Si hasta la tercera parte de las mujeres sufren incontinencia de orina (de esfuerzo) (IOE) tras un parto de la que hablamos en su día en http://www.neyro.com/2016/05/
«En la mayor parte de los casos la causa es desconocida, aunque se puede relacionar con infecciones urinarias, prolapsos, problemas neurológicos; en los varones, con hipertrofia prostática y menos frecuentemente con algunos tumores urológicos», comenta el urólogo del Hospital San José, Javier Cambronero.
Entre los síntomas que tiene esta enfermedad destacan la frecuencia urinaria mayor de ochos episodios al día, una necesidad de miccionar que no se puede retrasar por la urgencia que precisa. «Si estos se mantienen más de tres meses, se debe consultar al urólogo, quien intentará descartar las patologías más frecuentes asociadas a este síndrome y tratarlas. En caso de no encontrarse una causa, se instaurará un tratamiento farmacológico», ha explicado el urólogo.
Los tratamientos disponibles cuentan con dos grupos de fármacos eficaces, los antimuscarínicos y los betaadrenérgicos. «Ambos aumentan la capacidad vesical, disminuyen la frecuencia y la urgencia miccional y aumentan el tiempo entre micciones», ha detallado el especialista.
Según el especialista, en casos refractarios al entrenamiento y a los tratamientos médicos convencionales (destaca el especialista JL Neyro), existe la posibilidad de usar una inyección de bótox (toxina botulínica) en inyección intravesical, además, «la rehabilitación de suelo pélvico ayuda en cualquier fase como en la fisioterapia y en la electro-estimulación», ha afirmado.
De todas maneras, lo más importante es el diagnóstico temprano de la afección, toda vez que menos evolucionado es más fácil de tratar y esa es precisamente la pelea de los especialistas: sacer la IO en general (la de urgencia en particular) del ocultismo que tanto daño hace a las personas afectas (ver en ). Y es que si no se abordan los síntomas rápidamente puede hacerse un problema crónico, lo que provoca que en esta fase se asocie con frecuencia a infecciones urinarias de repetición, alteraciones psicológicas, como ansiedad o depresión, disfunciones sexuales, dolor pelviano crónico, etc.
«Hay que destacar que no es un problema grave de salud, aunque afecta enormemente a la calidad de vida, más que enfermedades como la diabetes o la artritis reumatoide», ha asegurado Cambronero. Además, actualmente se cuenta con «un arsenal terapéutico grande para tratar los síntomas centrales y los asociados al síndrome», ha concluido.
De la misma manera que para la IOE leve o moderada tenemos tratamientos quirúrgicos que no obligan a internamiento ni a pasar por un quirófano (ver en http://www.neyro.com/2016/03/