado en biología computacional biológica, como ayuda para analizar los datos. Establecido en el año 2009 por el Fondo de Ciencias Vitales de Missouri, el ICRF suministra una herramienta fundamental para los investigadores en ciencias vitales de Missouri, analizando la abrumadora cantidad de datos que se producen en los grandes proyectos de investigación. En el estudio de Rosenfeld, Scott Givan, director adjunto del ICRF y William Spollen, analista programador experto, emplearon programas de computación especializados que ayudaron a estrechar e identificar a los microorganismos.

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“Los datos mostraron que la composición bacteriana que se encontró en el tracto reproductivo de los machos, contenía bacterias potencialmente peligrosas que podían transmitirse a la pareja reproductiva hembra y a las crías”, dijo Rosenfeld. “Las bacterias también podrían ser el agente causal de prostatitis crónica, un posible precursor de cáncer de próstata en los machos, dejando ya al margen su fertilidad. Además, mayor investigación demostró que esta comunidad bacteriana contenía bacterias que pueden causar obesidad en ratas. La comprensión de la forma en que estos factores genéticos y ambientales afectan este microbioma particular podría ayudar a la comprensión de la forma en que posiblemente se desarrollan y transmiten afecciones y enfermedades de los padres a sus crías”.