Cada año el cáncer causa unos 8,2 millones de fallecimientos a nivel mundial y hasta un 20% de estas muertes, una de cada cinco, están asociadas al tabaco, bien por su consumo directo o por la exposición pasiva al humo de esta sustancia.
Según ha reconocido la Dra. Vera Luiza da Costa, responsable del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco, el tabaco sigue siendo la principal causa de cáncer a nivel mundial (la segunda sigue siendo el virus del papiloma humano, recuerda el ginecólogo José Luis Neyro) a pesar de que en la última década ha cambiado de manera radical el consumo y la percepción de esta sustancia.
En total se producen unos 6 millones de fallecimientos asociados a esta sustancia, sumando a los causados por cáncer de pulmón los que provocan otras enfermedades relacionadas con su consumo, principalmente de tipo respiratorio.
«Hubo un tiempo y no hace mucho, en que fumar estaba de moda», ha aseverado esta experta, recordando que el tratado intergubernamental impulsado en febrero de 2005 para combatir su consumo ha colaborado en cambiar «de forma dramática» la percepción de esta sustancia.
En este tiempo se ha convertido en uno de los tratados más respaldados de la historia de Naciones Unidas, con 180 partidarios que representan el 90% de la población mundial, de quienes la mayoría han endurecido su legislación para combatir el consumo de tabaco. En España, el cambio legislativo en sentido restrictivo y la concienciación general a través de la divulgación masiva de los profesionales ha modificado de facto la percepción del daño, nos recuerda el Dr. Neyro.
Hoy conocemos que sus daños van incluso más allá de los pulmones o de los cánceres; influyen negativamente, por citar solo unos ejemplos, en la capacidad de reproducirse adecuadamente (ver en http://www.neyro.com/2013/03/
Entre otras medidas, el precio medio de un paquete de tabaco ha aumentado casi un 150% en los últimos 5 años y muchos países han establecido advertencias gráficas que, en muchos casos, cubren entre el 75 y 85% de la cajetilla. Está próximo a aprobarse la prohibición no ya de patrocinio de actividades deportivas o públicas desde el tabaco (ya en vigor hace tiempo) sino incluso la posibilidad de que aparezca marca alguna en los paquetes de cigarrillos, que unificarían así sus envases (de momento está en estudio).
Asimismo, la prohibición de fumar en medios de transporte y lugares públicos es ya una realidad en 48 países, casi diez veces más que en 2005, lo que ha hecho posible que incluso espacios abiertos como playas y parques públicos estén libres de humo. Iniciativas que, según se ha apuntado, están impulsando países en los que menos del 5% de la población es fumadora.
Pero, pese a estos datos, la OMS reconoce que la guerra contra el tabaco no ha terminado todavía ya que las estimaciones para 2030 prevén que el número de fallecimientos asociados al tabaquismo, activo y pasivo, ascienda hasta los 8 millones. En España, es la tardía pero intensa incorporación de la mujer al tabaquismo lo que está incrementado las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón (ver en http://www.neyro.com/2013/11/
Para evitarlo, según Luiza da Costa, es preciso «estar unidos contra la industria del tabaco», a quienes acusa de seguir invirtiendo decenas de miles de millones anuales en publicidad, promoción y patrocinio de sus productos desafiando «continuamente» las medidas que se ponen en marcha.
«Las muertes por cáncer asociadas al tabaco se pueden prevenir. Las muertes prematuras debido al tabaco pueden reducirse. Tenemos que volver a comprometernos con reducir aún más el consumo de tabaco para que nuestro objetivo de conseguir un mundo libre de tabaco sea una realidad», ha defendido.