Normalmente, los médicos administramos otra hormona, hCG (gonadotrofina coriónica) y alguna de sus variantes para este propósito, pero en algunas mujeres, hay un riesgo de que esto pueda estimular en exceso los ovarios, con consecuencias potencialmente peligrosas incluso para la vida a través de la complicación más seria de la FIV como es la hiper-estimulación ovárica (SHO), comenta uno de sus pioneros en España (ver en http://www.neyro.com/2014/07/
Una de cada seis parejas en Reino Unido tiene problemas de fertilidad y 48.147 mujeres se sometieron a un tratamiento de FIV en 2011 (el mismo porcentaje de esterilidad de España con un 16% de todas las parejas y con más de 35.000 ciclos en nuestro país en el mismo periodo, señala nuestro titular del web José L. Neyro) El síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO) afecta a alrededor de un tercio de las pacientes de FIV de forma leve, causando síntomas como un cierto grado de distensión abdominal sin más trascendencia; ocasionalmente puede producir náuseas y vómitos, y menos del 10% de las pacientes experimentan síntomas moderados o graves de hiperestimulación ovárica, que pueden causar derrame pleural e incluso insuficiencia renal aguda, pero estas situaciones son extraordinariamente infrecuentes aclara el Dr. Neyro (que practica procedimientos de FIV desde hace más de treinta años; ver enhttp://www.neyro.com/2010/07/
La kisspectina es una hormona natural que estimula la liberación de otras hormonas reproductivas internas del cuerpo. A diferencia de hCG, que permanece en la sangre durante un largo tiempo después de su inyección, la kisspectina se descompone más rápidamente, lo que significa que el riesgo de exceso de estimulación es menor, pues no se mantiene en el tiempo; el riesgo fundamental proviene, señala el Dr. Neyro, de las estimulación de la gran cohorte de pequeños folículos que un tipo especial de mujeres desarrolla en estos procedimientos de estimulación ovárica controlada.
«Nuestro estudio ha demostrado que la kisspectina puede emplearse como un detonador fisiológico de la maduración del óvulo en la terapia de la FIV», sentencia el profesor Dhillo. «Ha sido una alegría ver a 12 bebés sanos nacidos utilizando este enfoque. Ahora vamos a hacer más estudios para probar si la kisspectina reduce el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica en las mujeres que son más propensas a desarrollarlo, con el fin de mejorar la seguridad de la fecundación in vitro», añade.