Antes de decantarse por el abordaje quirúrgico, hay que agotar el tratamiento médico. La recomendación, aplicada al manejo de la endometriosis, viene de la mano de cirujanos especializados en esta frecuente enfermedad. «Cuanta más cirugía hacemos, más conscientes somos de la importancia de apurar la terapia médica», asegura Alicia Hernández, jefe de Sección del Servicio de Ginecología del Hospital La Paz (Madrid). El Dr. Neyro, creador y responsable de la primera Unidad de Cirugía Endoscópica de todo el norte de España es de la misma opinión. Durante mucho años hemos venido realizando complejas cirugías endoscópicas (en el aludido Hospital Universitario Cruces de Bilbao), pero la cirugía debe ser el remedio final de una enfermedad de evolución mal controlada, afirma con rotundidad.
La cirugía realizada por equipos experimentados y multidisciplinares obtiene resultados excelentes; no obstante, Hernández apunta que es una técnica difícil, equiparable a la oncológica y, lo más importante, que existen alternativas médicas eficaces. «De las pacientes que acuden a las consultas especializadas, son susceptibles de la intervención menos de la mitad», respalda Pere Barri Soldevila, jefe de la Unidad de Endometriosis, en Salud de la Mujer Dexeus (Barcelona), y subraya el cambio de mentalidad que se está produciendo en este campo.
Hay que recordar, señala el Dr. Neyro, coordinador del equipo que diseñó y redactó el documento de consenso en Endometriosis de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), que muchas cirugías sobre los ovarios pueden condicionar una merma del potencial reproductivo de una mujer que en muchos casos siquiera se ha planteado todavía su maternidad. Así lo planteábamos en nuestro web hace unas semanas cuando constatábamos el incremento constante en la edad de las mujeres que acceden a técnicas de reproducción asistida (léase en
http://www.neyro.com/2015/01/26/aumenta-la-edad-media-de-las-pacientes-en-la-reproduccion-asistida/)
El tratamiento médico en la endometriosis con todas sus variantes, desplaza al abordaje quirúrgico del trastorno que se reserva para los casos graves. «Podemos ofrecer un abanico terapéutico, pero la decisión que prevalece es la de la paciente, según su situación personal, los síntomas, su deseo de maternidad… Es una patología en la que, especialmente, prima el consenso con el enfermo», recuerda Barri, quien ha participado en un curso de actualización sobre endometriosis de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), coordinado desde el Servicio de Ginecología que dirige Javier de Santiago en el Hospital La Paz.
La pueden padecer hasta un 5 a 10% de las mujeres en edad fértil y se asocia a un gran número de síntomas. Hasta el 40% de ellas padece algún problema de fertilidad. Pese a su elevada prevalencia -afecta a un 15 por ciento de la población femenina en edad fértil-, la etiopatogenia de la endometriosis es aún una desconocida.
«La vemos cuando la lesión ya está establecida, pero ignoramos qué factores la impulsan», dice Hernández. Las pesquisas en los factores de crecimiento del endotelio vascular no han cuajado en la clínica, y ahora se indaga en la influencia de posibles alteraciones inmunológicas y genéticas. No obstante, son investigaciones preliminares de las que no se ha extraído una diana sobre la que actuar. De ahí que los tratamientos consistan, en un primer escalón, en la modulación hormonal, y en una segunda fase, en el manejo del dolor.
Nuestro experto el Dr. Neyro aboga por un abordaje personalizado de cada caso: es preciso, señala, elaborar un plan de gestión individualizado para cada mujer afecta de endometriosis. El pasado mes de marzo, en el transcurso del Congreso internacional de la XV Jornada Médica Bienal del hospital Gineco 4 del Instituto del Seguro Social Mexicano en México DF, el Dr. Neyro fue invitado a explicar una ponencia sobre el tema en la que dictaba la “necesidad de un plan de gestión personalizada en la endometriosis, toda vez que se trata de una enfermedad crónica de largo recorrido y que cada paciente es un mundo de circunstancias diferentes respecto a la enfermedad”.
Abordamos este asunto en un largo suelto de este mismo web que puede seguirse en
http://www.neyro.com/2015/04/09/la-endometriosis-afecta-a-mas-de-un-millon-de-mujeres-espanolas/ Allá se señala que tampoco hay marcadores biológicos realmente útiles en clínica diaria, y a eso se une que el síntoma común, la dismenorrea (el dolor menstrual), resulta un tanto inespecífico y dificulta el diagnóstico. De media, se puede retrasar unos siete u ocho años, declara Barri Soldevila. La anamnesis y la exploración exhaustivas constituyen la base de la detección.
Sobre la supuesta asociación con mayor riesgo de cáncer de ovario, Hernández recuerda que no está demostrada: «Se ha dicho que en el uno por ciento de los casos de endometriosis ovárica aparece ese riesgo, pero es probable que el foco maligno existiera desde un principio y pasara desapercibido. Por eso, los endometriomas grandes, mayores de 6 ó 7 centímetros deben estudiarse con atención» y valorar meticulosamente la opción quirúrgica de los casos de mayor riesgo, destaca el experto José Luis Neyro..