Cada año nacen en España más de 15.000 niños gracias a las técnicas de reproducción asistida. Cerca de 7.000 han sido por fecundación in vitro, usando ovocitos propios; más de 1.500 con embriones propios descongelados; unos 3.200 con donación de ovocitos; 1.000 con descongelación de ovocitos donados; y más de 2.400 a través de diversas técnicas de inseminación.
Por tanto, a pesar de la crisis, los tratamientos de fertilidad han mantenido su demanda y, aunque la situación económica ha frenado la tendencia creciente de años anteriores, el número de sesiones aplicadas a pacientes en este período ha permanecido constante, según los casos atendidos en muy diversos centros de Reproducción Asistida de diferentes clínicas y Hospitales, según aclaran los registros de la Sociedad Española de Fertilidad.
No obstante, la crisis ha contribuido a elevar los niveles de estrés, uno de los principales factores que influye negativamente a la hora de tener un hijo, junto con otros hábitos como la mala alimentación o la falta de sueño, frecuentes en el ritmo de vida actual. De todo ello, del stress causado por las TRAs y la propia infertilidad se ocupó el Dr José Luis Neyro en la inauguración de la XXXIX jornada del Instituto de Estudios Psicosomáticos y Psicoterapia Médica, que se celebró en la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, el pasado 06.10.2012; allí explicó las interacciones entre infertilidad,TRAs y stress emocional, como causa propia de infertilidad y, simultáneamente, como resultado del propio abordaje terapéutico.
«Estos factores inciden en distintos procesos orgánicos, entre ellos la capacidad fértil. Si a esto se añade el retraso de la edad para concebir, que actualmente tiende hacia los 38 años de media para un primer embarazo, cada vez es mayor el número de personas que tiene problemas de fertilidad», ha explicado la jefa de Servicio de la Unidad de Reproducción Asistida en el Centro Médico Milenium de Alcobendas (Madrid), Enriqueta Garijo.
Los problemas más habituales por los que se recurre a estos tratamientos se asocian, en el caso de los hombres, a la baja calidad del esperma. En el caso de las mujeres, las causas más frecuentes son la endometriosis; obstrucción de las trompas de Falopio; síndrome de ovario poliquístico o alteraciones tiroideas y, sobre todo, como señala el experto y pionero de la reproducción asistida, Dr Neyro, de la avanzada edad que en este momento deciden las mujeres acercarse a ejercer su fertilidad. En el coloquio posterior a la jornada de estudios psicosomáticos se señalaba cómo en veinte años de seguimiento, la edad de reproducción del primer hijo para la media de las mujeres ha pasado de los 26 a los 33 años; «ello condiciona sin duda el éxito reproductivo», señala el Dr Neyro.
Para solucionar estos y otros problemas de fertilidad existen gran variedad de tratamientos personalizados como la inseminación artificial o la fecundación in vitro que puede realizarse mediante dos procedimientos diferentes: fecundación in vitro convencional (FIV) en la que el óvulo y espermatozoide se unen de forma espontánea en el laboratorio o, conmicroinyección espermática, en la que la fertilización se realiza inyectando directamente un espermatozoide en cada ovocito femenino (ICSI o intracytoplasmic sperm inyection).