En un reciente ejemplar semanal del British Medical Journal – BMJ se publica una llamada de atención para la comunicación más honrada de los beneficios de la detección del cáncer, que han sido puestos en entredicho muy frecuentemente en los últimos tiempos.
La mayoría de los estudios reportan sólo la mortalidad específica del cáncer, permitiendo a los investigadores y responsables políticos reclamar que el cribado «salva vidas», así expresado en general. Vinay Prasad como autor principal y sus colegas (puede verse en el enlacehttp://www.bmj.com/content/ 352/bmj.h6080 ) nos recuerdan que la mortalidad específica de la enfermedad no mostrará muertes resultantes de los propios procedimientos de selección o de pruebas y tratamientos posteriores. Para ello necesitamos ver y analizar todas las causas de mortalidad.
En un editorial relacionado con el mismo tema, Gerd Gigerenzer añade una nueva solicitud a los investigadores, para informar la mortalidad general por cáncer (disponible para su lectura en el enlace http://www.bmj.com/content/ 352/bmj.h6967) Para aumentar la claridad, recomienda «es el momento de cambiar la comunicación sobre el cribado del cáncer desde la persuasión poco fiable hacia algo más sencillo».
Para saber si el cribado realmente salva vidas necesitaríamos ensayos mucho más grandes que cualquier otro que aún no ha sido hecho. No todos los comentaristas están convencidos de que ese estudio merecería la pena por el costo que supondría hacerlo. Pero ellos y el responsable de este web estamos de acuerdo, que no reportar el cuadro completo engaña al público y para ello no hay excusa. «Los daños de detección son ciertas, pero los beneficios en la mortalidad general no lo son,» concluía el primer autor Prasad.
Lo dijimos antes y lo reiteramos ahora: primero deberemos ponernos de acuerdo en saber si las políticas de cribado son efectivas y sobre todo eficientes o no. No podemos seguir emitiendo mensajes contradictorios que, a veces, pueden confundir a la población sobre la que precisamente recaen nuestras acciones (tal y como expusimos en http://www.neyro.com/2014/10/ 08/los-riesgos-de-la- deteccion-del-cancer-de-mama- confunden-a-las-mujeres/), porque no se entenderían las acciones. Un poco más de luz en estas cuestiones puede dar analizar despacio la tabla final de esta noticia, extraída textualmente del trabajo inicial que se comenta de Gerd Gigerenzer.
Acaso debiéramos plantearnos si los dineros públicos debieran orientarse a profundizar en el estudio de cada cáncer, de manera personalizada, para establecer un perfil claro de las proteínas que expresa cada tumor y poder así individualizar las terapias de cada mujer, de forma mucho más precisa de como hemos venido haciendo durante los pasados cincuenta años, cuando aún no conocíamos las ventajas de la biología molecular en el estudio de las neoplasias (ver en http://www.neyro.com/2013/10/ 16/propuesta-para-una-nueva- clasificacion-de-los-tipos-de- cancer-atendiendo-a-como-las- mutaciones-afectan-a-los- sistemas-geneticos/ y también en este otro link, en http://www.neyro.com/2012/12/ 23/propuesta-de-redefinicion- de-la-clasificacion-de-los- tumores-mamarios-en-la- practica-clinica-diaria/), señala el Dr. Neyro en una reflexión necesaria a no mucho tardar.