Para la comprobación de este aserto, investigadores de Mayo Clinic en Rochester (Minnesota, Estados Unidos) utilizaron datos del Proyecto Epidemiológico de Rochester de los años comprendidos entre 2002 y 2011. De las 20.308 muestras de sangre analizadas, solo el ocho por ciento presentaban niveles de vitamina D superiores a 50 ng/ml, cifra considerada “alta”; ni siquiera el uno por ciento alcanzaba valores por encima de 100 ng/ml.
Los autores refieren que “ni siquiera quienes tenían valores de vitamina D superiores a 60 ng/ml presentaban un mayor riesgo de hipercalcemia, ni calcio elevado en suero, con niveles crecientes de vitamina D”, en frases del coautor Thomas D. Thacher.
Los niveles elevados de vitamina D se dieron principalmente en mujeres mayores de 65 años. No es un dato sorprendente, ya que este grupo de edad toma estos suplementos con especial frecuencia, declaró Thacher. Es la osteoporosis una enfermedad en la que resulta extremadamente necesario mantener unos adecuados niveles de vitamina D pues ninguno de los fármacos antirresortivos u osteoformadores en esta enfermedad ha demostrado conseguir nada sin la necesaria adición al tratamiento de la hormona D.
En general, sin embargo, el porcentaje de personas con niveles altos ha aumentado de manera significativa en los últimos años: mientras que en el 2002 se situaba en nueve por cada 100.000 personas, en el 2011 había ascendido hasta 233 por cada 100.000.
Solo se observó una verdadera sobredosis tóxica de vitamina D en una persona: el nivel de vitamina D había llegado a 364 ng/ml tras tomar 50.000 UI (unidades internacionales) de vitamina D todos los días durante tres meses. El límite superior recomendado para las personas con deficiencia de vitamina D es de 4.000 UI al día.
De ordinario, nos aclara el Dr. Neyro, un experto en osteoporosis (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/