Expertos en ginecología recomiendan vacunarse contra el cáncer de cuello de útero a todas las mujeres de hasta 45 años que no tengan relaciones sexuales estables

Mientras en los colegios riojanos la Consejería vacuna a las niñas de 11 y 14 años contra el virus del papiloma humano (VPH) que provoca el cáncer de cuello uterino, las pacientes adultas se preguntan ante sus médicos: ¿Tengo yo también riesgo de infección? Los especialistas riojanos Gónzalez, Echevarría y Muñoz, junto al ginecólogo del hospital vasco de Cruces, José Luis Neyro, que ayer ofreció en Logroño una conferencia al respecto, coinciden en el diagnóstico: todas las mujeres de hasta 45 años que tengan relaciones sexuales inestables o una pareja que les pueda ser infiel deberían vacunarse.

El doctor González llamó ayer la atención sobre «cierta información errónea» que se viene detectando en las consultas sobre cómo actúa y a quién va dirigida esta vacuna. Según explicó, la importancia de este tratamiento radica en que el 70% de la población está expuesta a lo largo de su vida al VPH, si bien en el 80% de los casos remite espontáneamente por efecto de las defensas del organismo. Se trata de la infección de transmisión sexual más frecuente, el uso del preservativo no protege totalmente de ella y es asintomática. A ello se une el hecho de que el cáncer de cuello de útero es el segundo más frecuente tras el de mama entre mujeres de 15 a 45 años y el séptimo en grado de mortalidad.

En este contexto, los facultativos subrayaron que la vacuna recién comercializada actúa contra cuatro de los 180 tipos que incluye el virus: el 6, 11, 16 y 18. O lo que es igual, los que provocan en mayor medida cáncer de cuello uterino y de vulva, verrugas genitales externas, papilomatosis respiratorias recurrentes… La vacuna es recomendable también para las mujeres ya infectadas con uno de los tipos porque podrían infectarse dado que el virus no genera inmunidad.

González apuntó incluso la conveniencia de que varones con relaciones sexuales no estables se inoculen la vacuna. «Aunque no pueden padecer el cáncer, son un alto factor de contagio», justificó. Además, el doctor Neyro abundó en la necesidad de que las mujeres se hagan citologías periódicas. «Estamos, por primera vez, ante un cáncer con el que se puede hacer prevención primaria», dijo.

La terapia hormonal es útil en casos concretos y a dosis bajas

Especialistas en ginecología y obstetricia han recomendado el
uso de la terapia hormonal, en pequeñas dosis y en periodos de
seis meses a un año, para tratar los síntomas del climaterio en
aquellas mujeres cuya calidad de vida se ve mermada por este
motivo.

Durante las jornadas de ‘Actualizaciones en Ginecología y
Obstetricia’ organizadas por la Sociedad Española de Ginecología
y Obstetricia (SEGO) y el Gabinete Médico Velázquez, diversos
especialistas han concluido que la terapia hormonal (TH) sigue
siendo la mejor opción para controlar los síntomas vasomotores
de la menopausia (fundamentalmente los sofocos). No obstante,
han destacado que otros tratamientos, como la fitoterapia, son
útiles para aquellas mujeres con molestias leves.

«Tenemos buenas noticias de nuevo para las menopausias. Las
mujeres con síntomas graves se pueden tratar gracias a dosis más
bajas y a tratamientos de menor duración que hacen segura la
terapia hormonal», anunció José Manuel Bajo Arenas, presidente
de la SEGO. «Además, el elenco de fármacos para manejar el
climaterio es más amplio ahora», añadió.

El consenso entre los especialistas es evidente. El denominador
común es recetar la TH a las mujeres cuyos síntomas afectan a su
calidad de vida. Las dosis empleadas deberán ser lo más pequeñas
posible y el periodo de tratamiento de seis meses a un año, con
un máximo de cuatro años, siempre y cuando se hayan evaluado
previamente los riesgos y beneficios en cada caso.

Como punto de partida, la menopausia es un proceso fisiológico
normal en el sexo femenino. Se trata de la pérdida de la
fertilidad y no es una patología salvo que tenga lugar a edades
muy tempranas o que vaya acompañada de una sintomatología que
altere la calidad de vida de la mujer. Como explicó Daniel
Lubián, del Hospital Clínico de Puerto Real (Cádiz), «es
necesario determinar qué pacientes se van a beneficiar de la TH
y recetarla sólo en estos casos». Críticas al WHILa catástrofe
de la TH se debió casi de forma exclusiva a los resultados del
WHI (Womens Health Initiative), un gran estudio
observacional en el que participaron más de 160.000 mujeres que
la organización decidió suspender antes de tiempo debido al
aumento de las muertes por patología cardiovascular y de los
casos de cáncer de mama.

Pero tras un periodo de confusión, algunos especialistas
comenzaron a llamar la atención sobre las características de la
población estudiada por WHI, tal y como recordó Jose Luis Neyro,
ginecólogo del Hospital de Cruces (Bilbao).
Las participantes de
este ensayo eran mayores (edad media de 63,3 años), no
necesitaban este tratamiento y tenían, probablemente, factores
de riesgo o enfermedades coronarias.
Seguir leyendo La terapia hormonal es útil en casos concretos y a dosis bajas