Los expertos destacan la importancia de la ingesta continua de calcio y vitaminas D y K para mantener los huesos sanos

El calcio es el ión más importante en nuestro organismo; es básico para la vida pues de él depende que las fibras musculares puedan seguir contrayéndose a cada instante para poder hablar, caminar, tragar, parpadear….o contraer el corazón sesenta y cinco veces cada minuto. A su vez, la vitamina D ayuda a absorber el calcio.

La ingesta continua de calcio y vitaminas D y K ayuda a mantener una adecuada densidad ósea, según han informado expertos durante la 4ª Reunión Científica GINEP, celebrada recientemente en Segovia y pocos días más tarde se ha señalado de igual manera en el XX congreso Nacional de Osteoporosis que, presidido por el Dr. José Luis Neyro se ha celebrado en Bilbao en este mes de octubre (ver su carta de bienvenida en http://seiomm.es/CartaBienPres.htm).

Y es que, la ingesta de calcio durante toda la vida (ya incluso durante el embarazo, para mejor formar el esqueleto….), junto a la práctica habitual de ejercicio físico y a una alimentación equilibrada, es el «principal» instrumento para mantener una óptima densidad ósea y, al mismo tiempo, prevenir la aparición de patologías como la osteoporosis.

«Es fundamental que la población española, y en especial la femenina, tome conciencia de la importancia fundamental de garantizar unos correctos niveles de calcio en el organismo. El consumo habitual de estos minerales es clave para reforzar la densidad ósea del esqueleto, especialmente en mujeres adultas a partir de los 50 años de edad», ha aseverado el profesor del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada, Nicolás Mendoza.

En la misma línea, el responsable de contenidos de www.neyro,com, el ginecólogo José Luis Neyro, destaca la importancia de dejar de confiar en el sol como fuente de vitamina D, toda vez que se constata que «nuestros niveles medios de vitamina D son mucho más bajos que los de la población sueca o danesa, mucho más al norte y con menos horas de sol, pero que sin embargo consumen los lácteos siempre fortificados con vitamina D»; de hecho, continúa el experto, «muchas de nuestras gestantes, todas jóvenes, llegan al embarazo con niveles inadecuados de esta importante hormona» (como recordamos en http://www.neyro.com/2013/12/22/la-mayoria-de-las-gestantes-llegan-al-embarazo-con-falta-de-vitamina-d/)

Asimismo, se ha destacado la necesidad de tomar alimentos que sean «buenos» vehículos de estos nutrientes y que permitan asimilar los aportes de calcio adecuados de forma natural y cotidiana, como la leche enriquecida en calcio y vitaminas D y K, las verduras de hoja verde, los pescados azules, las naranjas o los frutos secos…, desterrando falsos mitos acerca de la leche, por ejemplo (ver en http://www.neyro.com/2014/02/20/mitos-y-realidades-sobre-la-ingesta-de-leche-de-vaca/).

Y es que, la vitamina D juega un papel principal en la absorción del calcio, ya que su presencia es indispensable para que el intestino pueda absorber el calcio necesario para la óptima mineralización de los huesos. Actualmente en España hay una elevada prevalencia de déficit de vitamina D, dado que, según diversos estudios, hasta un 69% de mujeres presentan déficit en la toma de esta vitamina, cuya ingesta diaria se sitúa un 50% por debajo de lo recomendado. Estos datos se repiten machaconamente como ya pusimos de manifiesto en otro suelto de nuestro web en http://www.neyro.com/2008/06/18/mas-del-60-de-las-mujeres-vascas-tienen-deficit-de-vitamina-d-por-pocas-horas-de-sol/

Además de garantizar una adecuada ingesta de vitamina D y calcio para cuidar los huesos, este consumo también debe ir acompañado de vitamina K, nutriente que entre sus principales beneficios para la salud del ser humano está el favorecer la correcta fijación del calcio en los huesos. Finalmente, los expertos han avisado de que, «lamentablemente», los españoles tampoco toman las cantidades de vitamina K que recomiendan los expertos. Tenemos mucho por hacer para aliviar lo que probablemente será una epidemia de fracturas osteoporóticas -consecuencia complicada de la silenciosa osteoporosis- a lo largo de este siglo XXI (tal y como ya señalamos en http://www.neyro.com/2011/10/21/la-incidencia-anual-de-las-fracturas-por-osteoporosis-postmenopausica-se-triplicara-en-los-proximos-50-anos/)

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