El cáncer de ovario ha sido denominado como un asesino silencioso toda vez que por las características de tamaño y ubicación de los ovarios en la pelvis femenina, su diagnóstico es a veces en etapas demasiado tardías de su desarrollo, según explica el Dr. José Luis Neyro. Además, continúa, no existe para él una prueba de screening sencilla y barata como la citología para el cáncer de cuello o incluso como las mamografías empleadas para el diagnóstico precoz del cáncer de mama (ver sobre este tema en el link
http://www.neyro.com/2013/04/16/prevencion-en-cancer-de-mama-algunas-reflexiones/)
Ahora, científicos del Instituto de Biología Médica (IMB) de A*Star (IMB) y el Instituto de Bioinformática (BII) han descubierto nuevas claves para la detección temprana y el tratamiento personalizado del cáncer de ovario, que en la actualidad es uno de los tumores malignos más difíciles de diagnosticar en una etapa temprana debido a la falta de síntomas que sean específicos de la enfermedad.
Existen tres tumores malignos predominantes que afectan a las mujeres —de mama, de ovario y de útero—. De los tres, el cáncer de ovario es el que causa más preocupación ya que por lo general se diagnostica sólo en una etapa avanzada debido a la falta de síntomas claros de advertencia inicial. El tratamiento satisfactorio es difícil en esta etapa tardía y da por resultado altas tasas de mortalidad. El cáncer de ovario ha aumentado su prevalencia en Singapur lo mismo que en otros países desarrollados en tiempos recientes. Hoy en día es el quinto cáncer más frecuente en Singapur en las mujeres, y cada año se diagnostica alrededor de 280 casos y ocurren 90 fallecimientos por año.
Identificación del cáncer de ovario en una etapa más temprana
Científicos del IMB han identificado un biomarcador de células precursoras ováricas, el cual que puede permitir la detección más temprana de cáncer de ovario y por tanto hace posible el tratamiento en una etapa temprana de la enfermedad.
El equipo ha identificado una molécula, conocida como Lgr5, en un subgrupo de células del epitelio de la superficie ovárica. Lgr5 previamente se ha utilizado para identificar las células precursoras en otros tejidos, tales como intestino y estómago, pero esta es la primera vez que los científicos han logrado localizar este biomarcador importante en el ovario. Al hacerlo, han desentrañado una nueva población de células precursoras epiteliales en el ovario que producen Lgr5 y controlan el desarrollo del ovario. El empleo de Lgr5 como un biomarcador de células precursoras ováricas permitirá la detección más temprana de cáncer de ovario y un tratamiento más eficaz en una etapa inicial de la enfermedad. Estos hallazgos fueron publicados on line en Nature Cell Biology en julio del 2014.
Análisis bioinformático para desarrollar un tratamiento personalizado
De los diferentes tipos de tumores malignos del ovario detectados, el carcinoma ovárico seroso de alto grado (HG-SOC) es el más frecuente de los tumores malignos de ovario epiteliales. También se ha demostrado que es una de las neoplasias malignas más letales y solo 30% de estas pacientes sobreviven más de 5 años después del diagnóstico [4]. El carcinoma ovárico seroso de gran malignidad aún no se ha dilucidado bien y se ha identificado una falta de biomarcadores para aplicación clínica, desde el diagnóstico hasta el pronóstico de las tasas de sobrevida.
Al aplicar el análisis de bioinformática a los datos de genómica del cáncer [5], los científicos del BII pudieron identificar genes cuya expresión de mutación se podía utilizar para el pronóstico y la investigación del tratamiento personalizado del HG-SOC. Algo similar estamos ya realizando a diario, comenta el experto José Luis Neyro, cuando estudiamos la producción proteica de los diferentes cánceres de mama mediante biología molecular, de cara a clasificarlos de manera diferente a como veníamos haciéndolo y poder así personalizar las terapias específicas de cada caso (lo encontrará el lector en
http://www.neyro.com/2012/11/25/aclarados-algunos-puntos-sobre-el-cancer-de-mama-y-sus-variantes/)
El gen, cinasa 2 de punto de control (CHEK2), fue identificado como un marcador de pronóstico eficaz para la sobrevida del paciente. Las mujeres con HG-SOC con mutaciones en este gen sucumbieron a la enfermedad al cabo de 5 años de habérseles establecido el diagnóstico, posiblemente debido a que las mutaciones CHEK2 se acompañaron de una respuesta deficiente a las modalidades de tratamiento de cáncer existentes. Estos hallazgos fueron publicados en Cell Cycle en julio del 2014.
La mortalidad después del diagnóstico en la actualidad sigue siendo elevada, ya que las pacientes reciben opciones de tratamiento similares de quimioterapia y radioterapia pese a la diversa naturaleza de las células tumorales dentro de los tumores y en diferentes muestras de tumor. Con estos hallazgos, podría desarrollarse la medicina personalizada para el cáncer de ovario, con tratamiento dirigido que se optimizaría en subgrupos de pacientes, de manera similar a como ya se hace de hecho en los casos de cáncer de mama (véase en http://www.neyro.com/2014/02/04/el-cancer-de-mama-her2-se-puede-subclasificar-en-cuatro-subtipos-diferentes/)
El profesor Sir David Lane, Científico Principal de A*STAR, dijo, «Estos hallazgos muestran cómo los diversos institutos de investigación en A*STAR ofrecen sus conocimientos para el desarrollo de nuevos enfoques a fin de analizar diferentes aspectos de la misma enfermedad que no se han estudiado satisfactoriamente antes, como el cáncer de ovario. Las diversas capacidades y los conocimientos de nuestros científicos nos permiten investigar en forma integral las enfermedades, desde el diagnóstico hasta el tratamiento».
Bibliografía
Ghim Siong Ow, Anna V Ivshina, Gloria Fuentes, Vladimir A Kuznetsov. Identification of two poorly prognosed ovarian carcinoma subtypes associated with CHEK2 germ-line mutation and non-CHEK2 somatic mutation gene signatures. Cell Cycle, 2014; 13 (14): 2262 DOI: 10.4161/cc.29271
Annie Ng, Shawna Tan, Gurmit Singh, Pamela Rizk, Yada Swathi, Tuan Zea Tan, Ruby Yun-Ju Huang, Marc Leushacke, Nick Barker. Lgr5 marks stem/progenitor cells in ovary and tubal epithelia. Nature Cell Biology, 2014; 16 (8): 745 DOI: 10.1038/ncb3000