El abordaje del síndrome de ovario poliquístico varía según la necesidad de la paciente y el signo dominante

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El síndrome de ovario poliquístico (SOP) constituye el trastorno ovárico asociado a exceso de andrógenos más prevalente y también más frecuentemente sobre-diagnosticado, según señala el experto en reproducción asistida y pionero en España de estas técnicas, José Luis Neyro. Su prevalencia real se sitúa entre el 6 y el 14 por ciento de la población femenina en edad fértil, dependiendo de la rigidez de los criterios diagnósticos. Sobre estos últimos, las Guías Clínicas de la Sociedad Europea de Endocrinología para SOP recogen que, para alcanzar el diagnóstico, la paciente ha de presentar al menos dos de estos trastornos: exceso de andrógenos circulantes en sangre, alteraciones en la ovulación con o sin alteraciones de la fertilidad, y presencia de morfología poliquística en los ovarios (a distinguir ecográficamente de los ovarios que tan solo son multiquísticos).
Cada sociedad científica relevante en estos temas se ha ocupado de hacer guías de manejo diagnóstico y terapéutico (la española de Ginecología, la de fertlidad, la europea de reproducción humana…, entre otras). Las guías ahora presentadas, elaboradas por un grupo de expertos de la sociedad científica, acaban de publicarse en Europea Journal of Endocrinology. En ellas participa, como único ponente español, Héctor Escobar Morreale, jefe de Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, e investigador del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (Irycis), en Madrid.
Sindorme de ovarios poliquisticos

El especialista ha destacado que el SOP es un cuadro de síntomas y signos variopintos, y cada caso plantea unas necesidades específicas; por ejemplo, el hirsutismo o la alopecia pueden tener un impacto diferente en la adolescencia que en la edad madura, al igual que la irregularidad menstrual o la infertilidad. Por ello, cada paciente, junto con el fenotipo del síndrome -clasificado según las guías como metabólico, hiperandrogénico y reproductivo-, proporciona las claves que dirigen el tratamiento; un abordaje susceptible de unidades multidisciplinarias, como también apostilla Escobar.

«El SOP puede no necesitar un tratamiento en sí mismo. Tenemos que actuar sobre el síntoma dominante, según las necesidades de cada paciente. Distinto es el caso de las mujeres con el síndrome que presentan obesidad, pues en ellas aumenta el riesgo metabólico y cardiovascular. De hecho, sabemos que la aparición de las complicaciones metabólicas es más precoz en las mujeres con SOP», matiza Escobar, y lo ilustra con un dato: la diabetes aparece una década antes en mujeres con ovario poliquístico. Mujeres con SOP son la que presenta mínimas alteraciones menstruales solo ocasionales sin apenas alteraciones de su fertilidad y, por el contrario, también lo es la mujer en amenorrea secundaria con grave hirsutismo y obesidad abdominal afecta de síndrome metabólico…. y por supuesto estéril. Entre ambas, destaca el Dr. Neyro, hay una gran distancia y ambas participan sin embargo del mismo síndrome diagnóstico.

embarazo

Añade en este sentido José Luis Neyro, ginecólogo y experto en temas de endocrinología ginecológica, el tratamiento de cualquier persona afecta de SOP y sobrepeso u obesidad, debe comenzar ineludiblemente por el control dietético y el aumento de la práctica de ejercicio físico con el objetivo de normalizar el peso de la paciente; «todo intento que no vaya en este sentido es un intento abocado al fracaso terapéutico» añade el responsable de contenidos de www.neyro.com.
De hecho, hay una relación estrecha entre el exceso de andrógenos y la acumulación de grasa abdominal, que a su vez favorece la resistencia insulínica y, finalmente, incide en la secreción androgénica. Ese círculo vicioso explicaría que el SOP aparezca en un 28 por ciento de las mujeres obesas. «Se considera que las mujeres con SOP tienen un defecto que les hace producir más cantidades de andrógenos de lo normal, lo que puede ocurrir desde edades muy tempranas. Algunos plantean incluso que ocurre ya en la vida fetal. Ese exceso de andrógenos puede predisponer toda la función del metabolismo hacia el síndrome metabólico, la resistencia a la insulina y, quizá, la obesidad abdominal».

De ahí que entre las conclusiones principales de las guías se encuentre el hacer hincapié en la modificación del estilo de vida: la dieta y el ejercicio, como señalábamos. «Uno de los factores que más mejora los síntomas en el SOP es perder peso. Reducir el exceso de grasa abdominal, de hecho, constituye una medida muy efectiva en cuanto a restaurar las alteraciones de fertilidad cuando se produce en el síndrome».

Este grupo de expertos publican también en la revista científica una encuesta realizada a endocrinólogos europeos. «Intuíamos ciertas lagunas en el abordaje del SOP, y así lo hemos confirmado», apunta Héctor Escobar. Si bien para los especialistas consultados obesidad y diabetes tipo 2 son las grandes preocupaciones, el tratamiento más prescrito fue la metformina (ni siquiera aprobada para tratar el SOP), incluso por delante del estilo de vida, y de los contraceptivos orales, «la base terapéutica más sólida en este cuadro». Y es que, como destaca el Dr. Neyro, los tratamientos de este síndrome («y de cualquier otro», añade) deben individualizarse y personalizarse; diseñarse de acuerdo a las necesidades concretas de cada paciente que, no lo olvidemos, son cambiantes en el tiempo como cambian también sus deseos de fertilidad, sus necesidades estéticas, su necesario control del peso….etc, etc.

Fuente:

Sonia Moreno. Madrid, para Diario Médico.