No solo eso, se afirma que sin esta proteína, al parecer, nuestra especie no habría evolucionado o al menos lo había realizado de manera distinta. Y es que unos científicos de la University of Sheffield, en Reino Unido, han identificado ahora una proteína que participa en el desarrollo de la placenta humana y que también puede ayudar en la implantación de embriones en el endometrio, lo que podría mejorar los tratamientos para abortos involuntarios recurrentes y la preeclampsia……, todo ello consecuencia de alteraciones (muchas de ellas aún desconocidas….) en la neo-angiogénesis de la implantación embrionaria, señala el experto Dr. José Luis Neyro.
El estudio, publicado en «Human Reproduction» y que puede leerse en el enlace http://www.ncbi.nlm.nih.gov/ pubmed/27173892, demuestra que una proteína llamada sincitina-1, que fue el resultado de una infección viral de nuestros ancestros primates hace 25 millones de años, es primero secretada en la superficie de un embrión en desarrollo, incluso antes de que se implante en el útero. Esto significa que es probable que desempeñe un papel importante en ayudar a los embriones a adherirse al útero, así como en la posterior formación de la placenta.
Todavía conocemos poco sobre los mecanismos que suceden una vez que hemos depositado los embriones en la cavidad uterina; solemos comentar a las pacientes de reproducción asistida que «nosotros transferimos los embriones, pero son ellos los que se implantan», afirma José Luis Neyro. Y es que esta información fundamental de las primeras etapas del desarrollo del embrión humano es crucial para mejorar los tratamientos actuales para una variedad de complicaciones estresantes durante el embarazo, como abortos involuntarios recurrentes, retraso del crecimiento fetal intrauterino y preeclampsia, un trastorno de presión arterial elevada de la madre durante el embarazo.
Todos ellos son consecuencia de defectos en la implantación embrionaria (que tratamos de impedir mejorando las condiciones previas de la neo-angiogénesis en los meses previos a la concepción), señala el ginecólogo JL Neyro. Cuando la implantación sucede, al contrario, por exceso, suceden los acretismos placentarios que también pueden complicar mucho la gestación.
Ahora, el Prof. Harry Moore, codirector de Centro de Biología de Células Madre de la University of Sheffield y uno de los autores del estudio, señala: «Abortos involuntarios recurrentes, síndrome de restricción del crecimiento fetal y pre-eclampsia son complicaciones importantes y muy estresantes del embarazo. Con el tiempo, podemos ser capaces de desarrollar análisis de sangre en base a nuestros resultados para identificar los embarazos que podrían estar en riesgo y también desarrollar terapias apropiadas».
«Hay mucho en las noticias sobre la infección por el virus zika en el momento y sus efectos devastadores en el desarrollo fetal, pero no todas las infecciones virales son necesariamente tan desastrosos, destaca el Dr. Moore (de todo ello nos hemos venido ocupando en este web recientemente; ver en http://www.neyro.com/2016/04/ 29/virus-zika-una-nueva- amenaza-real-en-la-vida-de-la- mujer-gestante/ ).
Sorprendentemente, puede haber consecuencias positivas de algunas infecciones: el gen sincitina-1 es el resultado de una infección viral de nuestros ancestros primates hace 25 millones de años. El ADN viral se metió en el genoma de nuestros antepasados y se transmitió a través de la herencia y el gen implicado en la fusión del virus con las células para la infección fue cooptado y se convirtió en sincitina-1. Sin ella, los seres humanos probablemente no habrían evolucionado».
Los científicos saben mucho más acerca de los procesos de desarrollo temprano del embrión en los animales que en los seres humanos y el desarrollo embrionario y la reproducción es un aspecto de la biología en el que existen diferencias fundamentales entre las especies. Los investigadores ahora examinarán si el nivel de secreción de sincitina-1 en el embrión antes de la implantación está relacionado de alguna manera con el resultado del embarazo en mujeres sometidas a fertilización in vitro.
«Hasta ahora no sabíamos que esta proteína se expresa de manera temprana en el embrión. Es interesante que la proteína sincitina-1 sea secretada principalmente en las células del embrión, llamadas células trofoblásticas polares, las que primero se adhieren a las células de la matriz llamadas células epiteliales endometriales», apunta.
La expresión de Sincitina-1 es un requisito previo para la implantación del embrión y posterior placentación. La comprensión de la expresión cuando aparece por primera vez durante el desarrollo embrionario puede ser informativo para la comprensión de condiciones de gestaciones anormales tales como la preeclampsia.
«En el laboratorio, hemos descubierto que las células trofoblásticas que secretan sincitina-1 no sólo se fusionan -formando en el cuerpo una barrera fundamental para proteger el embrión- sino que también secretan nano-vesículas llamadas exosomas. Estos exosomas pueden comunicarse con las células en otras áreas de la madre para prepararla para el embarazo. Si esto no sucede adecuadamente en las primeras etapas, puede causar problemas durante el embarazo», concluye.
Para terminar, el conocido ginecólogo José Luis Neyro nos aclara que «no todo iban a ser malas noticias como las que aún sospechadas previamente, recibimos con el jarro de agua fría que supuso la reciente constatación de que los tratamientos de progesterona natural no eran eficaces en los abortos de repetición (tal y como contamos en http://www.neyro.com/2016/02/ 03/la-administracion-de- progesterona-no-es-util-para- los-abortos-de-repeticion/).